Ponen al descubierto fraude por desempleo contra inmigrantes
Con la promesa de ayudarlos ante la crisis de COVID-19, toman sus datos personales y domicilios
Al menos siete familias latinas que viven en un vecindario al oeste de Los Ángeles, denunciaron que fueron utilizadas en una red de fraude para obtener beneficios del desempleo.
Natalia L., quien pidió no revelar su verdadera identidad por temor a represalias, presentó la denuncia ante la fiscalía de la ciudad de Los Ángeles, a través de la oficina de la senadora de Los Ángeles, María Elena Durazo.
Todo comenzó a principios del mes de julio, cuando una mujer que solo se identificó como “señora Lugo” de entre 50 y 60 años, tocó la puerta de su casa.
“No me dio el nombre, pero me dijo que era de una organización que ayuda a familias que han perdido el trabajo debido al coronavirus. Me aclaró que no eran del gobierno y que yo calificaba”.
La ayuda consistía en una despensa y en la entrega de entre 45 y 95 dólares por semana por el resto del año.
La suma donada sería aportada por los patrocinadores de un programa de ayuda a las familias afectadas por COVID-19, según dijo la señora Lugo.
A Natalia, la noticia la puso feliz, ya que a causa de la pandemia, su esposo perdió uno de sus dos empleos, y en el que le quedó, le redujeron las horas de trabajo. Así que dadas sus limitaciones económicas, la sorpresiva donación le caía de perlas.
De entrada, la mujer le regaló una pequeña despensa que Natalia calcula tendría un costo de entre 25 y 40 dólares.
A cambio le pidió nombres, fechas de nacimiento y dirección de los adultos que habitaban en su hogar. “Le di la información de mi esposo y la mía sin pensarlo”, dice.
La mujer volvió dos semanas más tarde. “De nuevo nos dio otra pequeña despensa. También nos entregó un papel con tres nombres de los supuestos patrocinadores del apoyo económico. Nos dijo que nos iban a llegar cartas para ellos a nuestros domicilios y que se las guardáramos porque iría a recogerlas”.
No solo fue Natalia a quien la mujer le tocó la puerta sino que lo mismo hizo con todos sus vecinos latinos, de quienes logró obtener su información tras la promesa de alimentos y dinero.
Aproximadamente el 25 de julio, las siete familias a las que se comprometieron a apoyarlas económicamente, empezaron a recibir cartas del Departamento del Empleo (EDD) dirigidas a sus supuestos patrocinadores.
“Yo no sabía que era el EDD hasta que me metí al Internet, y me di cuenta que se trataba del Departamento del Empleo. Yo dije, por qué mandan estas cartas a mi casa”.
Ya para entonces, la señora Lugo les empezó a llamar por teléfono y a acudir a sus hogares para preguntar por las cartas. “Yo le mentí. Le dije que no habían llegado, pero al menos dos vecinos sí se las entregaron. Como recompensa les dio $100 a cada familia”.
Sin embargo, a los vecinos, todos inmigrantes de México, El Salvador y Guatemala, les empezaron a asaltar las dudas.
“Si la señora llamaba por teléfono, y le decían que ya habían llegado las cartas, aparecía a los 5 minutos, las recogían y les entregaban los $100”.
Movidos por la curiosidad, Natalia y otros inquilinos se atrevieron a abrir una carta. “Nosotros no sabemos inglés, pero la metimos al traductor Google, y ahí nos enteramos que eran beneficios del desempleo para una sola persona por $6,513”.
Algunos le entregaron a la señora Lugo las cartas abiertas, y se llevaron una amenaza. “La próxima vez que las vuelvan a abrir, les voy a cobrar $300”, les advirtió tajante.
Intrigada y preocupada por lo que estaban viviendo, Natalia platicó su experiencia a un grupo de ayuda comunitaria al que asiste. Ellos les recomendaron pedir su identificación a la mujer y preguntar por su nombre completo.
“Ella solo nos había dicho que la llamáramos señora Lugo. Y cuando le pedimos su identificación, no se volvió a presentar sino que ahora solo nos llama por teléfono a diario para preguntar por las cartas, y manda a dos hombres muy insistentes para que se las entreguemos”.
Natalia dice que los vecinos se unieron para ya no entregarles la correspondencia del EDD, y decidieron hacer el reporte a la policía. “Yo nunca se las di. En toda la vecindad recibimos cartas del EDD para 26 diferentes personas”.
Y observa que la señora Lugo solo se enfocó en las familias latinas, y dejaron por fuera a los afroamericanos y blancos del vecindario donde vive.
“Cuando pregunté por qué no los había considerado, respondió que no podía meter a todos al programa”.
Pero también le cuestionó, por qué estaban recibiendo cartas del Departamento del Empleo. “La mujer de manera evasiva, respondió que las ocupaban para justificar las despensas y donaciones”.
Natalia dice que ellos lo único que quieren es que se detenga a la banda que los está utilizando. “Estamos preocupados porque saben dónde vivimos y se aprovecharon de nuestra vulnerabilidad como familias inmigrantes afectadas por el coronavirus. ¿Qué familia en este momento no necesita dinero?”.
También les preocupa que usen nombres de otras personas para obtener de manera ilegal beneficios del desempleo. “Ellos también son víctimas”.
Comenta que se atrevieron a reportar porque no quieren, que lo que ellos han vivido les pase a otras familias.
La senadora María Elena Durazo, a cuya oficina se acercaron inicialmente los vecinos para denunciar lo que viven, agradeció a las familias que se animaran a reportar.
“Durante estos tiempos difíciles de COVID-19, hay mucha necesidad económica en nuestra comunidad. Es una lástima que alguien quiera aprovecharse de esta situación defraudando a las familias”, dijo la senadora María Elena Durazo.
“Pido a cualquier persona de nuestra comunidad que se ponga en contacto con mi equipo, en caso que sospeche de este tipo de abuso”.
La oficina del fiscal de la ciudad de Los Ángeles, Mike Feuer, recomendó reportar el fraude al Departamento del Empleo al 1-800-229-6297, y lo pueden hacer online en:https://askedd.edd.ca.gov/Fraud.aspx