El nuevo paquete de estímulo económico podría demorar “algunas semanas”
La demora pone a millones de estadounidenses en riesgo de ser desalojados
A solo días de que millones de estadounidenses vean expirar los beneficios adicionales por desempleo como la ayuda semanal de $600 dólares, los republicanos de la Casa Blanca y el Senado no terminan de llegar a un acuerdo sobre la propuesta para el nuevo plan de estímulo económico por el golpe financiero de la pandemia, que deberán negociar luego con los demócratas antes de ser aprobado.
Los republicanos habían planeado tener su propuesta de $1 billón de dólares lista para el 22 de julio. Sin embargo, el líder de esta bancada en el Senado, Mitch McConnell, dijo el jueves luego de una reunión de último momento que será presentada para inicios de la semana próxima.
Para más demora, este viernes McConnell sugirió que podrían pasar algunas semanas antes de que se llegue a un acuerdo final sobre el nuevo paquete, que se espera que incluya una segunda ronda de pagos de $1,200 a los estadounidenses que califiquen.
Uno de los detalles que más división y retraso está generando es cómo abordar la ayuda de 600 dólares en este segundo plan de estímulo: mientras el Senado puja por reducirla a solo 200, la Casa Blanca aboga por sustituirla mediante el pago de aproximadamente el 70% del salario que las personas tenían antes de perder el empleo.
“Espero que podamos unirnos en respaldo a algún paquete que podamos acordar en las próximas semanas”, dijo McConnell desde Ashland, Kentucky.
El tiempo, sin embargo, apremia para unos 20 millones de desempleados que desde marzo cuentan con los beneficios aprobados en el primer paquete de estímulo del Congreso, conocido como ley CARES. Además del pago semanal de 600 dólares, que vence el próximo 31 de julio, está pronta a expirar la moratoria federal de desalojo, lo que tiene a un sinnúmero de familias bajo el estrés de no poder pagar la renta.
Los demócratas, cuya propuesta de $3 billones de dólares fue bloqueada por el Senado, han criticado fuertemente la demora de los republicanos en llegar a un acuerdo sobre la suya, argumentando que ellos llevan meses exigiendo que se adopten nuevas medidas de ayuda a los estadounidenses más golpeados por la crisis financiera de la pandemia, que ya deja más de 4 millones de infectados y casi 145,000 muertos en el país.
“Este fin de semana, millones de estadounidenses perderán su seguro de desempleo, correrán el riesgo de ser desalojados de sus casas y podrían ser cesados por el gobierno estatal y local, y solo hay una razón: los republicanos han estado vacilando durante meses mientras en Estados Unidos la crisis se profundiza”, dijo en un comunicado este viernes la portavoz de la Cámara de Representantes, la demócrata por California Nancy Pelosi.
“El desorden y la vacilación republicana tienen consecuencias graves y potencialmente mortales para decenas de millones de estadounidenses”, señaló el jueves el líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer.
Los demócratas abogan por que el beneficio de los 600 dólares semanales sea extendido en su totalidad hasta enero, algo que es muy poco probable que sea aprobado por los republicanos del Senado, quienes consideran que estos pagos no incentivan a los trabajadores a volver a sus empleos.
Se espera que la nueva propuesta de McConnell, bautizada como ley CARES II, incluya una nueva ronda de pagos directos en efectivo de $1,200 a muchos estadounidenses, así como $105,000 millones para ayudar a reabrir las escuelas y $25,000 millones para potenciar las pruebas de detección del COVID-19, entre otros.
El plan no incluirá un recorte de impuestos, como deseaba el presidente, Donald Trump. Sin embargo, la Casa Blanca está pujando para obtener dinero con el fin de remplazar el antiguo edificio del BFI por uno nuevo, un punto que también ha conllevado a más demoras.
Estados Unidos registró su decimoctava semana consecutiva registrando más de un millón de nuevas solicitudes de beneficios por desempleo. La tasa de desempleo es del 11%, una cifra más alta que la alcanzada durante la Gran Recesión de la década pasada.
Una nueva encuesta de AP-NORC arrojó que la mitad de los estadounidenses despedidos creen que no podrán recuperar sus trabajos.
Mientras tanto, una encuesta de la Oficina del Censo arrojó que 24 millones de estadounidenses dijeron tener pocas o ninguna posibilidad de poder pagar el alquiler del próximo mes.
Los afroamericanos e hispanos representan una parte desproporcionada de las personas en esta situación. Estos dos grupos han sufrido la peor parte de los efectos negativos para la salud y la economía durante la pandemia.
Mientras el Congreso demora en las negociaciones para el próximo paquete de ayuda, los expertos advierten que el tiempo para evitar una crisis hipotecaria y de desalojo casi se ha agotado.
“Estamos a punto de caernos de un precipicio masivo y ver un aumento importante en los desalojos”, dijo a USA Today Alanna McCargo, vicepresidenta de políticas para el financiamiento de viviendas del Urban Institute.
En julio, casi el 28% de los inquilinos afroamericanos dijo que no habían pagado el alquiler del mes pasado, y alrededor del 46% declaró que tenían poca o ninguna confianza en que podrían pagar el alquiler del próximo mes, según cifras de la Oficina del Censo.
Los inquilinos hispanos se enfrentan a una tensión económica similar, pues un 22% afirma que no pudieron pagar la renta el mes pasado y un 46% teme que no podrán pagarla el próximo mes.