La verdadera crisis migratoria: Peligra la salud de los niños detenidos en la frontera sur
Las terribles condiciones que atraviesan lo menores migrantes no acompañados en los albergues federales, les marcará para toda la vida
La crisis de salud pública a la que se enfrentan los niños de la frontera aumenta al mismo tiempo que lo hace el hacinamiento en los centros de detención. Los niños están durmiendo sobre bancos de concreto ya que el gobierno ha agotado los lugares para alojarlos y los fondos para ofrecerles condiciones de vida digna. Miles de ellos han sido víctimas de abusos sexuales y seis han muerto en los ocho últimos meses.
Actualmente, hay más niños que nunca bajo custodia del servicio de inmigración, según el análisis de la cadena CNN. Hasta el 31 de mayo, la Patrulla Fronteriza detuvo a 1,400 menores no acompañados (algunos de menos de 12 años) durante más de 72 horas, el tiempo máximo que esta autoridad puede retener a migrantes de cualquier edad.
Sin embargo, cuando los niños llegan a los albergues federales, su suerte puede cambiar en muchos sentidos. Algunos de ellos, pueden permanecer detenidos entre 50 y 75 días, a pesar de que el acuerdo Flores establece que tienen que ser puestos en libertad transcurridos 20 días. La Psiquiatra Amy Cohen aseguró a The New Yotk Times que ella había tratado con niños que llevaban bajo custodia más de un año.
Al llegar casi a su máxima capacidad, el Departamento de Salud y Recursos Humanos (HHS, en inglés), el organismo encargado de la supervisión de los refugios para menores ha pedido al Congreso fondos de emergencia para abordar las condiciones “críticas” en las que viven estos niños. Sin embargo, al mismo tiempo, HHS anunció el fin de programas de educación, recreación y asistencia legal para los menores no acompañados.
Algunos expertos advierten que el acuerdo Flores está en peligro y que la administración Trump está intentando acabar con él. Por un lado, los menores permanecen detenidos más tiempo del estipulado. Por otro, sus condiciones de vida en los albergues del gobierno cada vez son más lamentables. Sus experiencias del presente, aseguran, les persiguirán toda la vida.