Hoy se cumplen tres meses del asesinato de Vanessa Guillén en Fort Hood; lo que está claro en el caso y lo que no

Hay demasiadas preguntas sin respuesta en medio de un llamado a más protestas y a una pesquisa desde el Congreso federal

Vanessa Guillen

Vanessa Guillén fue asesinada en la base militar Fort Hood el 22 de abril pasado. Crédito: Ejército de EEUU | Cortesía

La soldado de Fort Hood Vanessa Guillén fue asesinada un día como hoy hace tres meses en la base militar ubicada en Killeen, Texas.

La versión que manejan las autoridades apunta a que el soldado Aaron David Robinson la atacó a martillazos en la armería del fuerte mientras la militar realizaba labores de inventario como empleada “esencial” en un día que se supone no fuera laborable debido a la emergencia por coronavirus.

Aunque no supervisaba directamente a Vanessa y tenía el rango de Especialista, la información disponible al momento indica que ambos intercambiaron textos para encontrarse ese día en el salón de armas como parte de una verificación de material.

En el encuentro, según la abogada de la familia Guillén, Natalie Khawam, la joven de 20 años le reclamó a Robinson sobre su relación prohibida con Cecily Aguilar al ver unas imágenes de ésta en su celular. Detalles de la confrontación verbal y cómo alcanzó un nivel tan violento en contra de la víctima -a estas fechas- no se tienen detalles.

Aguilar está casada con un exsoldado que estuvo destacado en Fort Hood, pero mantenía una relación sentimental con Robinson, lo que bajo la ley militar no está permitido.

Los primeros en alertar de la desaparición de Vanessa fueron sus familiares; incluso una de sus hermanas Mayra Guillén arribó al “Gran Lugar” esa misma noche para buscarla, pero ni siquiera la dejaron entrar al recinto.

Al día siguiente, el 23 de abril, la unidad a la que respondía la soldado reportó su desaparición.

El 1 de julio, el sospechoso de 22 años se suicidó cuando agentes que investigan el caso lo interceptaron en la avenida East Rancier no muy lejos de su puesto en el recinto militar.

La familia Guillén cree que Robinson era uno de los uniformados que acosó a Vanessa en la base, según le confesó la joven a su madre, Gloria, antes de su desaparición. Sin embargo, llama la atención el hecho que el suicida no era un sargento. La familia y su abogada han insistido en que Vanessa enfrentó al menos dos incidentes de acoso sexual por parte de sargentos.

Cecily Aguilar acusada

Cecily Aguilar, de 22 años, se declaró la semana pasada no culpable de los tres cargos federales de manipulación de evidencia.

A Aguilar se le considera la cómplice de Robinson. La joven habría ayudado a trasladar al cadáver de Vanessa a una zona boscosa cerca del río León, desmembrarla, intentar quemar los restos y depositarlos en varias fosas.

La acusada, que era muy explícita y activa en sus publicaciones de redes sociales, se le ve en fotos apuntando con pistolas e incluso en “topless”.

En la audiencia judicial en la que se le negó el derecho a fianza, los fiscales alegaron que Aguilar tenía planes de huir del país usando una tarjeta de crédito de $5,000 dólares. Además, se le adjudicó haber llamado a personas, al menos en dos ocasiones, para pedirle que borraran sus perfiles en el ciberespacio.

Keon Devonte Aguilar, el hombre con el que permanece casada, acudió a la vista, y, ante los medios, la defendió.

“Ella no es capaz de matar ni una araña”, dijo Devonte Aguilar.

Lagunas en la investigación

La versión oficial y el procesamiento criminal de Aguilar no satisfacen a su familia y tampoco a su abogada.

Khawam ha planteado varias inconsistencias en la versión de las autoridades sobre el crimen.

Entre las dudas en la prueba que no han sido aclaradas destacan el acceso de Robinson a la armería.

Robinson y Guillén no trabajaban en el mismo edificio y no estaban en la misma línea de comando; mucho menos, el soldado supervisaba a Vanessa. Sin embargo, no se ha explicado cómo el militar ingresó al salón de armas o quién le facilitó el acceso, si alguien.

En un comunicado previo del Ejército estadounidense, se indica que “que fue llamada la noche anterior por supervisores porque la necesitaban para completar el inventario en el salón de armas porque ella era una Especialista Ocupacional Militar esencial”.

La representante además dijo no entender cómo el presunto asesino no dejó rastro del crimen en un periodo de 43 minutos.

“Todo el sitio estaba lleno de sangre”, resaltó la abogada en entrevista con Crime Online. “El estuvo allí entre las 10:30 a.m. y las 11:13 a.m. en la sala, lo que no hace sentido. ¿El mata y limpia toda la escena del crimen en 43 minutos?”, planteó.

¿Dónde está la familia de Aaron Robinson?

Ya han pasado tres semanas del suicidio de Robinson, pero poco o nada se sabe de este soldado, una de las figuras protagónicas del crimen.

Al momento, no ha trascendido información sobre el alcance de su presencia en las Fuerzas Armadas, tampoco los resultados de la autopsia al que debió ser sometido, y, mucho menos, se ha escuchado a algún pariente o amigo hablar sobre el joven o sobre el atroz crimen que se le imputa.

La familia Guillén se ha propuesto llegar al fondo para encontrar la verdad del caso.

Así lo indicó la madre de Vanessa recientemente en una vigilia en el exterior de la base.

“Ahora queda saber quién fue. Quién de esa base dio la orden de desaparecer a mi hija. Ese hombre que la asesinó ya está donde tiene que estar. Ese fue un títere de esas personas”, planteó.

Sobre las acusaciones contra Aguilar, agregó: “Para esa señora que está presa yo pido que le caiga todo el peso de la ley, y que se quede allí de por vida, que no salga. Porque yo soy una mujer de fe y de Dios. No pido la muerte para ella porque no tengo por qué pedirla”.

Parientes y amigos de la joven de origen mexicano han exhortado a la ciudadanía a unirse a las protestas bajo la consigna zapatista de que “si no hay justicia para el pueblo, que no haya paz para el Gobierno”.

La bandera mexicana ha sido clave y visible a modo de elemento patriótico pero también de denuncia por el trato desigual hacia las minorías en las Fuerzas Armadas.

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¿Qué dicen las autoridades en Fort Hood?

Los investigadores encargados del caso y el alto mando de la base han limitado sus declaraciones sobre las interioridades del caso bajo el argumento de que la “investigación está en curso”.

Tampoco el Comando de Investigación Criminal de Ejército que lidera la pesquisa (CID) se ha expresado sobre el procesamiento de Aguilar bajo el argumento de que se trata de un caso civil que no implica a las autoridades militares.

El viernes pasado, soldados encabezaron una ceremonia de recordación en la base en la que asistió la familia Guillén.

“Esto es difícil de discutir porque la tragedia por su muerte ha cambiado para siempre el escuadrón y ha cambiado para siempre a su familia. Nosotros batallamos con sentimientos de coraje, depresión, ansiedad, miedo, frustración y tristeza. Y tenemos muchas preguntas, algunas de las que nunca serán contestadas”, dijo Edward Gavin, comandante del Regimiento del Escuadrón de Ingenieros del Tercer Regimiento de Caballería al que pertenecía Vanessa.

El encuentro al que asistieron miembros de la unidad a la que estaba adscrita Vanessa incluyó un altar en el que se colocaron sus botas militares, entre otras herramientas de combate.

Investigación independiente

Por su parte y ante la presión pública a la que se han sumado congresistas como Sylvia García y la organización LULAC, hace aproximadamente una semana, el secretario del Ejército de Estados Unidos, Ryan McCarthy, ordenó una pesquisa independiente del caso y del proceder general de las autoridades en la base. De confirmarse actos indebidos por parte de oficiales de esa institución se tomarán medidas sin importar el nivel de jerarquía o rango en el que se encuentren, prometió McCarthy.

Otras dos familias reclaman esclarecimiento de casos

En medio del llamado para el esclarecimiento del caso Guillén, han trascendido otros crímenes similares al de Vanessa cuyas víctimas han sido soldados, dos de éstos en Fort Hood.

Hace unos días, el Ejército le informó a la familia de Gregory Morales que fue reinstalado como militar activo en las filas luego de que fuera declarado AWOL y desertor de las Fuerzas Armadas.

Poco después de esa clasificación negativa, el 19 de agosto de 2019, Morales desapareció de la base.

Sus restos fueron hallados hace aproximadamente un mes en el bloque 3400 de Florence Road, no muy lejos de Fort Hood.

Las autoridades, que continúan la pesquisa del caso, no han establecido las causas específicas de su muerte ni han arrestado a sospechosos en el caso, aunque creen que fue víctima de un crimen violento.

La imagen de Morales circula junto a la de Vanessa en murales y en múltiples publicaciones en las redes en las que se pide justicia para ellos.

También junto a éstos se pueden ver fotos del también soldado de Fort Hood, Brandon Scott Rosecrans, asesinado hace dos meses cerca de la base militar.

El 18 de mayo, a unas 13 millas de su puesto en el fuerte, Rosecrans fue baleado fatalmente. Su auto, un Jeep Renegade del 2016 color naranja, estaba en llamas cerca de donde se encontraba el joven en el bloque 2100 de Fuller Lane, a eso de las 10:15 a.m., de acuerdo con las autoridades.

Las autoridades tampoco han establecido el móvil del crimen ni detenido a sospechosos.

A estos tres casos, se sumó recientemente el del hispano Enrique Román-Martínez, destacado en Fort Bragg, North Carolina.

Los restos desmembrados del soldado, originario de Chino, California, fueron encontrados cerca del campamento en donde se le vio por última vez.

El especialista de recursos humanos de la Compañía de la sede de la 82 División Aerotransportada fue visto por última vez el 22 de mayo, durante el fin de semana de Memorial Day, mientras acampaba con amigos en South Core Banks.

Griselda, la hermana de la víctima, dijo la semana pasada que “ellos (las autoridades) nos pidieron no decir nada que pueda obstruir la investigación o evitar que arresten a alguien”.

Ley “I am Vanessa Guillen”

El caso Guillén popularizó en redes el hashtag “I am Vanessa Guillen”. Bajo esa etiqueta, exsoldados, veteranas y hasta miembros activas han denunciado lo que consideran el problema sistémico de acoso y abuso sexual en las filas de la Armada. El problema que no se limita a mujeres, aunque son la mayoría, se dice carcome la raíces de la institución. Muchas de las denunciantes alegan que el programa SHARP para prevenir este tipo de delitos no funciona.

La familia de Vanessa y su abogada impulsan en el Congreso la ley “I am Vanessa Guillen” para atajar este problema y que no se repitan casos tan brutales como el de la soldado.

A esos fines se convocó a una gran marcha este 30 de julio hacia el Capitolio en Washington.

Un día antes, los Guillén y su representante legal se reunirán con el presidente Donald Trump.

Más de dos meses después del crimen, el presidente se expresó publicamente sobre el caso.

“Vamos a investigar mucho, lo vi en las noticias el otro día y pensé que era terrible, y di órdenes específicas, quiero saber todo al respecto, van a informarme al respecto el lunes y podré revelar algo en ese momento”, planteó sin dar más detalles.

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