“La cultura chismosa me ha ayudado mucho”

Julissa Prado lanzó desde el garaje de su tío una línea de cuidado de cabello rizado que ha dado a conocer a través de redes sociales y las de una creciente comunidad de mujeres latinas

Julissa Prado, fundadora de Rizos Curls./ A. B. N.

Julissa Prado, fundadora de Rizos Curls./ A. B. N.  Crédito: El Diario

Como muchos emprendedores de California Julissa Prado empezó su negocio en un garaje. En el de su tío Juan.

Al igual que muchos empresarios de garaje, empezó con sus ahorros y con la pasión por su producto. A diferencia de ellos, Prado no tiene inversionistas ni prisa por tenerlos a cualquier costo.

El mismo garaje fue su almacén durante mucho tiempo y pese a que usó casi todo su dinero en dar con la clave del producto e inició su mercadotecnia con casi cero dólares, se apoyó en los medios sociales, en su personalidad entusiasta, en la red de su comunidad de mujeres latinas, sus necesidades y lo que cariñosamente llama “la cultura chismosa” para lanzar su línea de cuidado para cabello rizado hecha con productos naturales, Rizos Curls.

“Yo vivo mi vida con mi corazón, el negocio es importante pero no tanto como vivir la vida con el corazón feliz, un inversionista no entiende eso y para mí es importante”, explica mientras alinea su champú, acondicionador, la loción definidora de rizos y el desenredante para, a continuación, hablar de la sávila, el limón, el aceite de coco y otros productos naturales en cabelleras frondosas y rizadas como la suya. 

Prado es el origen e imagen de su producto. Su cabello es rizado porque aunque del lado de su madre la familia es mexicana blanca, “la familia de mi papá es afro”. Nacida en Los Ángeles, esta descendiente de mexicanos, de 29 años, dice que cuando estaba en noveno grado en su escuela le empezaron a hablar de racismo, de la imposición de estándares europeos de belleza y de estereotipos de su propia cultura.

Línea de productos de Rizos Curls, creada por Julissa Prado./A. B. N.

“Y me di cuenta que no tenía que avergonzarme de mi cabello, que no me tenía que avergonzar de hablar español. Yo me alisaba el cabello, no quería que me estereotiparan como se hace rápidamente con los mexicanos en L.A. pero me di cuenta que estaba orgullosa de mi cabello, de mi familia y de mi cultura, y empezó con ello una aventura porque quise usar mi cabello natural”.

Dice que creció rodeada de una comunidad black and brown y que todas las mujeres se alisaban el cabello, una cuestión que tiene una carga emocional racial muy fuerte en EEUU. “Decidí empezar a crear mis fórmulas en la cocina con productos naturales para tratar mis rizos” porque no encontraba productos que le gustaran en el mercado.

“Mi abuela materna me enseñó a usar productos naturales, ella es mexicana, más indígena, era la partera de su pueblo y hacía sus propios remedios”, recuerda. Con uno de ellos le trató a Prado el eccema en su cuero cabelludo con sávila y limón cuando era niña. 

A los 16 años, recordando las recetas de la abuela Prado ya llevaba sus propios productos en bolsitas de ziploc que tenían que estar refrigeradas porque al ser naturales se estropeaban y terminaban oliendo mal, explica entre risas.

Y allí empezó lo que ella define como “chismosa culture” que es la razón por la que cree que le ha ido bien en el negocio.

“Para nosotros los latinos, compartir es cuidarnos los unos a los otros. Venimos de otros países y estamos en comunidades en las que somos la primera generación [nacida en el país] confiamos entre nosotros, en el vecino porque nos queremos ayudar, porque venimos de la misma lucha. Cuando pasa o veo algo bueno lo quiero compartir por eso siempre que encontraba chicas con cabello rizado les decía que vinieran a mi casa y les hacía el cabello”. Prado cuenta divertida que luego las veía con sus ziplocs y sus limones en la bolsa.

Raíces empresariales

Prado no es una extraña al entramado empresarial. Cuando era niña ayudaba a su padre en la caja y las cuentas de su restaurante. Él le enseñó que en una empresa, la persona más importante es el trabajador que está haciendo el trabajo directamente, el que conoce mejor con lo que se lidia. “Esa es la persona a la que más le debes porque es la cimentación de todo el trabajo”.

Tras hacer una maestría en negocios hizo una pasantía con PepsiCo y luego aterrizó en Nestlé. A los 22 años gestionaba un equipo responsable de 21 millones de dólares. “En el equipo todos eran hombres, además era la única latina, la única mujer, la chiquita, el menor tenía 40 años”. “Mi área de negocio creció un 10% lo que es mucho para una empresa grande. Cuando hablamos de diversidad no solo lo hacemos porque es importante o políticamente correcto es porque la gente que es distinta trae distinta perspectivas, experiencias, algo distinto. Yo no era la más lista pero traje una perspectiva nueva que antes no se había tratado”.

Básicamente lo que hizo fue lo que le enseñó su padre. Aprender de los trabajadores sobre el terreno y explica que todos ellos le confesaron que era la primera vez que un mánager les pedía opinión.

Prado dice que la mayor parte de lo que ha aprendido ha sido en el vecindario, en la comunidad black and brown, la mujer que vende pupusas, el señor de los raspados… “Un verdadero CEO, un empresario es alguien que tiene un poquito y con eso hace magia”. 

Julissa Prado lanzó su empresa Rizos Curls en 2017./ A. B. N.

Ella empezó con $40,000 que ahorró trabajando para Nestlé. Su madre le dijo que comprara una casa, ella decidió buscar laboratorios donde hacer sus productos para el cabello. Cuando lo consiguió, tras cuatro años de ensayo y error era 2017 y solo pudo durar en su empleo un mes más porque lanzar sus productos e ir a trabajar era “como tener tres empleos a tiempo completo”.

Desde la primera inversión hasta ahora cada centavo que Rizos hace “lo invertimos al negocio. Hacer fórmulas, botellas, la producción que es local”. Ahora tienen oficina y almacén además 10 personas que trabajan para ella aunque no a tiempo completo. 

Medios sociales

Con 90,000 seguidores en medios sociales fue natural que crecieran con ventas en su web, salones y tiendas. La cultura chismosa se puso a funcionar a toda máquina. Y no es el chisme por el chisme sino la ayuda, la red, un mensaje. ¿Ejemplo? La página de social media se lanzó antes de que llegara el huracán María a Puerto Rico “y era la única compañía que hacía cosas para cabello rizado en español, con videos en español. El huracán forzó a la isla, a las mujeres a usar su cabello natural, ellas no aceptaban su cabello rizado y se lo alisaban pero por primera vez por las circunstancias lo usaban rizado y nos preguntaban cómo cuidar el cabello natural”.

Prado sacó sus recetas naturales y se las mandaba, ellas le contaban lo que pasaba en la isla y Prado hablaba con todas las que podía. Sus seguidoras se multiplicaron. “No teníamos mucho dinero pero dimos el 20% de las ganancias a Puerto Rico”.

Prado dice que este año ha empezado a tener un sueldo y tiene sueños de que su producto, “su baby”, siga creciendo, “tenga más hermanos” y sea una compañía de miles de millones de dólares. Irá poco a poco. Por su camino, el que está creado por una red de empresarias latinas, consumidoras jóvenes latinas orgullosas de su pelo y las sinergias que se crean entre ellas. Además, está felizmente convencida de que no es un sueño.

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