Inmigrantes en Chicago ven con optimismo el comienzo del gobierno de Biden
El nuevo presidente ha planteado ya una reforma migratoria con vía a la ciudadanía para los indocumentados, pero su aprobación está en manos del Congreso y es incierta
El trabajo de Cecilia García, asistente médico, es clave pero riesgoso, especialmente en medio de la pandemia de covid-19. Ella toma todas las medidas de seguridad necesarias para evitar contagiarse: dice que tiene que cuidarse porque es cabeza de hogar, madre de cinco hijos y está al cuidado de su madre, quien es una persona de la tercera edad.
García es una trabajadora de primera línea de defensa contra el coronavirus. Cada mañana se le encuentra en Douglas Park, en el suroeste de Chicago, un lugar habilitado para realizar pruebas de diagnóstico covid-19.
Ella se encarga de tomar una muestra nasofaríngea a cada persona con un hisopo especial de algodón, que introduce en cada orificio de la nariz del paciente para extraer la muestra que será enviada a un laboratorio para detectar su hay presencia de coronavirus.
A García ya le fue administrada la primera dosis de la vacuna contra el covid-19 y está a la espera de la segunda, dentro de tres semanas.
Por sus manos han pasado personas de minorías para hacerse la prueba de detección del virus, muchos de ellos, empleados esenciales e indocumentados. “Los más vulnerables, que no cuentan con seguro médico y que por cuestiones económicas no pueden faltar, tienen que seguir trabajando, ellos no fueron incluidos en el estímulo económico por la administración de Donald Trump”, dijo García, miembro de la organización Familia Latina Unida.
García es ciudadana estadounidense y ejerció su derecho al voto en las elecciones presidenciales pasadas. Ahora ve la nueva administración de Joe Biden con expectativa y esperanza y le recuerda al presidente que cumpla su promesa de una reforma migratoria para los 11 millones de indocumentados. “Biden ganó por el voto de las minorías, por el voto latino, por el voto afroamericano y porque ya estábamos hartos de cuatro años de tanta discriminación, de tanto odio. Ahora que Biden es presidente, espero cumpla su promesa”.
La toma de posesión del presidente de los Estados Unidos Joe Biden fue atípica e histórica, en medio de una pandemia, con un país polarizado y con el legado de un presidente saliente, Donald Trump, que nunca aceptó oficialmente su derrota en las elecciones ni estuvo presente en la ceremonia de juramentación.
Y sin duda será una gestión con muchas promesas por cumplir.
“Esta es la primera vez que hay una transición de poder en el marco de una ciudad de Washington militarizada, esto no había ocurrido antes”, dijo Óscar Chacón, director ejecutivo de Alianza Américas. Añadió que hay retos que Biden tendrá que neutralizar, como una sociedad dividida, polarizada “y de extremismos que se han visto fortalecidos a lo largo de los últimos cuatro años”.
Se espera un giro en la política estadounidense con Biden a partir del 20 de enero. Biden ya firmó 17 órdenes ejecutivas, entre ellas una que fortalece el programa DACA de alivio migratorio, otra que elimina los vetos de viaje a personas e países de mayoría musulmana y otra que regresa a Estados Unidos al acuerdo climático de París.
Según el analista político Chacón, la tarea más grande que enfrentará la administración Biden será el resolver el manejo de la emergencia de salud pública ocasionado por el covid-19, seguida por atender la crisis económica que atraviesa el país y los altos índices de desempleo. También será clave combatir la desigualdad racial y el cambio climático. “Hay mucha esperanza de que esta administración no solamente revierta las peores acciones tomadas por la administración Trump sino que logre asumir roles de liderazgo”, dijo Chacón.
La administración de Biden prevé trabajar con el Congreso en un amplio paquete de estímulo económico y los defensores de los derechos de los inmigrantes esperan que Biden cumpla su promesa de reforma migratoria para al menos 11 millones de indocumentados que están en las sombras.
Biden ha dado ya el primer paso al presentar una propuesta de ley de reforma migratoria con una vía a la ciudadanía para los indocumentados. De acuerdo a Chacón, la iniciativa hay que tomarla como una señal de buena voluntad de este gobierno actual pero “el cambio en la ley, no lo dicta la rama ejecutiva, lo dicta el Congreso”. Y no es claro aún que el Congreso vaya a aprobarla.
En la administración de Barack Obama y del entonces vicepresidente Biden se buscó aprobar una reforma migratoria, pero sin éxito.
La marcada política antiinmigrante de la administración Trump frenó todo avance al respecto, pero en años recientes surgieron algunas iniciativas, una de ellas la apoya Cecilia García.
La familia de García es de estatus mixto. Su esposo Hugo Velasco fue deportado en 2012 y desde entonces ella lucha para que regrese a casa. García aboga por un proyecto de ley patrocinado por el representante federal Bobby Rush (D-IL) en el Congreso llamado ‘American Right to Family Act’, que plantea en parte dar alivio migratorio y protección contra la deportación a padres extranjeros de ciudadanos estadounidenses y a extranjeros traídos a Estados Unidos cuando eran menores de edad. Y cuyo enfoque principal de la propuesta es parar las deportaciones y reunificar las familias.
Acciones ejecutivas para frenar las deportaciones
Pese a que la administración Trump intentó bloquear el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) y el Estatus de Protección Temporal (TPS), ambos aún permanecen vigentes.
Hay medidas administrativas que se pueden exigir a esta nueva administración sin que el Congreso tenga que tomar acción, explica Chacón a La Raza. “El gobierno federal puede hacer cosas y Donald Trump lo demostró de manera muy clara, que sin cambiar ninguna ley pudo reorientar la manera cómo se implementa la ley, para que avanzara a los intereses tan racistas, tan xenófobos de Trump y su administración”.
Eréndira Rendón, vicepresidenta del Proyecto de Apoyo y Defensa de los Inmigrantes de Proyecto Resurrección, dijo que si bien hay iniciativas que toman tiempo y que tienen que pasar por el Congreso, como el legalizar a los 11 millones de indocumentados, hay medidas que se pueden ejecutar de manera inmediata a través de acciones ejecutivas. “Queremos que se paren las deportaciones, que se mejore y expanda el programa DACA y que se restablezca el programa de asilo”.
Para Rendón, la razón por la que Biden ganó la presidencia fue por el voto de las minorías, como el voto latino, afroamericano y asiático. “Es una alianza, somos un país multicultural, ese es el país que en realidad eligió a Joe Biden, ahora el presidente tiene la responsabilidad de escuchar las necesidades que existen en nuestras comunidades”.
Entre las órdenes ejecutivas que Biden firmó el primer día de su gobierno, el pasado 20 de enero, figuran una que ratifica el programa DACA y otra que ordena la revisión de las prioridades de la Policía de Inmigración (ICE) en el arresto y deportación de indocumentados que Trump pretendía endurecer.
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