Las Bolsas se disparan por la esperada aprobación del estímulo fiscal
El Dow Jones registra la mayor subida porcentual desde 1933 y la mayor en puntos de su historia
Ante la perspectiva de que la aprobación del estímulo fiscal contra la crisis del coronavirus llegara en la noche del martes, las Bolsas se recuperaron con fuerza y el Dow Jones, el índice más volátil, se apreció por encima del 11%.
Es el mayor porcentaje de subida desde 1993 pero el más elevado en puntos (2,112.98) en la historia para volver a pasar la barrera de los 20,000 puntos al cierre. El índice S&P 500 se apreció un 9.38% y el Nasdaq, el 8.2%.
Estas subidas se enmarcar en un año pésimo para los inversionistas. Todos los índices llegaron a máximas cotizaciones en febrero de 2020 pero desde ese récord el Dow Jones se ha depreciado un 30%, el Nasdaq un 25% y el S&P500 un 28%.
Las empresas que van a recibir ayudas financiadas por los contribuyentes son las que más se apreciaron el martes en esa histórica subida, entre ellas las aerolíneas. El hecho de que otros países están poniendo en marcha también medidas de apoyo a otras industrias está ayudando a consolidar un cierto optimismo ante la enfermedad. Se espera que con las ayudas, las empresas consigan superar el parón de actividades y volver con fuerza a la actividad una vez esta vuelva a la normalidad.
En la mañana del martes, Nancy Pelosi, la líder demócrata en la Cámara de Representantes, decía en la CNBC que era optimista con respecto a la posibilidad de que se consiga un acuerdo sobre el estímulo fiscal “en las próximas horas”.
Se trata de un esfuerzo legislativo valorado en $1.8 billones ($1.8 trillion en inglés) para, por un lado, proveer a las familias con cheques o depósitos directos por valor de unos $3,000 en el caso de hogares con parejas y dos hijos. En otro lado, se provee de un fondo valorado en más de medio billón para ayudar a empresas de todos los tamaños a lidiar con la crisis desatada con el avance del coronavirus.
Negociación sobre el uso de los fondos
Pelosi dijo que se habían llegado a acuerdos sobre uno de los problemas más contenciosos: el hecho de que el secretario del Tesoro tuviera discrecionalidad con respecto a la distribución de ayudas empresariales y la falta de supervisión de éstas.
La demócrata dijo a esta cadena que se ha acordado que haya un inspector general en esta tarea y un panel en el Congreso para hacer seguimiento. Con ello se modifica la posibilidad de que desde el Tesoro solo se informara de la distribución de fondos seis meses después de haber sido concedidos en forma de inyección de capital, préstamos o garantía para éstos.
Los demócratas quieren además la seguridad, y eso negocian, de que las empresas mantendrán el empleo, no recomprarán acciones (una operación financiera que normalmente solo sirve para elevar el precio de la acción pero no es productiva) y no distribuirán fuertes sumas a sus directivos. Lo importante para este grupo es que el dinero público se use para mantener el empleo y recuperar pronto la actividad cuando la crisis acabe.
El presidente de Boeing, una empresa con una situación muy comprometida pero que es muy grande y sistémica por los efectos en el comercio exterior (es el mayor exportador del país) y en la industria de proveedores, dijo ayer que no quería la ayuda del Estado si eso significa que habría una toma de participación por parte de éste. Boeing ha pedido unos $60,000 millones de dólares, más de lo que vale la empresa en Bolsa.
Pelosi dice que está preocupada de que el presidente no vea la urgencia de que los estados y las ciudades necesiten una infusión de capital por parte de Washington.
“Hay otras cosas que nos gustaría ver pero que en estos momentos no pueden ser el motivo del desacuerdo que es la necesaria protección de los trabajadores y las licencias pagadas por salud”. Pelosi dijo que esto es una prioridad pero no van a parar la aprobación de la ley de ayuda por esto. La líder dice que ha tenido que acceder y hacer otras concesiones para que esta salga adelante como eliminar la responsabilidad legal de las empresas que hagan fármacos para el coronavirus.
“Apreciamos la urgencia, pero también nos tenemos que asegurar de que hacemos lo correcto”.
Pelosi no se refirió a la posibilidad de que los cheques a los hogares fueran de distinta cantidad dependiendo de los ingresos de cada familia o individuo, como quieren los republicanos, pero hay acuerdo en la idea de que aquéllos con elevados ingresos no los necesitan.
Mientras se cierran los últimos flecos de estas negociaciones, el presidente de EEUU, Donald Trump, quiere que la actividad vuelva al país aproximadamente el 12 de abril, durante la Pascua.
El presidente lleva desde la medianoche del domingo expresando su frustración con el cierre de actividades económicas y el costo que eso tiene para que la economía sigue funcionando. Trump, que suele aludir a la marcha de los mercados para hablar de economía, tiene presente que el índice Dow Jones está apenas en los mismos niveles, a veces por debajo, que cuando asumió la presidencia.
El martes, en un encuentro organizado por la cadena Fox, Trump dijo que sería bonito ver las iglesias llenas de gente en esa fecha y siguió comparando con datos inexactos a esta pandemia con la gripe de 1918.
Quedan tres semanas para la Pascua y los médicos no están de acuerdo con levantar las restricciones demasiado pronto cuando aún no se ha llegado al pico de los efectos de la pandemia en EEUU. Los casos de contagio se cuentan por miles, los muertos por cientos y el colapso de los servicios de salud está muy cerca en muchas ciudades.
Aunque son los estados los que están decidiendo el nivel de actividad, es el Gobierno el que declaró el estado de emergencia (no de cierre) y emitió las directrices sobre distanciamiento social.
La líder demócrata explicó que las decisiones sobre lo que se tiene que hacer con respecto a la enfermedad tienen que estar basadas en la ciencia.