Secretario del Ejército de EEUU dice que involucrados en caso Vanessa Guillén pagarán
Ryan McCarthy indica en entrevista con la cadena ABC que el testimonio de tres soldados estancó la investigación durante todo un mes
NUEVA YORK – El secretario del Ejército, Ryan McCarthy, aseguró que los involucrados en el caso de la fenecida soldado Vanessa Guillén tendrán que rendir cuentas y aseguró que “está claro” que su cuerpo militar ha defraudado a su familia.
“Tenemos que encontrar respuestas y haremos que la gente rinda cuentas” sobre la muerte de la soldado, dijo McCarthy al programa “20/20” de la cadena ABC, en el que el oficial y Donna Martin, jefa de la policía del Ejército, que encabeza el Comando de Investigación Criminal, dieron detalles sobre el caso.
De acuerdo con Martin, desde principios de la investigación se vinculó a Guillén con su presunto asesino, el soldado especialista Aaron Robinson, que ostentaba un rango superior al de la joven de 20 años porque fue la última persona que la había visto con vida, lo que les llevó a hablar con él en varias ocasiones.
También indicó al programa de la cadena ABC, que se emitirá íntegramente este viernes, que la noche en que la hispana desapareció de su base de Fort Hood, Texas, el pasado 22 de abril, tres soldados aseguraron en declaraciones juradas que la vieron fumando fuera del cuarto de armas a una hora diferente a la que en realidad había dejado ese lugar.
El trabajo de Guillén era asegurarse de que se mantuvieran las armas y ayudaba con su inventario.
“Eso nos llevó al estacionamiento, donde dijeron que la vieron caminar” dijo Martin y recordó que se investigó intensamente ese lugar “para ver, tal vez, si había sido secuestrada. Trajimos perros de búsqueda para ver si podían detectar un olor, pero no encontramos nada”.
Martin indicó además que en el estacionamiento no hay cámaras ni tampoco cerca de la sala de armas que hubieran podido captar los movimientos de Guillén.
McCarthy destacó por su parte que el testimonio de esos tres soldados estancó la investigación durante todo un mes.
Martin aseguró que eso les dio una coartada instantánea de vincular a Robinson con Guillén a pesar de que no sabían con exactitud a qué hora la joven soldado se había ido del lugar.
La soldado desapareció poco después de haber contado a su familia que había sido acosada sexualmente por uno de sus sargentos en esa masiva instalación militar.
Una acusada en el caso
El pasado 30 de junio, sus restos mutilados fueron hallados cerca al río León, donde fueron enterrados por su presunto asesino, su compañero en la base Aaron David Robinson, quien se suicidó cuando la Policía se disponía a interrogarlo.
Mientras buscaban los registros telefónicos de Robinson, los investigadores encontraron que Robinson había llamado a su pareja Cecily Aguilar varias veces la noche en que Guillén desapareció, lo que levantó sospechas porque había dicho inicialmente que había estado con ella toda la noche, destaca “20/20”.
Aguilar luego cambió su historia, de acuerdo con documentos judiciales, alegando que ella y Robinson fueron en un auto para mirar las estrellas esa noche.
El presunto asesino
El mismo día en que se encontraron los restos de Guillén, Robinson fue colocado en una habitación bajo la vigilancia de una escolta desarmada pero no fue oficialmente “detenido”, de acuerdo con la investigadora.
“No estaba bajo custodia policial debido a cómo funciona el proceso legal”, afirmó, aunque sospechaban que estaba involucrado en la desaparición de Guillén.
Dijo además que Robinson huyó de la base ese mismo día y que fue perseguido por la escolta.
Ni McCarthy ni Martin explicaron cómo Robinson pudo acceder a un automóvil ni al arma con la que luego se quitó la vida.
No obstante Martin aseguró que “el arma de fuego, puedo decir, no era un arma del Gobierno”, por lo que no la sacó del cuarto de armas.
También sostuvo que, de acuerdo con la investigación, “no encontramos evidencia de acoso sexual entre Vanessa y Robinson. Eso se descartó muy pronto”.
Según ha declarado Aguilar, la joven murió luego de que Robinson la golpeara con un martillo en la cabeza el 22 de abril dentro de la bodega de armamento.
Aguilar, de 22 años, quien enfrenta una condena de hasta 20 años de cárcel y una multa de $250,000 dólares, declaró que ayudó a Robinson a desmembrar y enterrar los restos, que fueron ubicados en tres agujeros separados, según una investigación hecha por el FBI.