La cirugía de bypass gástrico lo lleva a revertir la diabetes
A sus 61 años, este hispano siente que la vida le ofrece una segunda oportunidad
Luis Patiño llegó a pesar 402 libras. Las rodillas le dolían para caminar, se le dificultaba dormir y respirar, pero lo peor vino cuando le diagnosticaron diabetes, colesterol y alta presión.
Fue entonces cuando tomó conciencia de que si seguía subiendo de peso, no iba a poder ver a sus hijos graduarse de la universidad, ni verlos casarse y conocer a sus nietos. Luis decidió hacerse la cirugía de bypass gástrico que le ha cambiado la vida para siempre.
“Cuando me sentaron en la mesa de operaciones, casi me arrepentía. Me dieron ganas de salir corriendo. Tenía miedo, podía morir ahí, pero me puse fuerte”, recuerda.
Luis Patiño tiene 61 años. Nació en El Paso, Texas. Fue reportero de televisión del canal 9 (KCAL) y director de noticias para la estación Univision 34 en Los Ángeles. Trabajó en el capitolio estatal como director de prensa para varios políticos, entre ellos el ex senador Richard Alarcón; y fue jefe de oficina para el ex asambleísta Tony Mendoza. Lleva varios años que trabaja como vocero para el Departamento de Prisiones de California.
Desde niño siempre batalló con el sobrepeso.
“Cuando trabajé como reportero de televisión es cuando mejor estuve, pero cuando tomé el puesto de director de noticias del Canal 34 de Univision, pasaba mucho tiempo sentado con mucho estrés, comía más y no hacia ejercicio”, recuerda.
Luis probó diferentes dietas, y en alguna ocasión llegó a perder 70 libras, pero pronto volvía a ganarlas.
“Yo era de los que se despertaba con una soda de dieta. Para seguir despierto y alerta, seguía tomando sodas todo el día. Me dicen que el agua carbonatada hace que el estómago se agrande y le dé a uno cada vez más hambre”, platica.
Pero además comía en grandes cantidades. Dejaba muchas horas sin comer, y luego se pegaba tremendos atracones.
Conforme subía de peso, platica que las rodillas le empezaron a doler y no podía respirar bien. “Tampoco podía dormir. Me despertaba mucho. Me sentía muy cansado. Cada vez que me paraba, sentía que estaba levantando 400 libras”, dice.
Cuando se vino a dar cuenta, ya tenía diabetes, colesterol y alta presión. “Con tanto sobrepeso, me sentía encarcelado dentro de mi cuerpo”, dice.
Para abordar un avión, tenía que comprar dos asientos y usar dos cinturones para ajustarse los pantalones. “No cabía en las sillas y era muy difícil salirme del carro y bajar escalones”, cuenta.
Lo que lo llevó a dar un giro en su vida fue darse cuenta que si no cambiaba, se iba a perder los acontecimientos importantes de sus hijos Luis y Christopher.
“Ellos iban a estar enojados conmigo porque no traté de hacer algo para estar vivo y vivir más años”, comenta.
En mayo de 2017, se hizo la cirugía de bypass gástrico. “Me cortaron la mayor parte del estómago. Me lo dejaron del tamaño de un niño y lo reconectaron a los intestinos”, dice Luis, cuya cirujana fue la doctora Laura Machado.
“Antes de la operación tuve que ir a clases durante seis meses para explicarme lo que iba a pasar”, dice.
Dos años y medio después, Luis pesa 188 libras.
“A veces no lo creo. Ya no tengo diabetes, ni colesterol ni alta presión. Ya no me siento cansado ni débil todo el tiempo. ¡Ha sido como un milagro!”, exclama.
La pérdida de peso, Luis la atribuye a la reducción del estómago, pero también a que ahora hace ejercicio y come mucho menos.
“Mis gustos por la comida cambiaron. Ya no como pan ni tortillas; y hasta con la fruta me mido. No necesito comer tanto para sentirme satisfecho, y no me privo de nada”, asegura.
Luis corre y hace pesas al menos cuatro veces a la semana. “De joven hacía pesas, y el músculo tiene memoria”, dice.
Y confiesa que se siente feliz sobre todo porque ha podido estar en los momentos especiales de sus hijos como sus graduaciones. Luis se graduó de la Universidad de Yale y Christopher, de Brown University.
“Uno nunca sabe qué puede pasar. Pero tengo el gusto de decirle a mis hijos que he hecho lo que he podido para estar con ellos y mantenerme saludable”, sostiene.
Luis recomienda la cirugía del bypass gástrico a las personas que han probado diferentes métodos para adelgazar sin resultados. “El bypass gástrico es solo una herramienta”, observa.
En diciembre, se someterá a una operación para eliminar el exceso de piel que le ha quedado tras la cuantiosa pérdida de peso. “La doctora dice que tengo entre 20 y 25 libras de puro pellejo”, dice.
Luis pasó de usar camisas 5X a talla mediana; y de vestir pantalones talla 60 a los números 34 y 36.
Ahora anhela hacer todas las cosas que no pudo cuando sufría de obesidad. “Quiero retirarme y viajar. Visitar lugares, correr en la playa, ir a pescar, jugar golf y ver más atardeceres y amaneceres”, dice.
“Me siento muy agradecido, con mucha pasión y esperanza por la vida. Muchos amigos me preguntan cómo fue que me quité la diabetes. Yo les digo que hay modo de revertir si tomamos conciencia. De lo único que me arrepiento. es no haberme hecho el bypass gástrico antes”, afirma.