Expandillero salvadoreño se acoge a santuario en iglesia de Colorado
Permaneció seis meses en un centro de detención de indocumentados tras ser arrestado por una infracción de tránsito
Un expandillero salvadoreño que en su adolescencia se alejó de esa vida violenta y llegó a formar una familia en Estados Unidos se acogió a la protección de una iglesia “santuario” en el sur de Colorado para evitar la deportación.
Elmer Peña, de 37 años, llegó a la Iglesia Unitaria Universalista “Todas las Almas” en Colorado Springs (unas 60 millas al sur de Denver) en compañía de su esposa y cuatro hijos, luego de que las autoridades federales de inmigración emitieran una orden de deportación en su contra.
Su abogada Kimberly Baker, la Coalición de Colorado por los Derechos de los Inmigrantes (CIRC) y la Coalición Santuario de Metro Denver dieron a conocer hoy que coordinaron la semana pasada esa opción para evitar la repatriación de Peña.
El indocumentado, que huyó de la presión pandillera de su país e ingresó ilegalmente a Estados Unidos en 2001, se estableció en Aurora, un suburbio al este de Denver, donde se casó y comenzó a trabajar en la construcción.
En 2012 permaneció seis meses en un centro de detención de indocumentados tras ser arrestado por una infracción de tránsito.
Tras quedar en libertad fue suspendida la orden inicial de deportación al no existir antecedentes criminales en Estados Unidos y también por la “dureza extrema” que significaba separarlo de su esposa e hijos.
Sin embargo, este año su abogada informó a los medios que el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, en inglés) se negó a renovar el documento que postergaba la deportación de Peña y se le ordenó salir del país el pasado 16 de agosto.
Para Baker, la situación de Peña y de otros casos similares evidencian que el nuevo gobierno descartó la “discreción judicial” que antes le permitía a las autoridades de inmigración postergar o “congelar” deportaciones.
“La norma ahora es la negación de todos. Decir ‘no’ en todos los casos significa que ICE ya no honra la intención de este particular método de discreción”, comentó la abogada.
Los otros dos indocumentados que permanecen en templos de Colorado son la salvadoreña Araceli Velásquez, en una sinagoga en Denver, y la peruana Rosa Sabido, en una iglesia metodista en Mancos, en el sur del estado.