¿Cómo se realiza la cirugía de hemorroides y cuáles son sus beneficios?
Los procedimientos quirúrgicos contra la hemorroides no están exentos de efectos secundarios
Las hemorroides son altamente desagradables e incómodas en la gran mayoría de los casos. Y algunos no pueden ser tratadas con medicamentos, por lo que la opción más viable y eficaz para abordarlos son procedimientos quirúrgicos.
Hemorroidectomía
En este procedimiento, el cirujano elimina el exceso de tejido que provoca el sangrado.
La cirugía puede realizarse con anestesia local junto con sedación, anestesia epidural o intradural, o anestesia general.
La hemorroidectomía es una forma muy eficaz de eliminar hemorroides graves o recurrentes.
Entre las complicaciones está la dificultad temporal para orinar y vaciar la vejiga y, como consecuencia de ello, pueden ocurrir infecciones urinarias.
Muchas personas sienten algo de dolor después del procedimiento. Estas molestias pueden ser abordadas adecuadamente por medicamentos, y también con baños con agua tibia.
Hemorroidopexia con grapas
Este procedimiento está destinado a bloquear el flujo de sangre hacia el tejido hemorroidal. Esta cirugía está dirigida únicamente para las hemorroides internas.
El engrapamiento suele implicar menos dolor que la hemorroidectomía convencional, por lo que el tiempo de recuperación es menor. No obstante, en comparación con ella, el engrapamiento supone un mayor riesgo de reaparición y prolapso rectal.
El prolapso rectal tiene lugar cuando parte del recto sale a través del ano. Entre las complicaciones de este procedimiento tenemos el sangrado, la retención urinaria, dolor, y en muy pocos casos, septicemia.
Ligadura con banda elástica
En este procedimiento, el médico coloca una o dos bandas elásticas diminutas alrededor de la base de una hemorroide interna para así cortar la circulación. La hemorroide se “seca” y puede caerse dentro de 1 semana.
La ligadura puede provocar sangrado dos o cuatro días después del procedimiento, pero casi nunca es grave.