La Guayabita Autónoma promueve el desarrollo comunitario en Albany Park, Chicago
Vecinos, varios de ellos inmigrantes, siembran flores y vegetales en un jardín comunitario. Buscan crear un sentido de comunidad en el barrio sin incurrir en el desalojo o el desplazamiento urbano
Carmen Max empezó a salir a caminar al parque con sus perros todos los días, tenía la glucosa en sangre elevada debido a la diabetes que padece y su médico le recomendó ejercitarse.
La guatemalteca Max, de 68 años, es residente del barrio de Albany Park desde hace 50 años. En su trayecto de caminar más de una hora por el Field Eugene Park vio al encargado del jardín limpiando el área y se ofreció a ayudar en el cuidado de las plantas.
Ella dice que ir al jardín comunitario La Guayabita Autónoma y sembrar plantas en su camilla le ha ayudado a controlar su diabetes y a superar el estrés y la depresión que la aquejaba cuando dejó su empleo hace siete años.
“Después del estrés me entró una depresión porque tuve que dejar mi trabajo, perdí a 25 empleados, la compañía tuvo que dejarlos ir porque no tenían papeles, entré en depresión porque perdí a toda la gente. En cuanto perdí a mis empleados, pedí mi renuncia”, contó Max.
“Está comprobado por muchas investigaciones que el tener contacto con tierra con las manos es un antidepresivo, entonces sabemos que el tener acceso a la tierra, el poder sembrar sus propios vegetales, el tener autonomía sobre ese proceso crea un antidepresivo”, explicó Antonio Gutiérrez, del Sindicato Autónomo de Inquilinos (ATU) y encargado de la Guayabita Autónoma.
“El jardín siempre ha sido manejado por mí y Nicole Maldonado, que hemos sido las personas encargadas desde el inicio, cuando salimos del Centro Autónomo y creamos el Sindicato Autónomo de Inquilinos”, precisó Gutiérrez.
Max dijo que el amor por la jardinería empezó en su trabajo, al cual renunció después de 25 años de labor. Ella dirigía el departamento de limpieza y estaba a cargo del jardín de un asilo, donde sembraba flores y vegetales para los residentes.
Tras una investigación realizada por estudiantes universitarios con el fin de encontrar lotes vacíos en el vecindario de Albany Park para crear un jardín comunitario, se halló un terreno propiedad de la ciudad y del Distrito de Parques de Chicago en la 5100 norte de la avenida Ridgeway dentro del Field Eugene Park.
Un grupo de vecinos de ese vecindario, varios de ellos inmigrantes, presentaron un plan al Distrito de Parques de Chicago el cual otorgó el permiso para crear allí un jardín comunitario. Los vecinos del área también dieron luz verde a la idea. Así nació la Guayabita Autónoma en mayo de 2016.
Max tiene una de las camillas más grandes de la Guayabita Autónoma y ha ido cada año a sembrar sus vegetales desde hace casi cinco años. Esta inmigrante centroamericana siembra tomates, chiles, pepinos y calabazas. “He aprendido sobre diversas clases de plantas y he conocido a varias personas en el jardín”.
Un terreno vacío abandonado por años se convirtió en un jardín comunitario que actualmente tiene 27 miembros muy diversos, algunos de ellos inmigrantes que viven en Albany Park, un barrio al noroeste de Chicago.
“En lo personal me siento muy a gusto cuando voy al jardín, he encontrado mucha paz en el jardín, me ha ayudado personalmente y a muchas otras personas. Sé que esas son las razones por las que son miembros del jardín, lo ven como algo que es para ellos, para poder desestresarse, un lugar donde pueden encontrar flores, mariposas, sentarse en la mesa a lo mejor a comer un sándwich y estar allí”, dijo Guitérrez.
La Guayabita Autónoma cuenta con el apoyo del Sindicato Autónomo de Inquilinos y de los grupos Unión Latina de Chicago y Comunidades Organizadas Contra las Deportaciones (OCAD).
Conexión a nuestras raíces
Gutiérrez, coordinador del jardín comunitario La Guayabita Autónoma, dijo que el proyecto nació de una noción política para dar a los miembros de un centro comunitario, donde Gutiérrez trabajaba en ese entonces, la oportunidad de pasar sus conocimientos sobre siembra a otros.
“Muchos de ellos, que eran campesinos, sabían cómo sembrar basados en los conocimientos que tenían desde sus países de origen, todos ellos inmigrantes, todos ellos eran inquilinos, no tenían acceso a la tierra o no tenían acceso a un lugar donde ellos pudieran pasar ese conocimiento. De ahí sale el proyecto, que es un proyecto para obtener el acceso a la tierra como inquilinos, como personas que no somos dueños de tierras, no somos dueños de nuestros propios hogares y así crear un sentido de comunidad”, explicó Gutiérrez a La Raza.
Gutiérrez añade que este es un proyecto para crear desarrollo sin que haya desplazamiento. “Siempre se piensa que el desarrollo del vecindario está basado en quién puede venir a construir un edificio nuevo o a hacer un edificio de lujo o a hacer cosas que al final no son accesibles para la comunidad”, menciona Gutiérrez. “Queríamos hacer un proyecto de desarrollo comunitario sin que haya desalojo o desplazamiento”, reitera.
La mayoría de los vecinos que siembran en el jardín son inquilinos, pero hay otros que poseen un apartamento en un condominio o son dueños de casa pero no tienen espacio para sembrar vegetales.
Hasta antes de la pandemia de covid-19 en el jardín se ofrecían talleres sobre cómo y qué sembrar y en qué tiempo hacerlo, y se reunían tres veces al mes para trabajar la tierra. Ahora toman medidas de prevención de contagios por lo que tienen un grupo en la red social whatsApp donde se organizan para preservar el cuidado de las plantas del jardín comunitario.
En la Guayabita Autónoma siembran tomatillos, jitomates, chiles, ruda, menta y más. Se abre a fines de mayo y cierra en noviembre por el invierno.
Gutiérrez dijo que algunos vegetales han sido donados a una despensa de comida de una iglesia de ese vecindario. “El año pasado teníamos seis camillas de donación, los vegetales fueron donados a una despensa de alimentos donde estaban dando comida gratis a la comunidad”.
El nombre de Guayabita Autónoma, indica Gutiérrez, es en alusión al Sindicato Autónomo de Inquilinos. “Queríamos tener el nombre autónomo allí para ser independientes y autónomo en cómo se dirige por la comunidad”, destacó Gutiérrez a La Raza. “Y la Guayabita sale de las guayabas, un compañero en una de las reuniones habló de cómo las guayabas no nacen aquí, no crecen en Estados Unidos por el clima, en cierta manera como nosotros que somos inmigrantes que nacimos en nuestros países de origen y ahora nos vemos acá como inmigrantes en los Estados Unidos. De ahí el nombre la Guayabita, para tener todavía un tipo de conexión a nuestras raíces de origen de nuestros países de Latinoamérica”.
—
La cobertura editorial de La Raza es posible en parte gracias al apoyo del Chicago Community Trust, la Field Foundation of Illinois y el Facebook Sustainability Accelerator/International Center for Journalists.