Dreamer de La Villita cuenta en un libro cómo cruzó la frontera cuando era niña

‘Homecoming: El viaje a mi hogar’, de Margarita Quiñones, refleja la inocencia y resiliencia de los niños indocumentados y humaniza la travesía de las familias migrantes

Margarita Quiñones, inmigrante beneficiaria de DACA y autora del libro ‘Homecoming: El viaje a mi hogar’. (Foto de Pratyush Swarup, cortesía de Margarita Quiñones)

Margarita Quiñones, inmigrante beneficiaria de DACA y autora del libro ‘Homecoming: El viaje a mi hogar’. (Foto de Pratyush Swarup, cortesía de Margarita Quiñones) Crédito: Cortesía

Vestida de princesa en una noche de Halloween, Margarita Quiñones cruzó la frontera de México a Estados Unidos de la mano de su madre, que estaba embarazada, y de su hermanita mayor. Fue un viaje al que ellas se embarcaron hace tres décadas.

Margarita Quiñones, con solo 3 años, y su hermana, de 4, cruzaron a Estados Unidos para reunirse con su padre y la familia se estableció en el barrio mexicano de La Villita, en Chicago, en 1993.

Para Quiñones –de tez blanca, cabello rubio y ojos azules– la travesía inmigrante, a su corta edad, le pareció mágica, festiva y feliz. Pero cuando su madre se lo contó ya de adulta, supo que el trayecto fue difícil y peligroso.

“A mi mamá le dijeron que, si nos paraba la Patrulla Fronteriza, dijera que era nuestra niñera y que no le iban a hacer preguntas. Y así fue, nos pararon en la ‘troca’ cruzando de Nogales, Sonora, a Nogales, Arizona, mi madre dijo que era nuestra niñera y que nos iba a llevar a una fiesta de Halloween y así cruzamos hasta llegar a la casa de mi tía en Phoenix, Arizona”, dijo la dreamer Margarita Quiñones, autora del libro, ‘Homecoming: El viaje a mi hogar’.

Quiñones, de 33 años, dijo que no celebraba Halloween en su natal, Durango, México, cuando era niña, ni sabía mucho acerca de la celebración. Solo le pusieron el disfraz a ella y a su hermana y les dijeron que se iban para una fiesta. “Me lo creí… Mi disfraz era de princesa y para una niña de 3 años eso es lo máximo. Llegué a Estados Unidos con mi vestido de princesa y con mi corona, me sentía en las nubes. Igual llegamos a la casa de mi tía y todo era festivo y feliz, hasta vi a mi abuelito que no lo había visto en años”.

Luego, salieron de Arizona en avión rumbo a Chicago, y alguien de su rancho que viajaba en ese mismo vuelo las ayudó a encontrar a su padre, explicó Quiñones a La Raza.

Margarita Quiñones dijo que en la ciudad de Santiago Papasquiaro, Durango, hay unos arcos casi iguales a los Arcos de La Villita. “Cuando tenía tres años no sabía la diferencia, era lo mismo para mí, abría los ojos y veía los Arcos de La Villita iguales a los de Santiago Papasquiaro. Para mí todo era normal, mi abuelito está aquí, mi papá está aquí, esta es mi casa, este es mi hogar y nunca lo cuestioné”.

Quiñones, beneficiaria del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) es una ingeniera de software. Ella dijo que la idea de escribir un libro sobre su travesía inmigrante fue darle un regalo a su mamá por el Día de la Madre. Quería escribir la historia de cómo cruzaron de Durango, México, a Estados Unidos hasta establecerse en Chicago.

“Tenía miedo de escribir nuestra historia, porque uno crece así aquí en Chicago, más cuando eres indocumentada, creces con ese miedo de compartir tu historia y de cómo llegamos aquí. Y por miedo no lo publiqué por mucho tiempo”, explicó Quiñones en entrevista con La Raza.

La presión por publicar el libro surgió a manera de recaudar fondos para los niños migrantes recién llegados a Chicago, destacó Quiñones. “Sentía que tenía que hacer algo para ayudar, pero no sabía cómo. Entonces dije ‘por qué no publicamos ese libro y todos los fondos que sean para los niños migrantes que están aquí, que ocupan la ayuda’…”.

Una de las ilustraciones del libro ‘Homecoming: El viaje a mi hogar’, realizadas por la artista Ludvila. (Cortesía Ludvila Ilustración Mexicana)
Crédito: Cortesía

‘Todos los inmigrantes tenemos nuestra historia’

‘Homecoming: El viaje a mi hogar’ fue lanzado el 1 de agosto en un refugio temporal para inmigrantes en Chicago. Margarita Quiñones leyó el libro a niños recién llegados a la ciudad y ha hecho lo propio en librerías locales. “Leí el libro a un grupo de niños que estaba en el refugio y más que nada veía que apuntaban a las ilustraciones y decían ‘Yo también, yo también, yo también me subí en ese bus, yo también corrí por ese lugar’…”.

Para Quiñones es importante que los niños inmigrantes sepan que tienen representación en Chicago, que no están solos, que lo que hicieron no fue malo y que son niños inocentes. “Aunque 30 años después el gobierno no haga nada [por una reforma migratoria], hay manera de superarse y de seguir trabajando y hacer las cosas bien”.

La ingeniera Quiñones dijo que su libro refleja la inocencia de un niño inmigrante y más que nada “humaniza a la familia inmigrante”.

Estamos haciendo libros para ayudar a los inmigrantes recién llegados. Y es que los inmigrantes siempre nos ayudamos, solo es cosa que nos den los recursos para estar aquí legalmente, mencionó Quiñones. Y agregó: “Ahora siento que hay mucha división con los inmigrantes que están llegando aquí reciente y los inmigrantes de antes, los viejitos que llevamos 30 años aquí. Nada más para recordar: todos venimos de un lugar, todos somos inmigrantes, todos los inmigrantes tenemos nuestra historia, aunque sea hace tres, 10, 30 años, no importa, todos venimos de un lugar”.

Margarita Quiñones, inmigrante beneficiaria de DACA y autora del libro ‘Homecoming: El viaje a mi hogar’. (Foto de Pratyush Swarup, cortesía de Margarita Quiñones)
Crédito: Cortesía

Atraídos e identificados

‘Homecoming: El viaje a mi hogar’ es un libro infantil bilingüe que se puede conseguir en formato digital y físico a través de Amazon. Las ilustraciones de este libro infantil fueron hechas por la artista Ludvila.

Ludvila, quien vive en Puebla, dijo que se enamoró totalmente de la historia y de los personajes. “La manera en que lo cuenta visto desde una niña tan pequeña es superconmovedor. Margarita me sugirió bastantes escenas, pero por supuesto me concedió la total libertad para que pueda desarrollar las ilustraciones como quisiera”.

Mediante sus ilustraciones, Ludvila transmitió los sentimientos y las experiencias de Margarita Quiñones. “Esta es una historia bastante conmovedora y hasta cierto punto representa una problemática, que gracias a la paleta de colores y a la atmósfera, es que los niños y adultos se sienten atraídos e identificados”.

La cobertura editorial de La Raza es posible en parte gracias al apoyo del Chicago Community Trust.

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