Las 14 muertes “sospechosas”en Reino Unido ligadas con Rusia

Por separado, podrían no levantar sospechas. Pero juntas, algunos las consideran un patrón de asesinatos patrocinados por el Estado ruso

Alexander Litvinenko falleció en Londres tras haber ingerido polonio 210.

Alexander Litvinenko falleció en Londres tras haber ingerido polonio 210. Crédito: Getty

Cuando Sergei Skripal, un antiguo espía ruso, fue hallado inconsciente en un centro comercial de la localidad inglesa de Salisbury el pasado domingo, se produjeron inevitables comparaciones con más de una decena de casos anteriores de muertes “sospechosas” de personalidades vinculadas con Rusia ocurridas en Reino Unido.

Skripal, de 66 años, estuvo preso en Rusia tras descubrirse que había sido un doble agente que trabajó para el servicio de inteligencia británico.

Se estableció en Inglaterra tras ser liberado como parte de un acuerdo de intercambio de espías entre Londres y Moscú.

En la actualidad, se encuentra en condición crítica junto a su hija de 33 años, quien también fue hallada enferma.

Las autoridades británicas confirmaron que ambos fueron envenenados con un agente nervioso.

Rusia ha negado tener alguna responsabilidad en lo ocurrido.

Pero su caso ha devuelto la atención sobre una serie de muertes en Reino Unido durante las últimas dos décadas.

La legisladora Yvette Cooper, presidenta del comité selecto de Asuntos Interiores del parlamento británico, envió el martes una carta a la secretaria del Interior, Amber Rudd, para pedir la revisión de otros 14 casos de muertes sospechosas.

En estos, las causas aparentes de fallecimiento fueron ataques al corazón, suicidios, accidentes, así como causas naturales.

Sin embargo, algunos alegan que, vistas en conjunto, demuestran la existencia de un patrón de asesinatos ejecutados en las calles británicas bajo el patrocinio de un Estado.

Altamente radiactivo

En 2006, el exespía ruso Alexander Litvinenko fue llevado de urgencia al hospital tras sufrir un colapso en Londres.

Entonces, el mundo pudo observar como un isótopo raro y altamente radiactivo destruía los órganos del enfermo uno a uno, llevándole a la muerte en tres semanas.

Una investigación de las autoridades británicas determinó que el antiguo agente ruso había ingerido polonio 210 y que su muerte probablemente fue ordenada de manera directa por el presidente de Rusia, Vladimir Putin.

Yerba rompecorazones

En noviembre de 2012, Alexander Perepilichnyy, un exbanquero ruso exiliado en Reino Unido, fue hallado tirado en una calle en posición fetal, pálido, frío y con signos vitales muy débiles.

Entonces, recibió primeros auxilios por parte de un exmarino, quien dijo a los investigadores que mientras se le practicaba la respiración boca a boca, Perepilichnyy vomitó una bilis de color verde-amarilla con un sabor extraño, comparable a “lamer una batería”.

Perepilichnyy había nacido en Ucrania pero hizo su fortuna como banquero en Rusia, supuestamente ayudando a personas vinculadas con el gobierno para lavar dinero.

En 2010 escapó a Reino Unido y comenzó a cooperar con las autoridades británicas.

Los estudios toxicológicos que le fueron practicados no revelaron nada sospechoso, por lo que se determinó que murió por causas naturales.

Sin embargo, dos años más tarde nuevos estudios ordenados por una empresa de seguros de vida hallaron trazas en su estómago de una rara y mortal planta tóxica: gelsemium, un arbusto de origen asiático conocido como “la hierba rompecorazones” debido a que la ingesta de sus hojas puede causar arritmia cardiaca.

En aquel momento, fuentes de inteligencia de Estados Unidos dijeron a la BBC que creían que Perepilichnyy había sido asesinado.

Y una extensa investigación del portal BuzzFeed afirmaba que este banquero era una de 14 personas que los funcionarios estadounidenses creían que habían sido matados por Rusia en Reino Unido.

“El nivel más alto de riesgo”

Al año siguiente, en 2013, Boris Berezovsky, un oligarca ruso que había sido amigo cercano de Vladimir Putin fue hallado ahorcado en su baño.

Todo apuntaba a que se trataba de un suicidio, ya que sufría depresión y estaba endeudado.

Según la policía, no había rastros de lucha en el lugar y un forense concluyó que sus heridas eran consistentes con el ahorcamiento.

Sin embargo, un análisis de las fotografías de su cadáver realizado por un experto en asfixia a pedido de la familia señaló que los rastros en su cuello no coincidían con las típica marcas en forma de V causadas por las cuerdas cuando una personas es colgada sino que más bien sugerían que había sido estrangulado.

El cuerpo, además, tenía una costilla rota y un corte en la parte trasera de su cabeza. Elementos suficientes para dejar en duda las conclusiones iniciales.

Berezovsky se había convertido en enemigo jurado de Putin y había huido al exilio en Reino Unido, desde donde criticaba con dureza al gobierno de Moscú.

“Cualquiera que, para Putin, haya traicionado a Rusia se encuentra en el nivel más alto de riesgo”, dijo Bill Browder, un exfinancista que trabajaba en Moscú y que encabezó en Londres la campaña para imponer sanciones a altos funcionarios rusos acusados de corrupción, algo que irritó a Putin.

“Moscú puede salirse con la suya sin vergüenza en Reino Unido porque nunca ha habido consecuencias a los asesinatos cometidos por Rusia aquí“, señaló.

“El gobierno británico a veces ignora por completo los crímenes, como hizo en el caso de Perepilichnyy, o reconoce el delito pero no hace nada al respecto.”

Accidentes y suicidios sospechosos

El ministro de Exteriores británico, Boris Johnson, afirmó en el parlamento este martes que si se haya cualquier evidencia de que Rusia estuvo involucrada en el deterioro de la salud de Skripal será tratada “de manera apropiada y enérgica”.

“Le digo a los gobiernos de todo el mundo que ningún intento de acabar con vidas inocentes en el territorio de Reino Unido quedará impune”, aseguró.

Entre las otras muertes señaladas por Cooper se encuentra la del espía británico Gareth Williams, cuyo cadáver en avanzado estado de descomposición fue encontrado dentro de una bolsa de deporte en el baño de su casa.

También la de Matthew Puncher, un científico británico involucrado en el caso Litvinenko que fue hallado en su cocina con varias puñaladas hechas con dos cuchillos diferentes.

Y Scot Young, un socio de Berezovsky que acabó atravesado por una reja afuera del apartamento londinense en el que vivía tras caer de la ventana del cuarto piso.

Las autoridades declararon la muerte de Williams un “posible accidente” y la de Puncher y Young, suicidios.

La policía británica dijo no haber hallado indicios de participación rusa en ninguno de estos fallecimiento, a excepción del de Litvinenko.

“La policía británica no se encuentra bajo ningún tipo de presión política para nada”, afirmó a la BBC en ese momento Tony Brenton, el embajador británico en Moscú en el momento de la muerte de Litvinenko.

Si hubieran encontrado evidencia de participación rusa en esos casos, la hubiésemos seguido“.

Sin embargo, Reino Unido ha sido criticado por su aparente falta de acción.

Cuando murió Litvinenko, el gobierno intentó sin éxito extraditar a los dos agentes rusos que supuestamente habían cometido el ataque.

Varios diplomáticos rusos fueron expulsados, lo que provocó una reacción idéntica por parte de Moscú.

Relaciones deterioradas

El problema al que se enfrenta Reino Unido ahora, dijo Brenton, es que los ministerios ya han impuesto sanciones importantes a Rusia por su actuación en Siria y Ucrania y las relaciones diplomáticas entre ambos países están bastante deterioradas.

“Si se prueba que este fue un ataque en el que está involucrado el Estado ruso, por supuesto que haremos algo. Habrá mucha ira y, posiblemente, sanciones”, afirmó.

“Pero ya hemos gastado una buena parte de nuestra munición. El cajón está casi vacío”, añadió.

“Los medios de comunicación dan la impresión de que ha habido una operación planificada por los servicios especiales rusos, lo cual es completamente falso”, declaró la embajada rusa en Londres en un comunicado.

En Salisbury, la policía antiterrorista ha asumido la investigación.

El banco de parque en el que Skripal se desplomó ha sido acordonado y el restaurante en el que almorzó, cerrado temporalmente.

Si al final resulta haber sido un ataque ruso, el motivo habrá sido en parte advertir a aquellos en Rusia que estén pensando en cambiar de bando y a los exiliados, que nunca estarán a salvo, según Browder.

“Es un mensaje para las bases de que cosas terribles les pueden suceder a ellos y a sus familiares”, concluyó.


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