Donó el cuerpo de su madre a un centro de investigación, y este lo vendió al ejército por $6,000
El cuerpo de la anciana fue atado a una silla y volado con una bomba explosiva
El hijo de una anciana cuyo cadáver fue vendido en secreto al ejército de los EEUU, dijo que está en shock por lo que le hicieron a su madre y aseguró que nunca se recuperará de los que sucedió.
Jim Stauffer, de Phoenix, Arizona, dio el cadáver de su madre, Doris, para que fuera usado en investigaciones médicas cuando ella murió en 2013 a causa de la enfermedad de Alzheimer.
Sin embargo, en lugar de usarse con fines médicos, el cuerpo de la mujer de 74 años fue enviado al ejército donde lo ataron a una silla y le detonaron una bomba debajo.
Debido a esto, Stauffer es una de as 33 personas que actualmente están demandando al Centro de Recursos Biológicos (BRC, por sus siglas en inglés), por engañar a la gente sobre el destino que tendrían sus difuntos seres queridos a cambio de que los donaran.
“Me siento engañado, porque no soy una persona que suele confiar, pero en esta situación, tú confías”, comentó Stauffer.
Asimismo, el afectado dijo que había firmado documentos donde rechazaba que se hicieran experimentos con explosiones usando el cuerpo de su madre.
Empresa perturbadora
La noticia de la forma en que BRC trataba a los cuerpos sorprendió a todo el país cuando la semana pasada se reveló que agentes del FBI hicieron una redada en 2014 en donde encontraron cubos llenos de cabezas humanas, brazos y piernas.
Además, la empresa almacenaba montones de genitales masculinos en refrigeradores, y algunas partes de cuerpos de diferentes personas se habían cosido juntas.
Stauffer descubrió lo que le pasó a su madre después de que una investigación de la agencia de noticias Reuters descubriera que BRC estaba suministrando cadáveres para experimentos del ejército sin el permiso de los familiares.
Registros militares muestran que al menos otros 20 cadáveres también se utilizaron en pruebas de explosiones, con el fin de saber que le pasaría a un humano si estuviera expuesto a una bomba. BRC vendió, sin el conocimiento de los familiares, a $5,893 dólares cada cuerpo.
Por su parte, oficiales del ejército dijeron que, aunque nunca recibieron los formularios de consentimiento, la empresa BRC les aseguró que las familias habían aceptado que los cadáveres fueran utilizados en tales experimentos.
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