Sierra & Tierra: Un imperdonable pecado de negligencia

Javier Sierra es columnista del Sierra Club. Sígalo en Twitter @javier_SC

JP Morgan Chase anunció que no financiará las explotaciones petroleras en el Ártico.

JP Morgan Chase anunció que no financiará las explotaciones petroleras en el Ártico.  Crédito: Javier Sierra | Cortesía

Este reciente devastador reporte sobre la crisis climática es tajante: “La tierra está en una trayectoria insostenible. Algo tendrá que cambiar si la raza humana va a sobrevivir”.

¿Quién lo preparó? ¿Climatólogos, la ONU, Greta Thunberg? No, fue JP Morgan Chase, el mayor financiero de proyectos de combustibles fósiles del mundo, que por fin, parece estar abriendo los ojos ante la amenaza climática.

“El mayor reto es que el dinero es quien ostenta el poder”, dice Vivianna Plancarte, universitaria de Pomona College, California, y líder activista latina en el movimiento de desinversión en combustibles fósiles. “El dinero está demasiado concentrado y los que tienen el poder y el dinero tienden a olvidarse del resto del mundo”.

Plancarte y cientos de estudiantes más están presionando a sus universidades para que renuncien a sus inversiones en petróleo, carbón y gas fósil.

“Estamos educando al estudiantado, celebrando conferencias y reuniones para que la gente opine y esté informada sobre el movimiento de desinversión”, indica Bridget de la Torre, otra líder estudiantil de Boston University.

Durante décadas, la industria de combustibles fósiles ignoró y despreció las súplicas de la comunidad científica y ecologista para hacerles entender que su modelo comercial incluye la destrucción de la atmósfera del planeta. Solo quedó una opción: tratar de cortar el flujo de financiación a esta industria. Los resultados han sido espectaculares.

El mismo JP Morgan Chase anunció el mes pasado que no financiará las explotaciones petroleras en el Ártico y abandonará proyectos carboneros, como minas o plantas térmicas.

“Me involucré en el activismo para prevenir el cambio climático en mi comunidad”, dice Plancarte, originaria de El Centro, California, una comunidad rural mayoritariamente latina que sufre desproporcionadamente el impacto de la crisis climática. “Reducir el cambio climático es algo que persigo con pasión. Quiero que se respeten los derechos humanos de todos”.

Esta presión se sigue apuntando victorias. En los últimos tres meses, la mitad de los seis mayores bancos de Estados Unidos —Goldman Sachs, Wells Fargo y el mencionado JP Morgan Chase— han renunciado a financiar explotaciones petroleras en el Artico.

“Quiero resolver este problema”, dice de la Torre. “A esto voy a dedicar mi carrera. Me he dado cuenta de que este activismo me hace sentir más cómoda y valiente”.

“Cuando ves a otras personas trabajar por el mismo objetivo, te sientes más empoderada, que puedes superar las adversidades y te permite dar una muy poderosa declaración política”, concluye Plancarte.

Ellas y tantos otros jóvenes de todo el mundo nos están dando la mayor lección generacional de la historia. Sería un pecado imperdonable ignorar esta súplica por el futuro de la humanidad.

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