Trump presume de ser el mejor de su clase pero oculta sus calificaciones. Esto es lo que esconde
Trump pidió a Michael Cohen que amenazara a las escuelas para que ocultaran sus calificaciones
En 2012, el entonces millonario Donald Trump ofreció una recompensa de cinco millones de dólares a quien publicara las calificaciones escolares del entonces presidente, Barack Obama. Cuando cuatro años después Trump se presentó a las elecciones presidenciales, el diario The Washington Post le preguntó por sus propias calificaciones: “No os voy a dejar ver nada, ¿por qué tenéis que mirar mis calificaciones? Estáis escribiendo una historia horrible”.
Trump se ha negado siempre a hacer públicas sus calificaciones, pero eso no le ha impedido presumir: “He escuchado que era el mejor de mi clase” en el programa empresarial de la Universidad de Wharton, dijo el año pasado, pese a que su nombre no aparece entre los alumnos laureados en su curso de 1968.
El ahora presidente pasó cinco años en la en la Academia Militar de Nueva York: “Lo hice muy bien bajo el sistema militar”, explicó en una entrevista, “me convertí en uno de los primeros de toda la escuela”.
Sin embargo, una investigación de The Washington Post puso eso en duda. Llegó a la academia militar con 13 años, en 1959, de la mano de su padre, Fred Trump, que le envió allí tras problemas en la escuela para enderezarle. El año antes de graduarse, fue ascendido a capitán de la compañía más prestigiosa de la escuela, pero meses después fue trasladado a un puesto de responsabilidad en la escuela sin nadie a su cargo, un cambio que él considera una promoción, pero algunos de sus compañeros, contactados por el citado diario, ven de forma diferente.
Casi medio siglo después, en 2011, después de que Trump retara a Obama a enseñar sus calificaciones para probar que no era una “estudiante horrible”, el director de la academia militar recibió una orden de su jefe: encontrar las calificaciones del propio Trump y ayudar a esconderlas.
Según informa el diario, el superintendente “entró en pánico” porque ex alumnos muy ricos y poderosos, que eran amigos de Trump, le habían conminado a mantener esas calificaciones en secreto. Le pidió así al director que las fuera a buscar y se las llevara para entregárselas a esa persona, pero finalmente lo que hizo fue trasladarlas a un lugar de la escuela donde nueva fueran halladas.
El ex abogado personal de Trump, Michael Cohen, que ha decidido colaborar con la justicia en la investigación sobre el presidente, afirmó el 27 de febrero ante el Congreso que el presidente le había ordenado durante la campaña electoral que amenazara a las escuelas a las que había atendido en su juventud para que nunca publicaran sus calificaciones.
Un portavoz de la Universidad de Fordham, adonde acudió tras licenciarse de la escuela militar, ha confirmado haber recibido una llamada de un representante de la campaña de Trump.