Bernard Hopkins: el boxeador, no el personaje
"El Verdugo" dejará atrás el deporte al que le dio su vida con 55-7-2 y 32 KO’s
Nos ocupamos por estos días del adiós de Bernard Hopkins con la lente puesta más en lo tremendo que resulta que haya peleado hasta casi sus 52 años, que en la clase de boxeador que ha sido en sus casi 28 años en los cuadriláteros.
El morbo de ver al boxeador (con méritos) más viejo del mundo nos tapa el legado de un guerrero sin márgenes. Ocurre esto cuando el personaje deja en un segundo plano al deportista.
Propongo que hablemos de Bernard Hopkins. Que discutamos en un par de párrafos sobre lo que le deja al boxeo un peleador legendario como este mozuelo nacido en Filadelfia.
- ‘El Verdugo’ Hopkins quiere cerrar su carrera con otra victoria
- ‘Canelo’ o Golovkin, ahora todos quieren pelear con Chávez Jr.
Lo primero es decir que se va Hopkins con una hoja de servicios envidiable. Dos veces campeón mundial, como mediano y luego como supermediano. Y entre uno y otro tuvo más de 25 peleas de campeonato mundial.
Sin embargo el verdadero aporte de este hombre que se despide la noche del sábado en el Foro de Inglewood en Los Angeles frente a Joe Smith está en su significado para la categoría de los medianos.
Después de hacer 20 defensas de su título de las 160 libras, empezamos discutir acerca del lugar que merecía Hopkins en la historia.
Lo pusimos, y ahí se quedó, al lado de Carlos Monzón, Marvin Hagler y Sugar Ray Robinson.
Personalmente me aparto de poner en los medianos a Robinson porque lo mejor de su carrera fue como super welter, en las 154 libras.
Pero sí creo que Bernard Hopkins, visto el boxeador, por encima del personaje, es ya una leyenda y un futuro Salón de la Fama.
Hace más de quince años cuando Hopkins tenía 37 de edad, en la fase promocional de su pelea con Tito Trinidad, le pregunté qué lugar se daría a si mismo entre los grandes medianos de la historia.
“El que ustedes me den, supongo”, dijo divertido.
Le dijimos que tenía un lugar junto a Hagler y Monzón y agregó.
“¿Monzón? Oh my god… yo habría pagado por pelear con Monzón”, dijo muy expresivo Hopkins.
Ya suena la campana para el último llamado a Hopkins que lleno de lágrimas y aturdido por los aplausos dejará atrás el deporte al que le dio su vida con 55-7-2 y 32 KO’s.
Lo que pase luego entre Hopkins y Joe Smith en el cuadrilátero es una anécdota. La historia ya está escrita.
Luego la seguimos.