Adicta al sexo culpa a Instagram de su problema
La mujer afirma que se ha acostado con más de 100 hombres que la contactaron por Instagram
Una ex adicta al sexo ha confesado que se acostó con dos o tres hombres por semana en el apogeo de su adicción, y culpa a Instagram por contribuir a este flujo constante de parejas sexuales.
Laurie Jade Woodruff ha declarado que la aplicación para compartir fotos era como una droga para ella y que conseguía practicar sexo sin ningún tipo de ataduras.
Le bastaba con vestir con ropa provocativa y posar de manera sexy para las fotos. Dice que, aunque no le gustaba especialmente hacerlo, lo hacía para que la llenaran de cumplidos y halagos y le escribieran mensajes privados subidos de tono.
“Instagram es un patio de recreo lleno de tentación”, le dijo a The Sun.
Para ella ligar en Instagram era más fácil y rápido que en las aplicaciones de citas. En cuestión de minutos conseguía tener sexo sin mucha más conversación de por medio.
Laurie, que ahora practica el celibato, cuenta que el sexo era una solución rápida a su problema porque Instagram hacía que llamar la atención fuera muy fácil. Pero le llevó años darse cuenta de lo dañino que resultaba conseguir este tipo de atención.
Los hombres le enviaban mensajes constantemente. Algunos querían sus fotos y le ofrecían citas, pero otros enviaban mensajes más gráficos que detallaban las cosas que querían hacerle.
Aunque Laurie volvía a ver al mismo hombre si parecía tener una conexión real, admite que la gran mayoría de ellos fueron encuentros de una noche. Esa fue parte de su adicción: evitar cualquier tipo de compromiso.
Ahora dice que se aterrorizó al mirar hacia atrás al enorme peligro en el que se encontraba cuando volvía a la casa de un hombre al azar sin tener idea de quién era.
Laurie se dio cuenta de que algo tenía que cambiar cuando conoció a un hombre un viernes por la noche, quien le dijo lo hermosa que era.
El jugador de 31 años dijo que parecía muy agradable al principio, pero tan pronto como se fueron a la cama, él cambió de inmediato. Fue demasiado duro con ella, así que ella se marchó en cuanto tuvo oportunidad. Se dio cuenta de que algo tenía que cambiar.
Para explicar su actitud admite que hay momentos trágicos que le han afectado, como la muerte de su hijo Arthur, que murió de Síndrome Infantil Súbito o muerte súbita en 2015. Laurie se despertó con su bebé muerto a su lado.
Dos años después dio a luz a otro bebé, su segundo hijo llamado Henry. Cuando se vio a sí misma enviando mensajes de texto a hombres que no conocía con el bebé en sus brazos, decidió tomar medidas drásticas.
Dejó el sexo y empezó a escribir.
Aunque Laurie siente que siempre será adicta al sexo, dice que las cosas ahora están mejorando mientras persigue su sueño como escritora y ya tiene dos libros exitosos en su haber.