Expertos indican: para combatir infecciones, sácate los zapatos antes de entrar en tu casa
Esta medida preventiva puede complementar el lavado de manos tan recomendado
Ni las costumbres más ancestrales lograron cambios en nuestros hábitos de higiene como el coronavirus. El lavado de manos frecuente, el más evidente; pero en algunos hogares han estado optando por la tradición de algunos países orientales de dejar los zapatos fuera de la casa.
Tal como lo menciona Architectural Digest en su portal Clever, un aumento de la concienciación de los gérmenes ha contribuido en los esfuerzos de cada hogar para prevenir que el exterior entre a nuestra intimidad, buscando un lugar para enfocar sus energías, comenzando literalmente desde cero al pensar en sus zapatos.
Según un mapa publicado por Reddit, aunque se contempla que los países más populares en este tipo de costumbre son los asiáticos como Japón, China o Corea, también desveló que no es un hábito exclusivo de esa zona del planeta, ya que en lugares como Malasia, Tailandia, Filipinas, India, Nepal, Estonia, Suiza, Países Bajos, Irán y Pakistán también lo tienen por costumbre.
¿Pero qué argumentos científicos hay que sustenten la idea de quitarse los zapatos al entrar al hogar para evitar enfermedades, sobre todo cuando en algunas regiones se ha especulado como una fuente de contagio del COVID-19 por medio de estos artículos personales?
En 2015, un estudio publicado por la revista médica Microbiome confirmó lo que podría ser obvio, que “los zapatos influyen en las comunidades microbianas del piso al depositar los microbios que se han adherido a ellos”. Esto quiere decir y es lógico que los agentes patógenos que pueden ser pisados por nuestras suelas sin duda pueden entrar a nuestro hogar.
Un estudio realizado en la Universidad de Arizona reveló la sucia verdad sobre los zapatos, encontrando cantidades sorprendentemente altas de bacterias en el calzado de los participantes. Al probar los zapatos usados durante tres meses, los investigadores encontraron un promedio de 421,000 unidades de bacterias por zapato, incluidas aquellas que generalmente viven en intestinos o materia fecal, como E. coli y Klebsiella pneumoniae.
Por si esto fuera poco y retomando el preocupante contexto actual, en un estudio publicado por Emerging Infectious Diseases, investigadores encontraron que aproximadamente la mitad de los trabajadores de la salud en UCI en un hospital de Wuhan, China, tenían el coronavirus en sus zapatos. Por esta razón la Organización Mundial de la Salud ha aconsejado a los profesionales médicos que cubran su calzado con botas médicas o desinfecten las suelas de sus zapatos cuando atiendan a pacientes con coronavirus, para evitar ser posibles portadores.
Pero esto no debe ser motivo de preocupación siempre y cuando tomes en cuenta algunos puntos. El Dr. Boris Lushniak, decano de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Maryland, sugirió el mes pasado al New York Times que “puede ser una buena práctica general de salud pública cambiarse las zapatillas después de caminar afuera”. Pero aclaró que aún la carga bacteriana en el zapato promedio no es probable que termines enfermando, ya que eso requeriría de una exposición mayor con miles de microbios. Eso sí, para aquellos domicilios donde existan niños pequeños o personas que por alguna razón tengan que arrastrarse, lo más óptimo sería un hogar sin zapatos.
Hoy en día, eliminando tradiciones religiosas y culturales, incluso a pesar de que aún no se tienen registros reales de enfermedades o contagios por medio de los zapatos, y aunque la decisión radica en cada uno de los hogares estadounidenses, adoptar todas las medidas preventivas pertinentes como quedarse en casa, lavarse las manos con frecuencia y, posiblemente, dejar tu calzado afuera de tu casa y tu familia.