Editorial: Elecciones y odio antiinmigrante

Comparar a candidatos rivales con criminales indocumentados en las elecciones estatales es una mala señal

Las protestas y los insultos antiinmigrantes marcaron muchos de los mítines de Donald Trump.

Las protestas y los insultos antiinmigrantes marcaron muchos de los mítines de Donald Trump. Crédito: MARK RALSTON/ | AFP/Getty Images

La elecciones para gobernador del próximo martes en Nueva Jersey y Virginia son una mala señal para los inmigrantes. Los candidatos republicanos están mejorando en las encuestas desde que mezclan a sus rivales con indocumentados violadores, asesinos y pandilleros.

Nos preocupa que esta publicidad distorsiva y negativa ayude a cerrar diferencias en los días previos a las elecciones a los candidatos que se trepan a ella. Es inquietante que Kim Guadagno y Ed Gillespie, en Nueva Jersey y Virginia respectivamente, puedan hasta llegar a ganar su contienda.

El panorama es oscuro para el 2018 si la lección de estas dos contiendas electorales dice que el único camino al triunfo republicano es la explotación del miedo. Este mensaje repetido a lo largo del país en las elecciones del año profundizará el estigma que ya se promueve políticamente contra los inmigrantes.

Guadagno y Gillespie revivieron lo peor de las campañas de décadas atrás al revolcar en el lodo a sus rivales demócratas con criminales. Es lamentable que los republicanos para ganar elecciones hoy, tengan que sacar la basura de 1988, ya condenada en el pasado.

En Nueva Jersey una publicidad de Guadagno dice que el apoyo de Phil Murphy a un estado santuario lo pone al lado de “asesinos trastornados” como el indocumentado violador y homicida, José Carranza.

En Virginia, Gillespie liga a su rival Ralph Northam con los pandilleros de la Mara Salvatrucha (MS-13), diciendo que su defensa de las ciudades santuario ayuda a que crezca la violencia de los indocumentados.

Ambas campañas al principio hablaron de las propuestas de los candidatos. Más tarde, cuando no avanzaron en las encuestas, recurrieron al libreto antiinmigrante del Departamento de Justicia.

Desde Washington se promueve una agenda de seguridad pública que tiene el propósito de atemorizar a la gente e incitarla contra los inmigrantes con argumentos engañosos.

La MS-13 es una pandilla menor con 10,000 integrantes entre 1,4 millones de pandilleros en Estados Unidos. Un operativo federal este año arrestó a 1,300 pandilleros, solo 104 de ellos eran de la MS-13.

Los asesinatos ligados en 2017 a la MS-13 no justifican la atención especial.

No obstante, el Departamento de Justicia ya mencionó 37 veces a esta pandilla en comunicados de prensa y discursos, en comparación a nueve en 2016 y cinco en 2015. Hasta el presidente Trump dijo que la MS-13 “literalmente se han hecho cargo” de las ciudades estadounidenses.

Al mismo tiempo, la crítica federal a las llamadas ciudades “santuario” es un instrumento de retórica política carente de una definición clara y de constitucionalidad.

Esta táctica es un triunfo del nacionalista Steve Bannon.

A él no le importan los republicanos. Este ataque infame a los inmigrantes es una trampa que quizás los ayude hoy en algún lugar, pero perjudicará al partido en el futuro.

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