La comunicación con nuestros hijos: la crisis de la nueva era
Una jovencita de 15 años con preferencia sexual del mismo sexo se trata de quitar la vida tres veces porque no es aceptada por sus padres: “¿Cómo nos puedes hacer eso? ¡Te hemos criado con buenos modales! ¿Estás confundida? ¿Estás loca? ¡No te aceptamos en nuestra casa!”
“No quiero ir a la escuela y prefiero no pasar de curso”. ¡Pero te estás volviendo loco! Tienes que ir a la escuela, dicen los padres. No me pueden obligar, dice el joven de 16 anos. (El joven no quiere ir a la escuela porque lo están presionando un grupo de pandillas).
“Doctora mi hija parece tener problemas mentales de ansiedad pues ella lo tiene todo y no le falta, ella no puede sufrir de estrés. Que estrés puede tener ella”. Mientras tanto mi paciente de 14 años está sufriendo de ansiedad severa. (Ella está siendo acosada en la escuela)
Estos son algunos de los casos con los que me he enfrentado en esta semana de trabajo.
Todos tienen algo en común. Los padres no se han podido comunicar bien con sus hijos y no los pueden entender.
Todos los padres que hans tenido hijos adolescentes han pasado por una etapa en la que piensan que los extraterrestres han intercambiado ese hijo/a tan amable y gracioso/a con una persona que no conocemos, que no entendemos y que no se quiere comunicar con nosotros.
Debemos poner mucha atención cuando nuestros hijos comienzan a presentar señales o comportase de una manera diferentes, se aíslan, se enojan fácilmente, no quieren obedecer.
Desde que sus hijos presenten alguna señal de cambio por favor pongan atención y busquen un momento de comunicarse y hablar con ellos. Traten de sacar a diario tiempo para escuchar cómo les fue a sus hijos sin juzgarlos, así pueden ver dónde ellos necesitan ayuda.
También enseñarles el valor que tiene el ser parte de una familia que se ayuda una a la otra.
Debemos enseñarles que todos tenemos imperfecciones y que vamos a encontrar muchos obstáculos en nuestros caminos. Vamos a tomar decisiones erróneas pero “lo importante no es nunca caer sino siempre levantarse”, como dijo Nelson Mandela, el líder sudafricano.
Acuérdense, los padres son los mejores amigos de sus hijos y la mejor herencia que le podemos dejar son nuestros valores culturales, la unión y el valor del Amor y el poder de la Oración. Creer en Dios : “Familia que reza unida permanece unida”.
-La Dra. Denise Núñez es pediatra y fundadora de la Fundación Niño de la Caridad en El Bronx