6 beneficios medicinales de detener el consumo de refrescos
Conoce los sorprendentes efectos que suceden en el cuerpo al dejar de tomar refresco; anímate a vivir de manera más saludable y a prevenir enfermedades degenerativas
En los últimos años como parte de grandes y populares tendencias de estilo de vida que promueven la salud y el bienestar, mucho se ha hablado sobre las consecuencias que genera el alto consumo de refrescos. Entre los efectos negativos más populares del refresco se encuentran el sobrepeso y la obesidad, sin embargo la lista de padecimientos es larga; entre los más preocupantes de destacan: enfermedades cardiovasculares, consecuencias dentales complejas, diabetes, cálculos renales, anemia, descalcificación y complicaciones en el funcionamiento cognitivo. Evitar el consumo de refrescos es uno de los mejores hábitos de salud que existen, en pocos días el organismo revela increíbles beneficios.
Los beneficios de dejar de tomar refrescos:
1. Tendrás menos hambre
Uno de los grandes problemas de consumir refrescos se encuentra en su alto contenido en endulzantes artificiales, aromatizantes y colorantes, sin importar que consumas opciones light o bajas en calorías son sustancias que afectan mucho al organismo, ya que intervienen de manera negativa en la digestión y se destacan por afectar el sentido de saciedad y su efecto efervescente estimula el apetito. Cuando omitimos el consumo de refrescos una de las principales razones de bajar de peso, es que el organismo controla mucho más el hambre y los antojos.
2. Mejora la salud del corazón
Un estudio realizado por la Universidad de Harvard estableció que el consumo de refrescos aumenta el riesgo en desarrollar enfermedades cardíacas crónicas, dentro de los peligros más preocupantes se encuentra el efecto negativo que tiene al aumentar los niveles de presión arterial. Al dejar de beber refrescos el funcionamiento del sistema cardiovascular se regula, mejora la circulación sanguínea y se equilibran los altos niveles de colesterol, triglicéridos e hipertensión los principales enemigos del corazón.
3. Lucirás más joven
Sin duda uno de los beneficios más valorados de olvidarte del refresco, resulta que el alto contenido en azúcar y aditivos acorta el tiempo de vida de los “telomeros” cuando esto sucede se asocia con el envejecimiento, signos propios de la edad y es considerado un precursor de enfermedades cardiovasculares y la diabetes. Omitir la ingesta de refrescos, aumenta de manera natural el consumo de agua y esto se asocia con una piel radiante, hidratada y una mayor producción de colágeno.
4. Perderás peso
Sin importar la variante de refresco que consumas sin azúcar, light, cero calorías, son bebidas que impiden bajar de peso. Lo que sucede es que su alto contenido en azúcares artificiales libera insulina y esto causa impedimentos en bajar de peso, ya que el azúcar tiende a acumularse en forma de grasa. Dejar el refresco es una de las mejores maneras de estimular el metabolismo y la quema de grasa.
5. Mejora el funcionamiento cerebral
La glucosa es el principal alimento del cerebro, es necesaria para que el organismo cumpla cabalmente con importantes funciones; sin embargo el azúcar artificial se relaciona con diversas alteraciones en el funcionamiento cerebral. Al cambiar de hábitos alimenticios, aumentando el consumo de frutas y verduras, evitando las comidas procesadas y los refrescos, de manera automática mejora el rendimiento mental y las funciones cognitivas como es el caso de la memoria, la concentración y el aprendizaje.
6. Menos enfermedades
En general dejar de tomar refrescos únicamente traerá cosas benéficas para tu salud, entre las principales se encuentra un menor índice en padecer cualquier tipo de enfermedad. Esto se debe principalmente a que estarás evitando las afectaciones que causa el azúcar artificial en el sistema digestivo, entre las más comunes son la acidez, el reflujo, la inflamación y daños en la microbiota. Omitir los refrescos se asocia con un aumento en las bacterias benéficas del estómago, las cuales se asocian directamente con el sistema inmunológico.