En qué consiste la cirugía para cáncer de tiroides y cuáles son sus riesgos
La mayoría de los tumores cancerígenos en la tiroides son extraídos con cirugía
A diferencia de otros tipos de cáncer, el principal tratamiento en el cáncer de tiroides es la cirugía. A través de la intervención quirúrgica se busca extraer todos los tumores y evitar la propagación o empeoramiento de la enfermedad.
Tipos de cirugías
Existen tres variaciones de la cirugía de cáncer de tiroides:
Tiroidectomía: es el método más usado para este tipo de cáncer. Consiste en la extirpación total o casi completa de la tiroides.
En esta intervención se hace una incisión en el comienzo del cuello y por ahí se extrae la tiroides del paciente.
Extirpación de los ganglios: esta cirugía se realiza cuando el cáncer ha avanzado a otras zonas del cuello.
En este sentido, el cirujano extrae la tiroides y los ganglios linfáticos cercanos a ella que se observen inflamados, para analizarlos.
Lobectomía: es una intervención para atacar los tumores cancerígenos más pequeños, y que se haya comprobado que no se han extendido a otras zonas.
En la cirugía se realiza la extirpación de un lóbulo de la tiroides y el otro se deja, lo que permite que el paciente no requiera de medicamentos adicionales.
Riesgos
- Pérdida o cambio de la voz: después de esta intervención la voz puede sufrir ciertas alteraciones como ronquera, agudización o pérdida.Estos cambios pueden desaparecer con el tiempo o ser permanentes. Dependerá del daño que hayan sufrido las cuerdas vocales.
- Pérdida de calcio: si durante la cirugía se le hace algún daño a la glándula paradoitea, responsable de regular el calcio en la sangre.
- Formación de coágulos en el cuello: por la perdida de sangre es posible que se formen coágulos o hematomas en la zona de la cirugía.