Agentes de ICE deportan desde Florida a espía rusa ligada a la NRA
Maria Butina fue liberada este viernes de una prisión tras cumplir una pena de 18 meses
La agente rusa Maria Butina, condenada a 18 meses de prisión por conspirar para influir a activistas conservadores estadounidenses e infiltrarse en la Asociación Nacional del Rifle (NRA, en inglés), ha sido liberada este viernes de una prisión en Florida tras cumplir su pena, y ha pasado de inmediato a custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés) para ser deportada, según ha informado la cadena NBC.
Butina, de 31 años, debía permanecer en una cárcel de baja seguridad de Tallahassee hasta principios de noviembre, pero un cambio legal le ha permitido ser liberada antes por buen comportamiento, según ha explicado su abogado, Robert Driscoll, a la agencia de noticias Reuters.
Nacida en Siberia, graduada por la American University in Washington, y activista pública del derecho a portar armas de fuego, Butina fue arrestada en julio de 2018, y en diciembre se declaró culpable de actuar como agente extranjero y aceptó colaborar con la Fiscalía.
Admitió haber conspirado con un oficial ruso y dos ciudadanos estadounidenses para infiltrarse en la NRA y crear desde allí canales de influencia sobre la política estadounidense respecto a Rusia.
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha negado con “furia” que trabajara para su Gobierno. El oficial ruso implicado fue identificado como Alexander Torshin, vicegobernador del banco central de ese país; no fue procesado, pero el Departamento del Tesoro le impuso sanciones económicas.
La Fiscalía aseguró que Butina no era una espía “tradicional”, aunque preparó encuentros con importantes políticos e incluso participó en un evento electoral del presidente, Donald Trump, en 2015, donde preguntó sobre sus relaciones con Putin.
Sin embargo, su caso no está relacionado con la investigación sobre la interferencia rusa en las elecciones de 2016 y las actividades al respecto de Trump y su equipo de campaña.
Butina será ahora deportada a Rusia en avión, escoltada por dos agentes de ICE. “Tienden a hacer estas cosas como si transportaran una bomba nuclear”, ha dicho el abogado de la mujer a la web informativa Washington Examiner, “pero no lo es”.
(Editado por Bruno G. Gallo)