Corovonavirus: Lavacarros desesperados por regresar a trabajar

Llevan más de dos meses sin ingresos, viviendo de préstamos y donaciones de bancos de alimentos

Los lavacaras atraviesan por una situación económica muy delicada. (Cortesía Clean Carwash Campaign)

Los lavacaras atraviesan por una situación económica muy delicada. (Cortesía Clean Carwash Campaign) Crédito: Cortesía

Miles de latinos que trabajan como lavacarros en el condado de Los Ángeles, están desesperados porque no han tenido ingresos por más de dos meses a causa de la pandemia del coronavirus.

El Departamento de Salud Pública del condado de Los Ángeles solo permite la apertura de los negocios de lavado de carros, que son parte de una estación de gasolina y prácticamente de autoservicio, que no requieren trato con el personal, salvo para pagar o guiar al conductor sobre como entrar y salir del lavado de autos; pero los que son independientes deben permanecer cerrados en acato a la orden Quédate en Casa.

Solo se permite la apertura de negocios de autolavado.(Pixabay)

“Por momentos he sentido que me voy a poner loco de tanto pensar cómo hacerle”, dice Agustín Luna, un lavacarros de 51 años, originario de Puebla, México.

Me la he pasado pidiendo prestado a amigos y a mi hermano para pagar la renta  y las cuentas del teléfono”, comenta.

Ha podido comer gracias a los alimentos que le donan en los bancos de comida.

“Hoy por ejemplo, solo me desayuné un café con un pedazo de pan”, comenta. 

“A veces mi cuñada me regala de los lonches que le dan en la escuela para sus hijos. Es comida para niños, pero es mejor que nada”.

Agustín comparte un departamento de un recámara con un amigo dedicado a la construcción, a quien también le han recortado las horas de trabajo.

Los lavacarros están sin trabajo desde antes del coronavirus, por las semanas previa de lluvia. (Kaboompics.com)

Su situación se vio agravada con el fallecimiento de su madre el 4 de abril en México. “Ella ya estaba enferma, pero en Nueva York, murió un cuñado por el COVID-19”, cuenta.

Los pocos ahorros que tenía se fueron en ayudar a su familia en México para pagar por el sepelio de su madre. 

“Yo antes les mandaba a mis padres entre 500 y 700 dólares al mes. Le pagaba 4,500 pesos a unos familiares para que cuidaran a mi mamá enferma”.

Un estudio de 2007 reveló que hay más de 10,000 lavacarros en el condado de Los Ángeles. “Son muchos más los que trabajan en más de 500 negocios de lavado de autos”, dice Flor Rodríguez, directora de Clean Carwash Campaign, una organización que lucha por los derechos de los lavacoches y por evitar el robo de salario.

El promedio de edad de estos trabajadores va de los 30 a los 60 años.

“Ellos dejaron de trabajar desde semanas antes de que se dictara la orden Quédate en Casa, porque hubo dos semanas antes con mucha lluvia”.

Los negocios de lavado de carro no pueden operar aún debido al coronavirus.(EFE)

Flor comenta que les preocupa que la industria ofrezca a los trabajadores, mascarillas y guantes para protegerse del virus cuando se dé la reapertura de los lavados de autos. Pero que además les proporcionen agua limpia para lavarse las manos con regularidad y áreas de descanso.

‘Hemos batallado en el pasado, antes del COVID-19 porque no les daban las herramientas para protegerse, y no queremos que arriesguen sus vidas por la necesidad que tienen de regresar a trabajar”.

Flor pidió a los dueños de estos negocios tomar su responsabilidad, y proteger a los trabajadores tanto como a los clientes.

Aunque no está permitido, algunos negocios de lavado de carros han abierto los fines de semanas, exponiéndose a sufrir multas.

La oficina del procurador de Los Ángeles, Mike Feuer, reveló que impusieron cargos criminales a 60 negocios en la ciudad de Los Ángeles que han abierto, a pesar de la orden de mantenerse cerrados. Uno de los afectados es el negocio de lavado de carros Beach Cities Car Wash en el barrio de Venice al oeste de la ciudad de Los Ángeles.

Fausto Hernández, un lavacarros de 60 años, ha sobrevivido gracias a que vive en la casa de su hijo, su nuera y tres nietos. Pero ya quiere regresar a lavar autos, lo que ha sido su modo de vida por diez años.

Yo mando dinero a Oaxaca a mi esposa y a mi suegra, pero desde que comenzó el coronavirus y nos quedamos sin trabajo, no he podido enviarles nada ni ayudar a mi hijo con el que vivo”.

Los lavacarros siempre ha sido un sector de los trabajadores muy sufrido por la falta de protecciones. (Archivo/EDLP)

Fausto dice que antes del coronavirus trabajaba seis días a la semana, a veces hasta nueve horas por jornada, a un pago de nueve dólares por hora.

Santos Herrera, de 55 años de edad, se dedica desde hace cinco años a trabajar como lavacarros.  

“Pude pagar la renta con una ayuda de 260 dólares que me dieron en la campaña Clean Carwash Campaign, pero estos meses sin trabajo la he pasado batallando”, asegura.

A Santos, una amiga le cobra 400 dólares por dormir en la sala de su casa,  y tener acceso al baño y la cocina.

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