Restaurante cercano a la Casa Blanca promueve causas de los inmigrantes con comida de sus países
Immigrant Food, con creaciones del chef venezolano Enrique Limardo, destina donaciones a grupos proinmigrantes
El menú de este restaurante ofrece un tazón llamado Viet Vibes de pollo adobado con especias combinado con fideos de arroz picantes, cilantro, cacahuate, mango y vinagreta vietnamita para evocar los sabores del sureste asiático y del Caribe.
También aparece un platillo con el nombre de Columbia Road Bowl inspirado en los inmigrantes etíopes y salvadoreños, en el que se sirve un filete frotado con especias acompañado de lentejas rojas, loroco en escabeche y queso fresco.
Con este tipo de creaciones culinarias es como el restaurante Immigrant Food busca promover un entendimiento sobre el fenómeno migratorio y dejar en claro que Estados Unidos es una nación de inmigrantes.
El establecimiento fue inaugurado esta semana en la capital del país y se ubica a una cuadra de La Casa Blanca, donde su actual inquilino ha sido el promotor de una radical agenda antimigrante.
Have you heard the news about #DREAMers? What happened at the #SCOTUS on November 12? What is #DACA? All really important questions, as nearly a million people's futures now look uncertain. Read this piece! @marshallfitz @EmCollective #UnitedAtTheTable https://t.co/Rm9uaMEA6V
— Immigrant Food (@immigrantfooddc) November 20, 2019
Unidos en la mesa
La fusión de cocinas en este lugar es obra del chef Enrique Limardo, un inmigrante de Venezuela que decidió abrir su propio negocio en sociedad con Peter Schechter, un italiano y veterano consultor político de Washington, y con el empresario restaurantero de origen argentino Ezequiel Vázquez.
Al principio el chef venezolano creyó que sería imposible fusionar los platillos tradicionales de múltiples culturas y ofrecer un menú tan variado, según declaró a The Washington Post.
“Sería como estar trabajando en 20 restaurantes al mismo tiempo”, dijo al periódico. “Pero llegué a la conclusión de que se puede fusionar todo, porque a final de cuentas es química”.
Para su socio Schechter, cuyo padre es inmigrante de Alemania y su madre llegó procedente de Austria, dijo que desde hace un año empezó a cocinar este concepto de restaurante ya que sentía la necesidad de responder a la retórica antiinmigrante que se desató en el país.
“Ese no es el Estados Unidos que yo reconozco, porque de alguna manera se ha vuelto normal menospreciar y hablar de los inmigrantes como si no fueran buenos para este país”, dijo en entrevista a CNN. “Pero los inmigrantes han sido la base del crecimiento y de la vitalidad. Este país ha sido grandioso una y otra vez gracias a los inmigrantes”.
Por eso Limardo, Schechter y Vázquez decidieron operar este restaurante bajo el lema: “United at the table” (unidos en la mesa).
En su sitio de internet, Immigrant Food se autodefine como un pequeño “think tank” o grupo de expertos analistas que busca eliminar el ruido que hacen los prejuicios y conceptos erróneos que proliferan en el debate migratorio.
Y para ello, el restaurante pide a sus clientes donaciones que la empresa destina a cinco organizaciones proinmigrantes con las que colabora para realizar talleres de naturalización, ofrecer representación legal en cortes de inmigración, impartir clases de inglés y entrenamiento para las entrevistas de ciudadanía.