Cómo superar la separación de la familia en casos necesarios
Los retos y dificultades que enfrentan las familias cuando uno de los miembros emigra
La devastación del huracán María en la infraestructura de Puerto Rico 6también han tenido unas secuelas de las que casi no se habla: la separación de las familias y sus efectos en todo el entorno familiar y social.
Ya sea porque se perdió el empleo, la casa o ambos; o debido a que no ven futuro en la isla para sus hijos, muchos han decidido viajar a Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades. En algunos casos se ha ido toda la familia en un solo viaje. Pero en otros, se va uno y se queda el resto a la espera de que se den ciertas expectativas. Entre ellas, conseguir empleo, encontrar casa y escuela para los hijos, estabilizarse y conocer el vecindario, a la espera de que los hijos terminen el año escolar aquí.
Son solo algunas de las decisiones a las que se enfrentan a diario las más de 200,000 familias que, según los estimados, se han ido de Puerto Rico luego del huracán. Para una de ellas, entrevistada vía mensaje electrónico, la decisión de radicarse en Estados Unidos fue fácil en principio.
“Era una opción siempre latente y la inestabilidad de empleo a pesar de ser dos profesionales serios y competentes no nos dejó otra salida”, cuenta Isa, quien se quedó en la isla junto a sus dos hijos, mientras su esposo viajó a la Florida luego de una buena oferta de empleo.
“Contar con buena educación y que todos, incluso los niños, podamos comunicarnos en inglés, lo facilitó aún más. Claro está, eso no significa que sea nuestra opción favorita ni que el proceso haya sido fácil”, acepta la joven, quien prefiere utilizar un seudónimo.
Pero explicárselo a los niños y prepararlos para la mudanza ha sido lo más duro. “Lo primero que les dijimos fue que teníamos que dejar la casa para alquilarla y reducir así el riesgo de perderla. La noticia estremeció más al más pequeño y eso nos tomó por sorpresa, por lo que de inmediato buscamos ayuda de un doctor en psicología”, relata Isa, quien dice que cuando se produjo la oferta de empleo para su esposo, se plantearon la posibilidad de irse de inmediato todos o quedarse ella con los niños hasta que terminara el año académico.
“Fue lo que hicimos y nos ha dado tiempo para asimilar la idea y planificar mejor el cambio. Además, y creo que ha sido lo más importante, la mayor bendición, hemos contado con todo el apoyo de mis padres y nuestra familia”, agrega. Pero también acepta que tiene temor de que los niños no se adapten o, por ejemplo, no conseguir médicos que crean en su filosofía de medicina preventiva, para lo que ya está tomando algunas medidas.
Otro punto al que también ha prestado atención es para que la relación de pareja no se afecte. “La pésima infraestructura de comunicación luego del huracán María nos lo ha hecho difícil. Sin embargo, ante la complejidad del proceso hemos contado con ayuda de nuestro psicólogo, que además es terapista de familia. Eso ha sido fundamental”, afirma la madre y esposa.
Cambios inesperados
Ciertamente, la separación causada por un evento traumático como lo fue el huracán ha trastocado el diario vivir de muchas personas, acepta la doctora en consejería de familia, Monsita Nazario Lugo, del Centro de Calidad de Vida.
“Aún siendo una pareja estable, la separación causada por un evento traumático como lo fue el huracán María para Puerto Rico, trastoca de manera significativa tanto a la pareja como al resto de la familia. Tienen que enfrentarse a cambios inesperados y no deseados para los que no se prepararon porque no estaban en sus planes. Es un proceso de pérdida,en este caso, de su trabajo, el sustento del hogar lo que de por sí genera una ansiedad e inseguridad fuerte. Es la pérdida de tu ambiente, tu rutina diaria, tus prioridades, la cercanía de tu pareja y los hijos si es el caso. Se enfrentan a las etapas de la pérdida: la negación, el coraje que puede ser causado entre otras cosas por la frustración de no tener control de la situación, la negociación, el dolor y finalmente la aceptación”, explica Nazario, quien dice que la forma en cómo la persona maneja esta pérdida y cada una de sus etapas es determinante en como pueda afrontar su nueva realidad.
A continuación, algunas medidas que se la consejera ofrece para ayudar en todo el proceso:
- Busquen dirección. Si no pueden llegar a un consultorio deben acercarse a la iglesia donde perseveran y pedir ayuda a los pastores o sacerdotes o a consejeros profesionales que ofrezcan sus servicios como parte de la iglesia. Estos procesos no deben darse sin una ayuda objetiva que de luz para lograr un buen manejo de las emociones. Las emociones bien manejadas serán las que determinen la capacidad del ser humano para aceptar su realidad, lograr acuerdos y negociaciones que le permitan decidir lo que sea más conveniente y saludable dentro de las circunstancias. Esto le permitirá manejar esas decisiones de la manera menos difícil. Si la pareja que se va a enfrentar a esta separación no estaba estable también es muy recomendable buscar ayuda. Si no lo hacen juntos, lo deben hacer de manera de manera individual ya que el distanciamiento emocional entre ellos sería un elemento adicional que puede afectar significativamente la manera de manejar las decisiones y enfrentar el proceso.
- Si hay niños pequeños deben hacerlos parte del proceso, claro está luego de haber dialogado ambos padres como adultos, y explicarle los cambios que estarán ocurriendo en términos de rutina diaria, entre ellos la separación física. Estas explicaciones deben ser siempre de acuerdo a la edad del niño. Si tienen dudas de cómo abordar el tema pueden incluso pedir dirección a los profesionales de ayuda de la escuela de sus hijos. Sin embargo deben dejar claro y enfatizar que siguen siendo una familia, que como papás van a buscar opciones siempre para estar al tanto de sus necesidades y que todos van a colaborar para poder sobrellevar la situación lo mejor posible enfocados en lograr progreso. Los niños deben sentirse parte del proceso y dejarles saber que son un equipo donde todos tienen un rol. Papá y Mamá están enfocados en traer a casa lo necesario y ellos colaboran estudiando, ayudando con las tareas, portándose bien para que el esfuerzo del equipo rinda fruto poco a poco. Buscar todos los días pensamientos positivos de motivación y compartirlos entre todos es recomendable. Ante todo hay que esforzarse por enfocar lo positivo y agradecer cada paso logrado.
- La disciplina debe mantenerse, recordando que se disciplina con amor. Hay que establecer una rutina organizada, división de tareas de acuerdo a edades y capacidades y lo más importante ser consistente. Abrir espacio al diálogo para profundizar en la emociones de cada uno: cómo se sienten, qué piensan, qué logros han tenido, de manera que puedan identificar cualquier situación o necesidad y manejarla a tiempo. Estos espacios para hablar y escuchar fortalecen tanto a los niños como a los adultos), les permite desahogarse, recibir “feedback” , hacer ajustes y mantener el enfoque y la unidad de equipo que es indispensable para manejar esta nueva situación.
- La pareja debe apoyarse mutuamente y hablar el mismo idioma. Le recomiendo que escriban sus acuerdos y cada uno se lleve ese papel y lo mantenga visible y lo lea con frecuencia para que no pierda el norte del proceso. En la medida que sea posible, que se mantengan comunicados frecuentemente y contarse los eventos diarios para que no se desconecten, tanto de su relación de pareja como de la relación con los hijos. Es muy importante honrar y cumplir los acuerdos y el compromiso que lograron antes de irse. La vida en pareja no es fácil, es un reto que se intensifica ante decisiones como esta, pero si hay voluntad, consciencia consistente y convicción de lo que se quiere lograr se puede. Si es necesario, que toquen puertas y busquen dirección siempre que la necesiten, que identifiquen a personas objetivas, emocionalmente estables para que tengan una fuente de apoyo real que sea de beneficio y no de tropiezo para mantenerse enfocados en su meta. No hay nada más reconfortante que mirar atrás y ver que hubo muchos obstáculos, pero pudimos prevalecer. Eso es ser resilientes, que es la capacidad que tiene una persona de recuperarse frente a la adversidad y seguir proyectándose al futuro. En ocasiones las circunstancias difíciles dejan salir talentos que no habían sido descubiertos.