“Me encontraron de bebé envuelto en el abrigo de mi mamá, eso era todo lo que sabía de mi origen”
Durante 70 años, Tony May no tuvo idea de quién lo había engendrado salvo que lo habían abandonado en la ribera del río Támesis. Esta es su historia de cómo logró identificar quiénes fueron sus padres
Tony May tenía apenas unas semanas de nacido cuando fue abandonado al lado del río Támesis, en Londres, en plena Segunda Guerra Mundial. Durante más de 70 años no tuvo idea de quién eran sus padres, hasta que una detective de ADN descubrió la verdad sobre su pasado.
Unos días antes de la Navidad, en 1942, un bebé fue llevado a la estación de policía cerca del Parlamento británico en Londres.
Lo habían encontrado envuelto en un abrigo de mujer de color azul brillante en Victoria Embankment, una avenida de contención sobre la ribera norte del río Támesis que está sembrada de árboles y tiene algunos bancos en el camino.
Se estimó que el niño tendría un mes y, como nadie lo reclamó, se le adjudicó un día de cumpleaños. También tendrían que darle un nombre. En esa época era costumbre hacer referencia al lugar donde la criatura fuera encontrada, así que lo nombraron Victor Banks.
“Siempre me pregunté quiénes fueron. Y por qué me habrían abandonado. Creo que eso es lo principal”.
Tony May está sentado en un viejo sillón en su apartamento en St. Albans, una población unos pocos kilómetros al norte de Londres. Hay una pila de CD de jazz en la mesita y fotos de trompetistas en la pared.
“Solía administrar un club que estaba dentro del circuito de jazz”, me cuenta. “Presentábamos músicos que habían tocado en Ronnie Scott´s (un legendario club de jazz en Londres)”.
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Tony está en sus 70 años. Aunque se mueve cuidadosamente por su apartamento, su voz está llena de energía. Señala una de las fotografías en la repisa.
“Mi mamá y mi papá, Arthur e Ivy, no tenían hermanos, pero tenían amigos que llamábamos tío y tía. Fueron encantadores conmigo”.
La pareja adoptó a Victor Banks cuando era un niño, en 1944, y le cambiaron el nombre a Tony May. Luego adoptaron a una pequeña llamada Eleanor que se convirtió en la hermana de Tony. Recuerda que le dijeron que había sido adoptado cuando tenía unos 7 años.
“No era gran cosa, realmente. Pero recuerdo que mi hermana fue a decirle a todo el mundo que éramos adoptados y eso me avergonzó”.
Cuando creció, Tony se sentía particularmente cercano a su padre.
“Mi papá era muy inteligente, pero aunque estaba interesado en los deportes no era para nada bueno en ellos. Cuando se dio cuenta de que yo sí era bueno, todas las noches nos ponía a entrenar a mí y a mi amigo Mick en el juego de cricket. Llegaba a casa del banco -lo puedo ver ahora mismo con su sobrero y paraguas- y venía al jardín a ayudarnos. Y me llevaba a ver los importantes eventos deportivos en el estadio de White City, en Londres”.
“Me volví un muy buen jugador de cricket y un atleta estudiantil porque él creía en mí. Y cuando eres adoptado necesitas que la gente crea en ti”.
La adopción de Tony fue un tema poco mencionado por sus padres.
“Recuerdo una vez que mi papá golpeó en la puerta de mi dormitorio cuando era adolescente y me preguntó que tipo de música escuchaba”, dice Tony.
“Era John Coltrane en el saxo tenor tocando baladas. Dijo: ‘¿Crees que tocas esa música triste porque eres adoptado?’. Le contesté: ‘No papá, esta es música de alto calibre que se toca en todo el mundo’. El dijo: ‘Ah, está bien, entonces’. Hasta ahí fue, no hubo más diálogo en torno a eso”.
“Expósito”
Tony no descubrió que había sido encontrado de bebé hasta el día que se casó, a la edad de 23 años.
“Mi papá se me acercó furtivamente durante la ceremonia”, cuenta.
“Me dijo que cuando regresara de mi luna de miel tendría un sobre para mí con mis calificaciones de exámenes y la orden de adopción. Dijo: ‘Ahí hay una palabra que posiblemente no conozcas, la palabra expósito. Solo para que sepas”.
“Durante años no me enteré de su significado. Fue mucho más tarde que me di cuenta de que había sido abandonado”.
Tony entró a la banca, como su padre, y luego pasó a los recursos humanos. También tuvo dos hijos.
En retrospectiva, se pregunta si el no saber sus orígenes lo había afectado, a pesar de lo que le dijo a su padre sobre la música que escuchaba aquella vez.
“Me preocupaba mucho sobre lo que podía salir mal, por lo que trabajaba extra para hacer las cosas bien. Eso significaba que cuando los auditores me visitaban al trabajo yo sabía que todo estaría perfecto”.
“Aunque me río y bromeo mucho, no soy una persona muy cálida. Soy bastante reservado, diría, sin mostrar emociones. Pero puedo echarme a llorar viendo un partido de rugby”.
Averiguar su origen
No fue hasta que sus padres adoptivos murieron que Tony se sintió listo para investigar de dónde venía.
El primer lugar donde indagó fue la Oficina de Registros de Londres, pero allí no había mención de quién lo había encontrado ni a qué hora del día.
Después de haber sido examinado en un hospital de Chelsea, fue llevado a la guardería Easenye, al norte de Londres, lejos del riesgo de los bombardeos.
El pequeño Victor conoció a Arthur y Ivy May en Easenye. Antes de que les permitieran adoptarlo le dieron acogida durante un año y Tony reacciona visiblemente conmovido cuando lee en voz alta el informe de bienestar de esa época.
“Fecha en la que se efectuó la visita: 5 de noviembre de 1943. ¿El niño está bien cuidado? La respuesta es: ‘Ella dedica todo su tiempo a atender el bebé y él está respondiendo bien al cuidado individual y se está interesando en gente y cosas’. ¿Los solicitantes están satisfechos con el niño? ‘Están muy contentos con él y encantados de tener su propio bebé'”.
“Eso es hermoso”, comenta Tony, dándole un golpecito a la mesa para hacer énfasis.
Las cartas en los archivos de Tony revelan que los May escribieron a la autoridades para ver si podían conocer más detalles sobre su historia. La respuesta fue definitiva: se habían hecho investigaciones exhaustivas para rastrear a los progenitores pero todos los esfuerzos fracasaron.
Al verse en ese callejón sin salida, Tony llevó su historia a los medios con la esperanza de estimular la memoria de alguien. Apareció en la radio, TV y en los diarios a mediados de los 90.
Unas enfermeras que habían trabajado en la guardería de Easenye durante la guerra respondieron, pero Tony no estaba más cerca de encontrar las circunstancias de su nacimiento.
“Me había dado por vencido. Pensé: ‘nadie puede haber hecho más que yo, así que ya basta'”, cuenta.
La detective genética
Entonces, hace cuatro años, Tony se afilió a un grupo en Facebook para expósitos. Intercambiaron historias sobre sus vidas y las teorías de por qué pudieron haber sido abandonados.
Tony pensó que pudo haber sido el producto de una relación entre una mujer británica y un soldado estadounidense. Se estima que unos 22,000 niños nacieron así entre 1942 y 1945.
“A mí me encontraron en Londres y sé que esta es un área donde eso sucedía”, afirma.
“Mencionó su teoría al grupo en Facebook y resultó ser una medida que cambiaría su vida.
El mensaje fue visto por Julia Bell, una especialista en genealogía genética que ha usado el ADN para rastrear soldados estadounidense que engendraron hijos durante la Segunda Guerra Mundial.
El primer caso exitoso de Julia se dio cuando descubrió quien había sido el soldado que fue su propio abuelo.
“Mi madre no podía creer el descubrimiento. Su padre había muerto en 2009 pero tenía cinco hermanos viviendo en EE.UU. Ahora le envían regalos para su cumpleaños”.
Julia se inspiró en su experiencia para trabajar en otros casos de soldados, pero ahora buscaba un nuevo desafío.
“Estaba resolviendo los casos de soldados estadounidenses muy fácilmente. Todos sabían quiénes era sus madres, pero no sus padres. Pensé: ‘¿Cómo sería darle ese regalo de saber de dónde vienes a la gente que no conoce a ninguno de los dos?'”
Había estado mirando casos de expósitos cuando vio el mensaje de Tony en Facebook, así que se presentó y ofreció ayudarlo sin costo alguno.
“Pensé ‘¿por qué no?'”, dice Tony.
“He intentado todo lo que se puede, si le parece, que lo intente. No pensé que tuviera éxito. ¿Cómo podría con tan poca información?”.
Y tenía razón, el caso era difícil. De hecho fue el más complicado de los que Julia había intentado resolver.
Lo primero que hizo Julia fue investigar en los archivos de los diarios, donde encontró un pequeño artículo del 20 de diciembre de 1942 que reportaba sobre el hallazgo de Tony.
Decía: “Un niño de ojos azules y cuatro semanas de edad, envuelto en un abrigo azul brillante, parte del atuendo de una mujer, fue encontrado abandonado en el Embankment”.
Julia especuló sobre si esa era una señal de que Tony había sido abandonado a las carreras y que, tal vez, no había sido algo planeado.
Luego empezó con el ADN, del cual estaba convencida que ayudaría a resolver el caso de Tony. Era 2016, y se había registrado un inmenso aumento en el número de personas en EE.UU. y Reino Unido que recurrían a kits de pruebas de ADN para investigar las historias de sus familias.
El primer paso era enviar muestras de la saliva de Tony a una de varias empresas privadas que ofrecen buscar coincidencias de ADN con los otros clientes en su base de datos.
La cantidad de ADN que compartimos con otras personas se mide en centimorgans (cM). La cifra oscila entre un número pequeño para primos lejanos hasta los 3.400 centimorgans para un padre o hijo.
La prueba reveló que una mujer llamada Deborah, en Toronto, Canadá, parecía ser más o menos una prima tercera de Tony, juzgando por la cantidad de ADN que compartían.
Pero el esperanzador vínculo resultó ser un callejón sin salida. Julia se dio cuenta de que Deborah muy posiblemente estaba relacionada con Tony por el lado paterno y Deborah había dicho que no sabía quién era su padre.
Después de Deborah, la pariente más cercana era una prima cuarta llamada June, en Escocia. Eso significaba que probablemente tenían un par de tátara–tatarabuelos en común, que vivieron durante el siglo XIX.
“Ahora, June tenía un árbol genealógico más completo que estaba dispuesta a compartir conmigo”, señala Julia.
Para encontrar la pareja de ancestros que Tony y June tenían en común, la detective investigó las bases de datos de las empresas de genealogía por ADN y encontró a alguien que fue primo de Tony y June a distancia similar.
“Eso se llama triangulación“, explica Julia.
“Encontré una pareja de antepasados que vivió en los 1860 que era común a estas tres personas. Después armé un gráfico con todas las posibles líneas de descendencia, con cada matrimonio y cada nacimiento”.
“Busqué a personas más adelante en esas líneas que fueran descendientes vivos y les pedí a cada uno que se hiciera una prueba de ADN. Cada vez encontraba una coincidencia más cercana que me ayudaba a reducir el foco más y más, acercándome a mi meta”.
Por coincidencia más cercana, Julia se refiere a un primo más cercano de Tony en su árbol genealógico, con quien comparte una mayor cantidad de ADN.
La prueba más común de ADN examina parejas de cromosomas heredados de cada uno de los padres (excepto el par de cromosomas que determinan el sexo), pero Julia también logró que Tony hiciera otra prueba que examina el ADN mitocondrial, que es traspasado de la madre al hijo vía óvulo.
Eso indicó un fuerte vínculo maternal en Lanarkshire, en las planicies centrales de Escocia.
Cómo es la prueba de ADN
Toda célula en nuestro cuerpo contiene moléculas de ADN dentro de estructuras llamadas cromosomas, que contienen las instrucciones necesarias para el desarrollo, supervivencia y reproducción del individuo.
La prueba más común de ADN se enfoca en los cromosomas del núcleo de la célula, en particular los que son heredados de ambos padres (22 parejas de cromosomas “somáticos”). La prueba compara al individuo con cualquier otra persona en la base de datos con la que comparte un ancestro directo, hasta unas siete generaciones atrás.
Con hombres, también es posible probar el cromosoma Y, que se pasa de padre a hijo y ayuda a identificar la línea paterna.
La línea materna se puede investigar haciendo una prueba de ADN en la mitocondria -subdivisiones celulares responsables de generar la energía de la célula. Este tipo de ADN se traspasa de la madre a su descendencia en el óvulo.
Una media hermana
Fue una labor lenta y ardua, pero hacia finales de 2018 Julia identificó a una pareja que pensó podrían ser los abuelos maternos de Tony, que habían vivido en Kirkcaldy, al norte de Edimburgo.
Tuvieron un hijo que aun vivía en Escocia llamado Bill, de 90 años, que no quería someterse a un prueba. Sin embargo, la hija de Bill, Kathleen, estuvo de acuerdo una vez se enteró de la historia de Tony. Los resultados demostraron que Kathleen era con casi absoluta certeza su prima hermana.
“Así que pensé que la madre de Tony muy probablemente era la hermana de Bill”, comenta Julia.
“Bill había tenido una hermana, Mary, que murió en 1988. Mary tuvo dos hijos: Peter, que murió en 2006, y Sheena, que seguía viva”.
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Después de pensarlo largo y tendido, Sheena aceptó reunirse con Julia.
“Bueno, esto fue en enero de 2019”, recuerda Sheena, sentada en su terraza interior en Kettering, en el centro de Inglaterra.
“Mi prima Kathleen me había explicado sobre Julia y esta persona que buscaba a sus padres. Pensé que quien fuera este Tony, merecía conocer a su familia, pero no pensé que podría tener algo que ver conmigo”.
“Vino y me dijo, ‘estoy 80% segura de que tu mamá es la misma que la de Tony’. Bueno, casi caigo de espaldas. ¡No sabía nada al respecto!”.
“Pensé: ‘Cómo pudo mi mamá haber hecho eso?’ Y luego pensé: ‘Todo lo que le tuvo que haber pasado para sentirse capaz de hacer algo semejante’. Si solo hubiera podido contárnoslo”.
Sheena estuvo de acuerdo con hacerse la prueba que confirmó que, en efecto, era la media hermana de Tony. Julia fue a casa de Tony para darle la noticia.
“Cuando llegó, estaba con un amigo que estaba tomando nota de todo. Era algo demasiado abrumador para retener”, reconoce Tony.
“Fue extraño. Me sentí mucho menos contento de lo que pensaba. No tuvo el enorme efecto que esperaba. Pero cuando escuché que Sheena estaba dispuesta a verme, eso fue un gran regalo”.
Shena y su esposo, George Haig, viven a solo una hora en coche de la casa de Tony y acordaron reunirse con él y Julia en un hotel.
“Me pareció increíble. Que esté abrazando a la hija de la mujer que me abandonó y que ella estuviera preparada para conocerme”, expresa Tony.
“Sheena me entregó un álbum lleno de fotografías antiguas de la familia. Fue encantador. Es una gran mujer”.
Sheena inmediatamente notó algo familiar en Tony.
“Entró caminando y pensé: ‘Esa es mamá caminando hacia mí’. Era tan parecido a ella que daba miedo. No podía apartar los ojos de él”.
Con el tiempo, Sheena, que tiene 65 años, ha ayudado a Tony reconstruir una imagen de su mamá.
Mary se casó con el padre de Sheena en 1946 y tuvieron dos hijos. Se mudaron a Rhodesia, hoy Zimbabue, cuando Sheena tenía 2 años. Pero regresaron a Reino Unidos después de que su padre sufriera un accidente automovilístico. Nunca le dieron de alta y Mary crió sola a Peter y Sheena.
“Tuvo una vida dura pero era una persona amorosa. Haría cualquier cosa por ti”, asegura Sheena.
“La he echado de menos este año más que en mucho tiempo”.
¿Y el padre?
Entretanto, Julia todavía seguía intentando encontrar el padre biológico de Tony. Descubrió que Mary había estado casada antes, lo que fue una completa sorpresa para Sheena.
“Julia nos dijo que mamá se había casado con un hombre de Kirkcaldy llamado James, el 1 de agosto de 1942, pero que había solicitado un divorcio en 1946”, cuenta.
Como Tony había nacido a finales de noviembre o principios de diciembre, Julia sabía que Mary tenía que tener cinco meses de embarazo en el momento de la boda. Aunque el ADN no indicaba una fuerte ascendencia escocesa por el lado paterno de Tony, Julia decidió investigar la pista.
Encontró que James se había vuelto a casar después de divorciarse de Mary y que había tenido una hija llamada Anita. Cuando le contaron a Anita la historia de Tony, su respuesta sorprendió a todo el mundo.
“Sus primeras palabras fueron más o menos: ‘Gracias a Dios está bien'”, revela Julia.
Anita dijo que el descubrimiento de la existencia de Tony resolvió de una vez por todas un misterio de familia que la había preocupado toda su vida.
“Había escuchado el rumor de una historia pero nunca estuve segura de que fuera cierto”, dice.
“Tendría entre 8 y 10 años. Oí voces hablando en alto mientras escuchaba detrás de una puerta. Lo único que escuché fue: ‘Ay, es horroroso que hubieran abandonado un bebé’. Esa sería mi madre hablando y mi padre decía cosas como, ‘Tú no estabas allí. Era espantoso, ella estaba en un estado terrible y se iba a lanzar desde un puente y yo tuve que calmarla'”.
No está claro si James sabía que Mary estaba embarazada cuando se casaron, pero Anita dice que su padre insistía en que el bebé no era suyo. Entiende que eso tuvo que generar algún tipo de altercado entre James y Mary en Londres. En esa época, James estaba en el ejército y desplegado en la costa sur. ¿Tal vez Mary llegó con el bebé desde Kirkcaldy a reunirse con él?
“Supongo que así fue como ocurrió el abandono”, dice Anita.
“Mi padre separó a Madie [Mary] del bebé para calmarla y creo recordar escuchar a mi mamá diciendo algo como ‘¿No regresaron para ver si todavía seguía allí?’ Y recuerdo que él dijo: ‘Por supuesto que lo hice, pero obviamente el bebé ya no estaba'”.
Este es un relato de segunda mano, contado décadas después, pero puede indicar que ambos, Mary y James, participaron en el abandono de Tony en Victoria Embankment. Un hecho que sus hijos creen que afectó a ambos profundamente por el resto de sus vidas.
Mary siempre le había dicho a su hija, Sheena, que su hermano, Peter, era un mellizo, pero que el otro bebé había nacido muerto. La prima de Sheena recientemente reveló que una vez le había preguntado a su abuela sobre el bebé muerto.
“Mi nana había estado en el nacimiento de Peter y aparentemente dijo que eran sandeces, que solo hubo un bebé. Así que ahora creemos que lo que mi mamá intentaba era reconciliarse con eso”, dice Sheena.
Anita dijo que su padre, James, estaba dichoso cuando tuvo tres hijas y que se sentía incómodo alrededor de bebés varones.
“Era una persona servicial y bondadosa. Parece algo muy ajeno a su carácter y creo que le pesaba mucho”, asegura.
“De hecho, con 70 y muchos años, trató de suicidarse y recibió tratamiento para una profunda depresión. Creo que el incidente con el bebé en 1942 es algo que arrastró todos esos años sintiéndose culpable y avergonzado. Creo que eso contribuyó a su intento de suicidio”.
Tanto a Sheena como a Anita les gustaría que sus padres hubieran sabido que Tony fue encontrado y adoptado.
Anita se hizo la prueba de ADN que confirmó lo que su padre siempre había dicho, que no era el papá de Tony. Así que Julia continuó buscando en las bases de datos de ADN y creando numerosos árboles genealógicos con registros de nacimiento, matrimonios y defunciones.
Redujo su búsqueda a dos líneas familiares basadas en Yorkshire y Hertfordshire. Eso significó que era poco probable de que fuera un soldado como Tony había sospechado al principio.
Al otro lado del mundo
Pero, unos meses después de encontrar a la madre de Tony, Julia dio en el clavo con su padre. Descubrió un matrimonio en 1906 que parecía reunir ambas líneas genealógicas. El matrimonio tuvo un hijo llamado Eric.
“Encontré este hombre llamado Eric Wisbey que supuse era el padre. Me comuniqué con unos parientes que me dijeron que se había ido a Australia”, relata Julia.
“Eric murió en 2004 y tuvo un hijo llamado Ken que había muerto en 2011. Pero Ken tenía una hija llamada Leese que aceptó hacerse la prueba de ADN”.
Leesa vive Wodonga, en la frontera entre Nuevo Gales Sur y Victoria, en Australia.
“Busqué el nombre de Julia Bell en Google para asegurarme de que no era un engaño”, contó en una conferencia vía Skype.
“Estos días no puedes estar muy segura. Y luego pensé: ‘Bueno, no me va a hacer daño’. Así que estuve de acuerdo y le envié la muestra”.
El resultado llegó un mes después y confirmó que Leesa era la media sobrina de Tony. Julia estaba en lo cierto y Eric Wisbey era el padre de Tony.
Así lo hizo Julia
A comienzos de 2016, Julia Bell identificó a los primos de Tony por su lado materno y los usó para reconstruir parte de su árbol genealógico, lo que la condujo a Mary, la madre de Tony, y a Sheena, su media hermana, con la que Julia se reunió en enero de 2019.
Es su búsqueda del padre de Tony, Julia estableció que el primer esposo de Mary, había estado presente cuando Tony fue abandonado pero no era su padre.
Su atención se centró entonces en dos familias de Yorkshire y Hertfordshire y un hombre llamado Eric Wisbey. Cuando la nieta de Eric, Leese, tomó la prueba de ADN en la primavera de 2019, el resultado demostró que ella era su media sobrina y el caso quedó cerrado.
Tony quedó sorprendido de descubrir que tenía familia viviendo al otro lado del mundo.
“Tengo un padre que fue a Australia y ahora he hablado con la nieta de mi padre allá a través de internet. Estas son grandes gratificaciones”, expresa.
Leesa tuvo oportunidad de contarle sobre su padre.
“Eric era un tipo de carácter reservado, algunas veces nos llevaba a mi hermano, a papá y a mí a pescar”, cuenta. Era un pintor y decorador que se trasladaba por el estado de Victoria. Después de que su esposa, la abuela de Leesa, murió, se casó con una de las amigas de ella.
Relación improbable
Pero, ¿cómo llegó Eric Wisbey, del sur de Inglaterra, a conocer a Mary Hunter, de Escocia?
Leesa sacó los archivos militares de su abuelo que revelaron que había integrado el cuerpo administrativo del Ejército durante la Segunda Guerra Mundial. En 1942 estaba acantonado en Edimburgo, a unos 17 kilómetros del pueblo natal de Mary, Kirkcaldy.
En esa época Mary tenía 22 años y estaba viviendo con sus padres, mientras que Eric, de 35 años, estaba casado con un pequeño hijo en Brighton (sur de Inglaterra). ¿Cómo fue que esta improbable pareja se conoció? Se le preguntó al hermano de Mary, Bill -quien murió después, a los 93 años- si recordaba algo de ese tiempo.
“Recordó un hombre mayor que había llegado a la casa pues tuvo que compartir un dormitorio con él”, dice Sheena.
“Era unos 15 años mayor que mi mamá y dijo creer que tuvieron una relación. Pero no tiene recuerdos de ella embarazada o del nacimiento de un bebé”.
Sheena y George especulan que Eric fue alojado en casa de la familia Hunter y que posiblemente estaba encargado del pago a los trabajadores de municiones en el pueblo. Pero, ¿se enteró Eric de que Mary estaba embarazada? Leesa revela una pista:
“Había llamado a mamá para contarle sobre lo que había pasado y mamá habló con John, que era el amigo de papá. Y John dijo que papá le había dicho que pensaba que él tenía un medio hermano o un indicio al respecto. No sé como papá tuvo esa información. Ojalá estuviera vivo para poder preguntarle”.
Eric Wisbey dejó Escocia en 1943 después de cambiarse del cuerpo administrativo al cuerpo de inteligencia del Ejército. Para 1944, estaba acantonado en India.
“Realmente no le gustaba hablar sobre la guerra y nunca le preguntamos al respecto. Encontramos sus archivos en un cajón”, indica Leesa.
Sheena cree que su madre había quedado en una posición imposible.
“Así lo supiera o no, Eric estaba casado y era mucho mayor que mi mamá. Luego se fue para Australia”, señala.
“Siento rabia y amargura por que mi mamá sintió que tenía que esconder todo eso. Lo que debió haber soportado el resto de su vida, en mi opinión, es absolutamente desgarrador”.
En cuanto a Tony, los hallazgos lo han ayudado a entender mejor por qué fue abandonado en Victoria Embankment. Pero asegura que nunca culpó a su madre por haberlo hecho.
“Hubiera deseado poder decirle cómo siento que lo tuvo que hacer”, cuenta.
“Estoy seguro que no me hubiera abandonado sin tener una muy buena razón”,
“Un paso hacia lo desconocido”
La doctora Marilyn Crawshaw de la Universidad de York ha trabajado durante décadas con personas que fueron adoptadas o concebidas con esperma donado. Ella advierte a las personas que lo piensen muy bien antes de embarcarse en un recorrido como el que hizo Tony.
“Definitivamente creo que una persona tienen el derecho de saber de dónde viene”, reconoce.
“Pero siempre les digo que no se apresuren, que hagan una pausa y lo piensen primero. Que hablen con sus amistades al respecto. ¿Están preparados para todas las cosas que pueden descubrir?”
“Algunas partes pueden resultar muy satisfactorias, pero también podrían encontrar un padre biológico que rehúsa entrar en contacto. Uno no tiene idea de lo que puede estar sucediendo en la vidas de personas que uno intenta contactar. Realmente se está tomando un paso hacia lo desconocido”.
Tony acepta que hay algunas cosas que siempre serán interrogantes, como si nació en Escocia o en Londres, pero está “contento de saber lo que ahora sé”.
Su relación con su media hermana se ha fortalecido cada vez más. Sheena y su esposo han conocido a la hermana de Tony, Eleanor, mientras que Tony ha ido a ver a su media sobrina, Jessica, cantar en un concierto en Londres.
Tony ahora aspira a presentarles sus hijos y nietos a Sheena y su familia.
“Cuando Julia me dijo por primera vez que había obtenido un resultado, creo que me sentí un poco anonadado”, dice Tony.
“Pero ahora he conocido a mi media hermana, me he correspondido con mi media sobrina en Australia. Quiero ahora presentarles a mi hijo e hija a la familia de Sheena. Me ha dado un nuevo aliciente en la vida”.
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