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Algunos inmigrantes en Chicago ahora temen más a ICE que a los tiroteos

El despliegue de agentes federales se basa en la afirmación, ya desmentida, de que los inmigrantes cometen un número desproporcionado de delitos violentos

La Villita es el hogar de gran parte de la comunidad latina de Chicago. Algunos residentes patrullan en camionetas para detectar la presencia del ICE. (Akilah Townsend / The Trace)

La Villita es el hogar de gran parte de la comunidad latina de Chicago. Algunos residentes patrullan en camionetas para detectar la presencia del ICE. (Akilah Townsend / The Trace) Crédito: Cortesía

Esta historia se publicó originalmente en The Trace.

El mes pasado, Raquel escuchó que golpeaban a la puerta de enfrente. Como no esperaba visitas y su cámara de seguridad no funcionaba, le preocupaba que pudieran ser agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos.

“Me da miedo hasta abrir la puerta”, dijo en español. “Está ese miedo, la inseguridad de ‘¿qué pasará?’”.

Al principio, Raquel, que vive en el lado oeste de Chicago, dijo que pensaba que las amenazas de redadas de ICE eran solo una táctica de intimidación. La administración Trump había dicho que se centraría en las personas con antecedentes penales, lo que le dio la tranquilidad de que tanto a ella como a su familia de cuatro miembros no los molestarían. (Raquel pidió que se la identificara con un seudónimo porque teme por su seguridad).

Pero entonces vio en Internet noticias sobre personas comunes y corrientes a quienes detenían y deportaban, y advirtió la presencia de agentes de ICE en su vecindario. Su temor creció. El alcance de la actividad de ICE resultó ser diferente de lo que ella había imaginado: se estima que el 70% de las personas detenidas en la actualidad por ICE nunca se las condenó por un delito. “Están deteniendo a personas inocentes y eso afecta a la comunidad”, afirmó Raquel. “Ni siquiera se puede estar en paz dentro de tu casa”.

El Departamento de Seguridad Interior está enviando agentes de ICE a Chicago como parte de la “Operación Midway Blitz”, y justificó la campaña con el argumento de que reducirá la delincuencia y mejorará la seguridad pública. Esta afirmación se produce después de que la administración de Trump ha afirmado de manera falsa que los inmigrantes cometen una cantidad desproporcionada de delitos violentos. Sin embargo, mientras Chicago experimenta una disminución récord de la violencia armada, las familias inmigrantes y los líderes comunitarios afirman que las medidas de Trump suponen una amenaza más urgente para su seguridad.

Justo esta semana, Raquel vio a los agentes de ICE que estaban rondando en su cuadra. A su hija menor, ciudadana estadounidense, le preocupa que puedan separarse. Ellas, al igual que otros habitantes de Chicago, han oído hablar de muchas personas sin antecedentes penales que las separaron de sus familias.

“No me siento protegida”, afirmó Raquel. “No siento que haya ningún derecho. Lo veo como una discriminación directa contra las personas hispanas”.

La ‘necesidad humana fundamental’ por la seguridad

Desde 2015, Trump ha aprovechado la preocupación de los estadounidenses por los delitos violentos y ha designado a los inmigrantes indocumentados como una amenaza para la seguridad pública. En su discurso de toma de posesión de 2025, Trump pidió un gobierno que proteja a los ciudadanos “respetuosos con la ley” de “los peligrosos delincuentes… que han ingresado de manera ilegal en nuestro país desde todas partes del mundo”.

No obstante, no hay evidencia empírica que respalde la idea de que los migrantes indocumentados sean responsables de una parte desproporcionada de los delitos violentos. Un análisis de datos del Departamento de Seguridad Pública de Texas, respaldado por el Departamento de Justicia, reveló que a los inmigrantes indocumentados los arrestan por delitos violentos y relacionados con drogas en menos de la mitad de los casos que los ciudadanos nacidos en el país.

Para muchas familias inmigrantes, el temor a que los deporten no es nada nuevo. Sin embargo, a medida que las redes sociales difunden videos de las actividades de ICE, ven cómo sus temores se hacen realidad en tiempo real, son testigos de violaciones al debido proceso y de cómo se envía a los inmigrantes a países que les son ajenos.

También se están produciendo cambios en lo que está legalmente permitido en materia de control migratorio. A principios de este mes, la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos revocó la orden de un juez federal que prohibía a los agentes federales de Los Ángeles interrogar a las personas sobre su estatus migratorio basándose en factores como la raza, el origen étnico y el idioma. La sentencia no es definitiva aún, pero permite la discriminación racial mientras continúa el litigio.

“Las personas tienen una necesidad humana fundamental de sentirse seguras y protegidas”, afirmó Aimee Hilado, profesora adjunta de la Crown Family School de la Universidad de Chicago, especializada en traumas relacionados con la inmigración. “Los sistemas que existían, las personas, las instituciones en las que se nos dice que debemos confiar, en este entorno, ya no podemos confiar en cómo operábamos en el pasado”, señaló. “Esa erosión de la confianza agrava aún más los sentimientos de miedo e incertidumbre”.

Cuando los temores se vuelven reales

Hilado relató sobre una conversación que tuvo durante una llamada con la coalición Welcome to Illinois, en la que escuchó a una miembro de la comunidad compartir su experiencia al pasar por el proceso judicial para obtener los documentos necesarios para residir de manera legal en Estados Unidos. Expuso que se les había denegado la residencia legal y que estaban en proceso de deportación, pero que esperaban apelar la decisión. Mientras esperaban la fecha del juicio, recibieron llamadas de un número desconocido que les indicaba que acudieran a una comisaría para completar el papeleo. Cuando su esposo llegó, contó la mujer, el ICE lo estaba esperando. Lo arrestaron y se lo llevaron.

“Negar a las personas el acceso al debido proceso, negarles sus derechos, privarlas de la posibilidad de llevar una vida plena y segura con dignidad y seguridad es violencia estructurada”, concluyó Hilado. Le preocupa el impacto a largo plazo que estas nuevas políticas y amenazas hacia los inmigrantes tendrán en la sociedad.

“Esta situación agrava las desigualdades sociales y comenzaremos a estigmatizar cada vez más a los grupos de inmigrantes”, afirmó. “Esto no es nuevo. A lo largo de la historia, hemos tendido a culpar a comunidades específicas de los problemas más graves”.

Heriberto Flores ha vivido en West Elsdon, un vecindario con mayoría de latinos, por 25 años. En general, expresó, ha sido tranquilo. Hace poco, agregó, la retórica contra los inmigrantes ha aumentado el racismo contra los latinos. Flores ha sido testigo directo de esto a través del club de fútbol que dirige.

“Es frustrante y triste ver cómo el odio puede extenderse y transmitirse a otras personas que quizá no entiendan las circunstancias de cada individuo”, dijo Flores. “Nos afecta a nivel psicológico que otras personas nos califiquen como malas personas”.

Tales sentimientos pueden ser aún más complicados cuando las interacciones con los agentes federales se tornan violentas. El viernes 12 de septiembre, funcionarios federales de inmigración informaron que un agente disparó y mató a una persona que había herido “de gravedad” a un agente del ICE durante una “operación policial específica” en Franklin Park.

Los verdaderos motivos detrás de las redadas contra los inmigrantes

Varios habitantes de Chicago con quienes habló The Trace dijeron que no creen que el despliegue de agentes de inmigración o las amenazas de enviar a la Guardia Nacional tengan como objetivo real mantener la seguridad de la ciudad.

Si de verdad se tratara de una cuestión de seguridad, señaló Ricky Flores, residente de Brighton Park, la administración Trump habría ofrecido enviar a la Guardia Nacional durante el verano, cuando la violencia armada alcanza su punto álgido, y no en septiembre, cuando se celebran las fiestas del Día de la Independencia en varias comunidades latinas. En lugar de proteger a los habitantes de Chicago, señaló Flores, la administración está poniendo en peligro la seguridad de los inmigrantes al enviarlos a países con los que quizá no estén familiarizados o a lugares de los que huyeron para escapar de la violencia.

“A menudo, la decisión de abandonar el país natal no es fácil”, afirmó Hilado. “Lo dejan porque quieren reconstruir sus vidas con seguridad y dignidad, y luego llegan a un lugar donde se repiten las mismas políticas, las instituciones repiten el daño y la violencia, no hay esa sensación de bienvenida, y están reviviendo lo que esperaban haber dejado atrás”.

En medio de los desafíos que enfrentan las comunidades de inmigrantes de la ciudad, los habitantes de Chicago se han movilizado para apoyar a sus vecinos. Cientos de manifestantes han marchado de manera pacífica por el centro de Chicago para oponerse a la “Operación Midway Blitz” y demostrar que los inmigrantes son bienvenidos.

“Admiro cómo la comunidad hispana está respondiendo”, señaló Raquel. En su cuadra, han creado un sistema de comunicación entre vecinos. Si alguna persona ve al ICE, se llaman o se envían mensajes de texto entre ellos para advertirse de que se queden en casa.

En otras zonas, como La Villita, están utilizando un sistema de silbato. Algunos residentes, como Ricky Flores, recorren la zona en camionetas para confirmar los avistamientos del ICE, o hacen notar su presencia durante las detenciones para garantizar la responsabilidad de los agentes de inmigración y el debido proceso de los inmigrantes.

“La unidad hace a la fuerza”, concluyó Heriberto Flores. “Si no nos unimos, nunca seremos capaces de afrontar lo que sucede a nuestro alrededor”.

Ava Sasani, del Gun Violence Data Hub, contribuyó con este reportaje.

-La Raza colaboró con The Trace para la republicación en español de este reportaje.

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