Masiva asistencia de votantes mexicanos desbordó la casilla del INE en el Consulado en Chicago
Desorganización y lentitud provocaron que cientos de mexicanos se quedaran sin votar, pese a esperar muchas horas con el entusiasmo por la posibilidad de votar por primera vez de modo presencial desde el extranjero
El 2 de junio de 2024, día de las elecciones federales mexicanas, se vivió un caos en el Consulado General de México en Chicago en donde personal de Instituto Nacional Electoral (INE) se vio rebasado por la gran cantidad de ciudadanos mexicanos que acudieron a votar ahí.
Era la primera vez que era posible para los mexicanos en el exterior el votar de modo presencial en una elección federal de México. En esta ocasión, la votación en el Consulado se realizó con una urna electrónica, no con las boletas en papel.
El tráfico vehicular en la zona del Consulado fue bloqueado por la policía al ver el gran número de ciudadanos mexicanos que acudieron a votar en las elecciones presidenciales mexicanas en donde dos candidatas, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, y un candidato, Jorge Álvarez Máynez, se disputaban la presidencia del país de México. Sheinbaum, del partido Morena, resultó la triunfadora.
La gente acudió al Consulado, en el 204 S. Ashland Ave, desde las cuatro de la mañana para hacer fila, pero para el medio día la línea apenas si se movía mientras la gente, ante un calor intenso, esperaba para poder emitir su voto presencialmente por primera vez en la historia desde el extranjero.
Los votantes mexicanos tuvieron la oportunidad de registrarse para votar por correo, vía internet o de modo presencial.
Además, la casilla en el Consulado mexicano en Chicago fue considerada una casilla especial para que también pudieran votar allí mexicanos que no se habían registrado antes, con 1,500 boletas extra para ellos.
Pero por la lentitud y desorganización del proceso, cientos de mexicanos -registrados y no registrados- se quedaron privados de poder votar, pese a que esperaron durante muchas horas.
“El INE no hizo su trabajo”, dijo José Luis Salgado, quien dijo a La Raza que él había llegado desde las seis de la mañana para votar por primera vez en Chicago. Aun así, dijo el ciudadano Salgado, pensaba permanecer en fila para ver si podía votar.
Alberto Rosas, también en la fila para poder acceder al interior de los comicios en el Consulado, dijo que había llegado a las 8:30 de la mañana y ya llevaba hasta el momento cuatro horas en fila para poder votar.
Aparentemente el personal del INE había ordenado hacer dos filas paralelas y separadas por un hilo amarillo. La fila más cercana a la banqueta para los ciudadanos que se habían registrado previamente y venían a votar presencialmente.
Y la otra fila, paralela pero alejada de la banqueta, supuestamente para las personas que aún no se habían registrado, pero venían a votar el domingo 2 de junio.
Cabe decir que ese día el pueblo mexicano en México, pero también en ciudades del extranjero como Chicago, salió a votar en grandes números.
Personas en la fila comentaban que el INE, organismo encargado con llevar a cabo las elecciones en México y en el extranjero, no habían planificado bien las cosas y se quejaban de que no había ni sillas para los que pudieran estar enfermos ni baños para los que necesitaran ese servicio.
Juan González, de Chicago, dijo a La Raza: “El INE no calculó bien que habría mucha gente, no les conviene”.
El líder comunitario y laboral Martin Unzueta dijo a La Raza que el caos y la multitud de gente, calculada entre 4,000 a 5,000 personas, que acudieron a votar, se habrían podido evitar y manejar mejor si el INE hubiera ubicados casillas en diferentes partes de la ciudad y los suburbios.
Unzueta dijo que el INE no tuvo idea de la gran cantidad que son los inmigrantes y que ahora buscan ser parte de la vida política de México.
Otro líder comunitario, Jorge Mujica, dijo que el INE bien pudo haber organizado otros puntos o lugares en donde los inmigrantes pudieran votar, pero no lo hicieron.
Al cierre de los comicios, a las siete de la tarde hora de Chicago (6 pm en México), la casilla en el Consulado se cerró y muchos se quedaron fuera del voto para elegir a la primera mujer presidenta de México.
Al cerrarse la votación, los que quedaron fuera comenzaron a gritar consignas como “Aquí estamos y no nos vamos” y algunos simplemente gritaron “Viva México”.
José García, de 56 años, se mantuvo en fila, pero tuvo que regresarse a su casa a ponerse un medicamento y dejo a un pariente suyo guardándole el lugar. Y ante la noción de que no iba poder votar el domingo en las elecciones mexicanas, García dijo: “Yo abogo por que los que están en México hagan lo correcto.”
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