Se desinfla la Fuerza Espacial de Trump
El presidente renuncia a crear una Fuerza Espacial independiente
Luego de críticas por parte del Departamento de Defensa, el presidente Donald Trump se vio obligado a echarse para atras en su programa espacial.
El primer mandatario dio marcha atrás este martes en su proyecto de crear una Fuerza Espacial independiente y finalmente mantendrá este cuerpo militar dentro de la estructura de la Fuerza Aérea.
El mandatario confirmó este movimiento al firmar este martes la nueva política espacial en un acto oficial que fue celebrado en la Casa Blanca.
El Gobierno definió la Fuerza Espacial como sexta rama de las Fuerzas Armadas -las otros cinco son los Ejércitos del Aire y de Tierra, la Armada, la Infantería de Marina y la Guardia Costera-, aunque estará bajo el paraguas de la Fuerza Aérea.
Fuentes del Pentágono explicaron a Efe que será un situación similar a la del cuerpo de Infantería de Marina, que en última instancia depende de la Armada.
Sin embargo, el proyecto, que aún debe ser aprobado por el Congreso, supone un revés para Trump, quien hasta la fecha había abogado por la necesidad de crear un ejército independiente y que el pasado 18 de diciembre firmó un memorando que establecía la creación “de un Comando Espacial de EEUU como un Comando Combatiente Unificado”.
La estructura final de esta nueva rama del ejército, por ejemplo, no contará con su propio secretario y su máximo responsable será un jefe del estado mayor.
De acuerdo con un borrador de la recomendación remitida por el Pentágono a la Casa Blanca obtenida por Efe, “el Departamento de Defensa tomará medidas bajo la autoridad existente para destinar todos sus recursos espaciales a disuadir y contrarrestar cualquier amenaza en el espacio, que culminará en una propuesta legislativa”.
De recibir el respaldo del Congreso, continúa el documento, “se establecerá una Fuerza Espacial de EEUU como una sexta rama de las Fuerzas Armadas dentro del Departamento de las Fuerzas Aéreas”.
Su misión será organizar, entrenar y equipar a sus miembros para “garantizar el acceso sin trabas y la libertad de maniobra” del país y sus aliados en el espacio.
La medida se produce en un momento en que tanto el Departamento de Defensa como las principales agencias de inteligencia del país han reconocido que la hegemonía estadounidense en el espacio está en peligro ante “el avance” tecnológico de “posibles adversarios” que podrían intentar bloquear los recursos espaciales de Washington en un hipotético conflicto armado.
A pesar de esta preocupación, el Departamento de Defensa se había mostrado reacio a crear una nueva rama militar al considerar que solo generaría una mayor carga burocrática para llevar a cabo unas funciones que hasta la fecha venía desempeñando el Comando Espacial de las Fuerzas Aéreas.