Fui a conocer los museos y monumentos en Washington DC pero estaban cerrados
El cierre del gobierno federal es la causa
El Monumento a Washington, obelisco en la capital de Estados Unidos, Washington DC. Crédito: AP
Era el día 27 del cierre del gobierno por, como dicen los mexicanos, la decidia de no querer negociar y dialogar con sus homólogos del Congreso.
Estaba yo visitando, o quizás lo soñé, una de las dos, la ciudad de Washington DC.
Quería yo visitar y ver varios sitios de interés en esa gran ciudad, pero lo que yo encontré me sorprendió.
Y, además, me lleno de indignación.
Bueno, déjenme contarles.
Primero fui a visitar el Museo Nacional de Historia Americana. Yo quería ver su exhibición sobre la esclavitud en este país.
Yo quería ver si la actual administración había obligado al museo a cambiar el contexto de esta exhibición y decir que, ah, ni fue tan mala la esclavitud.
¿Pero adivinen qué paso? Que este museo estaba cerrado. Sí, cerrado.
Un letrero en la puerta decía, en inglés: “Esta facilidad está cerrada debido al cierre del gobierno”.
Bueno, me dije, entonces voy a dar una gira por la Casa Blanca, la casa de todos los que viven en el país.
¿Qué creen? Las giras para conocer la Casa Blanca estaban suspendidas por el cierre del gobierno porque no había fondos para pagarle a los guías.
Y además el actual presidente había demolido el Ala Este de la Casa Blanca para, si ustedes lo pueden creer, construir ahí un gran salón de baile.
Bueno, reconsideré y mejor decidí visitar el obelisco gigante llamado Monumento a Washington. Pensé que cuando menos ahí me podría tomar la “selfie del recuerdo”.
¿Pero qué creen? Este icónico lugar estaba cerrado y se prohibía subir por su interior como se hace en la isla de Janitzio cuando uno sube por el interior de la gigantesca estatua de José María Morelos y Pavón.
“Suspendida la admisión”, decía un letrero, “hasta que el gobierno vuelva a abrir y entrar en funciones”.
Irritado y frustrado me fui a ver a un chamán mexicano que conozco ahí en esa ciudad.
Este chamán, a quien solo nombraré como Don José, no usa drogas para adivinar el futuro, sino que lee muchos periódicos y de ahí saca sus predicciones.
“What’s up, Don José”, le dije. “¿Por qué todo está cerrado y prohibido?”.
“Es la política”, me dijo Don José. “Nadie quiere ya negociar y hacer concesiones al otro partido”.
“¿Y eso es todo?”, le pregunté.
“Bueno, sí, los que tienen la mayoría en el Senado y la Cámara de Representantes solo quieren subsidiar a sus propios proyectos y olvidarse de los demás”, dijo Don José.
“¿Y qué va a pasar?”, le pregunté.
“Lo que va a pasar es que ambos partidos se van a olvidar de que ellos solo son los sirvientes, no los amos, del pueblo y el gobierno va a colapsarse”.
“Esto es serio”, le dije yo.
“Sí”, dijo Don José, un poco triste. “Se van a olvidar de lo que dijo Abraham Lincoln, que debemos formar una unión más perfecta y proteger la salud, la educación y el trabajo de cada persona en el país”.
“¿Y quiénes son los más obstinados en no cooperar con los demás?”, le pregunté.
“Son los republicanos”, dijo Don José. “Repiten sin cesar que los demócratas son la izquierda radical y rehúsan dialogar. Sospecho que alguien les escribió ese guion y no lo sueltan”.
“¿Y porque los demócratas no les dicen que ellos, los republicanos, son derechistas y reaccionarios”, le dije a Don José.
“Porque los demócratas aun creen algo en la decencia y el respeto, pero si no despiertan van a amanecer sin un país que gobernar porque los republicanos les van a robar el mandado”.
“Ah Don José”, le dije a mi amigo, “¡usted sí es realmente sabio!”.