Optimismo y cautela se mezclan en restaurantes de Chicago tras la reapertura del servicio en interiores
Algunos restauranteros celebran volver a ofrecer comida bajo techo a sus clientes, pero otros no están entusiasmados con la idea, pues los posibles ingresos extra podrían no compensar los costos de reabrir
Luego de que las tasas de contagio de covid-19 disminuyeron, el Departamento de Salud Pública de Illinois dio luz verde para que restaurantes y bares del Condado de Cook y Chicago reanuden el servicio de comidas y bebidas bajo techo de manera limitada desde el sábado 23 de enero.
Tanto la ciudad de Chicago como el Condado de Cook pasaron a medidas de mitigación Nivel 1, lo que relaja las restricciones para las empresas, opción que no han tenido desde finales de octubre cuando por un aumento repentino en la tasa de contagios del covid-19, la Ciudad suspendió el comedor en interiores.
Una región debe tener una tasa de positividad en las pruebas de detección de covid-19 promedio por debajo del 8% (promedio de siete días) durante tres días seguidos, contar con al menos el 20% de sus camas de hospital y camas de unidad de cuidados intensivos disponibles durante tres días consecutivos y no haber tenido un aumento sostenido de hospitalizaciones por covid-19 durante siete de los últimos 10 días a fin de calificar al plan de mitigación Nivel 1. Chicago al igual que los suburbios del Condado de Cook han cumplido con esos requerimientos, ya que sus tasas de positividad cayeron por debajo del 8%.
“Ahora que todas las regiones de Illinois están fuera del Nivel 3, ahora podemos ver que todo el estado va por el camino correcto”, dijo la directora del Departamento de Salud Pública de Illinois (IDPH), la doctora Ngozi Ezike.
Bajo las nuevas regulaciones, se permitirá el servicio de bar y comedor bajo techo con un límite de capacidad de 25 personas o 25% de la capacidad del local y no más de cuatro personas por mesa. Los bares tendrán que servir comida para poder ofrecer servicio en interiores. Bares y restaurantes deben cerrar a las 11 pm y las reservas están limitadas a dos horas.
“Al entrar en esta próxima fase, vuelvo a hacer un llamado a todas las empresas y residentes para asegurarnos de que sigamos avanzando siguiendo las pautas para [un consumo] en interiores seguro y comprometiéndonos con las precauciones de seguridad que nos ayudaron a aplanar la curva por segunda vez”, dijo la alcaldesa de Chicago Lori Lightfoot.
Están incluidos en el Nivel 1 otros negocios, tal es el caso de gimnasios y centros de fitness con límite de 50% de su capacidad. Los límites de capacidad para reuniones, eventos y otras actividades sociales se expandirán de un máximo de 10 personas a un límite de 25 personas o el 25% de la capacidad total de la sala. El uso de mascarillas y el distanciamiento social son requeridos para todos estos negocios.
Duro golpe a la economía
A pesar de que se relajaron las restricciones para bares y restaurantes en el Condado de Cook y Chicago, Frede Martínez, propietario de la Taquería Restaurante Cd. Hidalgo en el barrio de Rogers Park, en el noroeste de Chicago, ha preferido continuar brindado solo el servicio de entrega de comida y reparto a domicilio. Dice que una reapertura de solo el 25% no es suficiente y no ayuda mucho a los pequeños restaurantes como el suyo.
El restaurante de Martínez tiene una década en el mercado y es de capacidad reducida, lo que significa que para cumplir con el protocolo que exige el Departamento de Salud Pública de Chicago y conservar una distancia de seis pies debería utilizar solo tres mesas, lo que no resultaría rentable para los meseros ni para él como dueño del negocio. “En realidad, para nosotros no ayuda mucho. Quizás a otros lugares les convenga. Nos ayudaría si nos dejaran abrir completamente. Preferimos esperar para atender a los clientes en las mesas hasta que se pueda trabajar al cien”.
Samuel Sánchez, presidente de Asociación de Restauranteros de Illinois (IRA), dijo que esta reapertura del servicio de comidas y bebidas en interiores, significa que “vamos un paso hacia adelante”.
Pero enfatizó que lo que se necesita es aumentar la capacidad del servicio en interiores, para que se atienda a más personas. “Se necesita aumentar el cupo”, dijo.
Algunos empresarios del campo restaurantero han recibido este plan de reapertura con entusiasmo y alivio, pero hay otros que señalan que esas restricciones no les ayudan a levantar su negocio de la crisis económica ni a volver a contratar al personal que tuvieron que despedir debido a la pandemia.
“El problema es que hay limitaciones, tienes que cerrar a las 11 pm, no puedes meter dos turnos, estamos limitados en capacidad, estamos limitados con el tiempo”, señaló Sánchez.
Para la dueña del restaurante El Sabor Poblano en Rogers Park, Anay Mozo, la reapertura de los bares y restaurantes en Chicago “es un alivio para los restauranteros”. “Pienso que está bien a que no tengamos nada. Prefiero que se reabra poco a poco para prevenir contagios del virus y evitar que otra vez nos vuelvan a cerrar”.
Mozo cuenta que la pandemia ha sido un duro golpe para la economía de su restaurante, ya que sólo tiene dos años de haber abierto al público. Dice que la clientela que ha logrado tener durante todo este tiempo le ha apoyado comprando comida para llevar y gracias a ese respaldo no ha cerrado sus puertas. Pero debe renta del local y tuvo que despedir a sus trabajadores.
“Tenía cinco empleados, los tuve que descansar, nada más nos quedamos mis hijos, mi esposo y yo atendiendo el negocio. Una de las metas que me he propuesto es volver a contratar al personal cuando la situación mejore”, dijo Mozo a La Raza.
Comiendo en familia se encontraba Miguel García, residente de Evanston, en ese establecimiento de comida mexicana.
Estaba esperando que reabriera el restaurante para venir a comer en familia porque de esa manera podemos aportar a la economía de este negocio, dijo García. “Ha habido mucha pérdida en muchos restaurantes y esta es una gran oportunidad que ahora se les está dando para que nuevamente se establezcan los negocios en Chicago”.
Los funcionarios estatales han advertido que si las tasas de positividad empiezan a subir nuevamente o las camas de los hospitales comienzan a llenarse, las regiones individuales podrían encontrarse nuevamente bajo reglas estatales más restrictivas.
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