Una sola resolución de Año Nuevo…
Voy a quererme más para creerme más
“¿Se han fijado que estoy perdiendo peso?”, preguntó coquetamente hace unos días Erika de la Vega desde el escenario de su obra “Tú no sabes quien soy yo” en el Teatro Colony de Miami Beach.
“Es que estoy a dieta… Sí, estoy a dieta desde 1986”.
Una carcajada general se unió al gran aplauso. Y después de reírme mucho con el divertido show de esa venezolana genial, me puse a pensar seriamente en que hacer dieta, ir al gimnasio, ahorrar, pagar las tarjetas de crédito, dejar de fumar y viajar son las resoluciones más comunes de Fin de Año.
Pero también son las promesas menos cumplidas.
Y no cumplimos las promesas por una razón sencilla:
Como no nos queremos como debemos, no nos creemos lo suficiente.
Este 31 de diciembre sólo voy a hacer una resolución para recibir esta nueva década: Voy a quererme más para creerme más.
Si creo más en mí no voy a ser parte de esa estadística que asegura que el 90 por ciento de las personas no cumplen lo que se prometen el 31 de diciembre mientras se atragantan de uvas o corren despavoridos arrastrando una maleta.
Me voy a querer más para que el miedo no se meta a mi cabeza a preguntarme cómo voy a viajar más si tengo que ahorrar. Me voy a querer más para no creerle a esa voz que me pregunta que con qué tiempo voy a ir al gimnasio.
e voy a querer más para creer que sí voy a ser capaz de trabajar en esa idea que me viene dando vueltas en la cabeza, como la dieta de Erika de la Vega, desde 1986 y que no me he atrevido a llevar a cabo porque… nunca hay plata suficiente, ni tiempo… pero luego mi teléfono me avisa que pasé 3 horas en Social Media y mi tarjeta de crédito confirma que hay demasiadas carteras en mi clóset.
Sí, la única razón por la que seguimos gordos, fumando, sin viajar a esos lugares que queremos conocer, ganando el sueldo que no queremos ganar, atados a la pareja que ya no amamos, con las tarjetas hasta el tope, viviendo en la casa que no queremos vivir, comprando lo que no necesitamos, y yendo todos los días al trabajo que no queremos tener es porque no nos queremos ni nos creemos.
Este año en el Vision Board que siempre hay en mi baño sólo habrá una foto mía para recordarme a diario que si no me quiero no voy a creer en lo que me propongo.
Si me quiero más, en el 2020 no dejaré que entren las dudas, ni dejaré que los manipuladores se adueñen de mi mente.
Si me creo más, cumpliré mis promesas.
¿Qué cómo se quiere uno más?
Dejando el látigo a un lado, y perdonándote. Ya está bueno de hacerte la víctima. De juzgarte. De hablarte como si fueras tu enemigo. De pensar que no te mereces más de lo que tienes.
Uno se quiere más cuando cumple las promesas que se hace a sí mismo. Por eso en el 2020 voy a quererme más para creerme más.
Sobre la autora
Luz María Doria es inmigrante colombiana, periodista, productora ejecutiva de Despierta América y autora de los libros “La Mujer de mis Sueños” y “Tu Momento Estelar”. Podrán encontrar su columna cada lunes en nuestro diario impreso y en este sitio web.