El Festival de Cine Latino de Chicago cumple 40 años de iluminar con arte, acción y cultura
Pepe Vargas, fundador y director del Festival, reflexiona sobre cuatro décadas de irreproducibles experiencias. Este año, la cita es del 11 al 21 de abril en Landmark’s Century Centre Cinema, 2828 N. Clark St.
Detrás de cada historia de éxito hay un líder y un equipo dedicados a cumplir la misión de un proyecto y construir una larga trayectoria institucional. Es el caso del Festival de Cine Latino en Chicago (CLFF, por sus siglas en inglés) que, dirigido por su fundador, Pepe Vargas, cumple 40 años de presentar en Chicago lo mejor del cine en español y portugués de creadores latinos de América Latina, España, Portugal y Estados Unidos.
Son muchas las organizaciones dedicadas a exhibir cine pero pocas las que consiguen festejar cuatro décadas en el mundo de los festivales cinematográficos. En Chicago, a lo largo de 40 ediciones, el CLFF sigue vigente en gran parte por su selección de películas relevantes, elegidas por Vargas y su equipo.
Hay mucha expectativa en este aniversario número 40 y la apuesta es que su despliegue cinematográfico es cada vez mejor. Durante cuatro décadas, el experimento que comenzó en el Colegio Agustín con la proyección montada sobre la pared de la institución, frente a 500 espectadores, se ha convertido en uno de los espectáculos culturales más anticipados del año en Chicago.
Hoy, este festival de arte cinematográfico cuenta con múltiples pantallas y más de 50 veces el número de personas que llenan las butacas para ver películas difíciles de encontrar en otros medios. Además de la proyección de películas, el festival se ha nutrido con la presentación de directores, protagonistas de las pantallas grandes e individuos vinculados en el ámbito cinematográfico.
En la versión celebratoria de sus 40 años, el CLFF plasmará sobre las pantallas grandes de las salas de cine del Landmark’s Century Centre Cinema (2828 N. Clark St. ), 50 largometrajes y 35 cortometrajes. Asimismo, 80 actores y directores han sido invitados a Chicago para asistir al CLFF y muchos de ellos participarán en charlas que ampliarán el impacto del programa cinematográfico.
Cambios que afectan al cine y los teatros
En el transcurso de sus 40 años, el CLFF ha afrontado muchos retos, en especial los relacionados con proteger la asequibilidad de ir al teatro.
Vargas se empeña en seguir adelante ante los cambios en el mundo del cine gracias a que tiene un público leal que acude a las salas de cine.
“Asistir a las salas de cine y ver una película sobre la pantalla grande es una experiencia insuperable y no hay ninguna plataforma que la pueda reproducir”, exclamó Vargas, quien no considera las películas populares competencia y prefiere en el CLFF resaltar filmes con mensajes sobre la gente, los países y las culturas latinoamericanas.
Ir a las películas tiene para el espectador una cantidad de obstáculos, incluyendo el alto costo exorbitante del estacionamiento, que Vargas asegura sus espectadores están dispuestos a costear con tal de disfrutar una cartelera que no está disponible en las aplicaciones de video ‘streaming’ en casa.
Cuando le preguntamos a Vargas qué lo impulsa, él respondió: “contamos con un público no necesariamente masivo, pero lo suficientemente grande que nos permite hacer el esfuerzo y meternos en esta aventura que implica bastante costo porque está haciendo algo importante que trasciende y satisface”, dijo a La Raza Vargas, oriundo de Colombia.
Al reflexionar sobre las ediciones pasadas del festival que más recuerda, Vargas mencionó las últimas tres ediciones del CLFF. Durante la pandemia, el ingreso en taquilla no se podía comparar a la de un año normal porque por el costo de un boleto una familia entera en cuarentena se podría reunir en casa y ver una serie de películas. Los momentos de confinamiento y restricción de actividades fueron una época única donde había pocas alternativas de entretenimiento. Las audiencias fueron muy grandes, pero no en términos financieros. Pero Vargas no rindió y recalcó que “el festival no lo hacemos para ganar dinero”.
En cambio, Vargas resaltó que el ímpetu del festival es compartir la cultura latinoamericana, elevar la conciencia en el público y darle al público nacional la oportunidad de que conozca más allá de los estereotipos latinos.
El autocinema durante la pandemia también fue una experiencia inolvidable.
En 2022, el festival ofreció una versión híbrida en la cual se mostró cada película una vez en el teatro y virtualmente. En cuanto se pudo regresar a las salas de cine disminuyó la asistencia en línea. En el 2023, decidieron eliminar la versión virtual del festival debido a la falta de interés de los productores de películas en participar.
Regresar a las salas de cine después de la pandemia presentó un nuevo reto: el incremento en los gastos para alquilar el teatro y al mismo tiempo mantener el precio al mínimo posible. Orgullosamente, Vargas destaca que ha sostenido el precio de las taquillas sin cambio por los últimos cuatro años. Y lunes y martes ofrecerán entradas por $12 para alentar al público a asistir a las salas de cines.
Los frutos del festival de cine
La trayectoria del festival es de 40 años de equidad y ha servido como palanca para nutrir una programación multidisciplinaria. Lo más importante del CLFF es su habilidad de adaptarse a los cambios y transformarse en algo más grande. Mientras otros festivales se esfumaron, el CLFF sigue siendo muy vital porque su enfoque siempre ha sido en los valores que se transmiten a través de las películas y el reflejo de las realidades de los diferentes países latinoamericanos.
En la evolución de este proyecto se ha ampliado el alcance del CLFF para presentar el cine latinoamericano a audiencias nuevas. El programa de Cine en el Parque empezó hace 17 años y el International Latino Cultural Center (ILCC, la organización dirigida por Vargas que produce el CLFF) también emprendió un festival de música que se ha convertido en un despliegue de música de todos los géneros musicales. Y el año pasado se creó el primer Festival Latino de Danza en Chicago, en el que se destacaron 37 compañías de baile. Además, han presentado espectáculos de comedia y lecturas de poesía. En el transcurso de 40 años, el CLFF y el ILCC han ofrecido programación multicultural y multidisciplinaria.
Ahora, Vargas se pregunta qué hacer con los bagajes intelectuales y las experiencias aprendidas durante cuatro décadas y numerosos proyectos culturales. Su respuesta es a la vez simple y ambiciosa: construir un edificio sede para el International Latino Cultural Center que sería la meca de la cultura latina en Chicago.
“Después de 40 años de trabajo es absolutamente necesario tener su propio edificio… donde habrá [además de cine] danza, poesía, literatura, programación para niños, teatro, restaurante y cafetería, enseñanza de la lengua y baile”, exclamó Vargas, quien en charlas con los participantes del CLFF descubrió su interés en explorar otras formas artísticas, incluyendo la música, la danza y las artes culinarias.
Además de los latinos, Vargas asegura que hay un alto número de no latinos que asisten al cine y a los otros eventos culturales del CLFF y el ILCC, quienes estarían interesados en apoyar este proyecto con su presencia. “Estamos absolutamente seguros de que estamos haciendo algo que hace falta y tendría consumidores”.
En los diseños preliminares y maquetas, este centro multicultural incluye salas de cine, una tienda de regalos, pista de baile, aulas para instrucción de idiomas y espacios para eventos. Actualmente, existe un presupuesto de construcción y se está averiguando el costo del mantenimiento para un lugar de esta magnitud, que estaría ubicado cerca de las instituciones culturales en el centro de Chicago.
Muy pronto Vargas espera poder presentar este proyecto trascendental a representantes de gobiernos locales e internacionales y pedir su apoyo.
El edificio, que Vargas ha apodado “megaembajada”, sería un punto de encuentro para los 63 millones de latinos que, según el Censo, viven en Estados Unidos y para cualquier persona amante de la cultura.
“El valor del Festival es que celebramos este importante aniversario y podemos decir con mucho orgullo que es el papá de todas estas otras cosas que hemos hecho y queremos hacer”, exclamó Vargas.
Maravillas para celebrar 40 años
Para la muestra cinematográfica de los países latinoamericanos se dio prioridad al cine hecho por mujeres y primeros directores porque el festival es una plataforma de lanzamiento para el talento nuevo. Después vendrían los temas, incluyendo el tema afrolatino e indígena, el medioambiente, la inmigración y la discriminación.
Para 2024, Vargas y su equipo eligieron entre 725 propuestas la cartelera que se presentará en el cuadragésimo aniversario del festival, del 11 de abril al 22 de abril, en el Landmark’s Century Centre Cinema, ubicado en 2828 N. Clark St.
“El reto es escoger historias que digan algo, que trascienden y toquen nuestras vidas. Pero es un balance constante entre lo que nos gustaría a nosotros mostrarle al público y lo que les gustaría ver”, explicó Vargas, quien siempre está dispuesto a retar a la audiencia a ver cosas diferentes y nuevas.
La apertura y el cierre del 40° Festival de Cine Latino de Chicago se realizará en el Teatro Davis, en 4614 N. Lincoln Ave. Además, habrá una proyección especial en el Instituto Cervantes, en 31 W. Ohio St. El boleto de entrada tiene precios asequibles de $15 y $12 los lunes y martes y se pueden conseguir en las taquillas de los teatros o en línea en chicagolatinofilmfestival.org.
El festival se inaugurará el 11 de abril con la presentación de la película de suspenso ‘The Wingwalker’ del director Alonso Álvarez-Barreda, protagonizada por el actor y comediante mexicano Omar Chaparro y el miembro del elenco del Teatro Vista Ensemble Max Arciniega, quien también colaboró como escritor y productor ejecutivo.
‘The Wingwalker’ es la historia de Julián, un padre viudo cuya vida da un giro inesperado cuando un delito leve lo lleva a ser deportado a México, pero debe regresar a toda costa para estar al lado de su hija de nueve años, a quien le han diagnosticado una enfermedad cardíaca terminal.
Este año, el ganador del premio a la selección del público recibirá una estatuilla diseñada por el escultor mexicano David Camorlinga Tagle en honor del 40 aniversario del festival.
El 22 de abril, el CLFF culminará con broche de oro y la proyección del drama uruguayo y argentino Milonga, el debut como directora de Laura González. Esta primicia cinematográfica gira en torno a la vida de una mujer después de la muerte de su esposo abusivo y los sucesos que la llevan a sobresalir y superar el abuso.
Encuentra vitalidad en el cine
Después de 40 años, Vargas reconoce que el festival y todas sus reiteraciones son proyectos importantes, relevantes, únicos y necesarios y eso lo obliga a cuidarse para mantenerse en un estado de ánimo saludable.
Además de cuidar su alimentación y dormir bien, Vargas se nutre del talento y de los sueños de los artistas, músicos, actores, directores de cine y compositores con los que convive.
“Yo vivo espiritualmente conectado con gente que no tira la toalla y son persistentes contra viento y marea hasta hacer sus películas. No solamente los admiro, también son mi inspiración”, detalló Vargas.
Vargas rio ante la pregunta sobre su edad y en cambio dijo estar bendecido y privilegiado por tener la oportunidad de ejercer una carrera que aporta a un proyecto importante para la gente y en el que encontró algo que le da sentido a su vida.
“Lo disfruto y no importa la edad que tenga en término de años porque me gusta estar conectado con la gente joven”, dijo Vargas.
Vargas se opone rotundamente a la idea de retirarse en un futuro cercano. “Para mí el retiro seria como suicidarme, pero soy consciente de que llegará el día en que mis piernas ya no me permitan pararme, pero eso será a los 100 años”, dijo Vargas, quien admite que su trabajo no es fácil y lo describe como enredado, complicado y hasta estresante.
“Trabajar con recursos limitados es una batalla, pero yo me enfoco en los resultados”, agregó Vargas.
Su receta para mantenerse con energía es ser disciplinado con la meditación y rodearse de personas que comparten el mismo entusiasmo por el CLFF, incluyendo su más grande ‘fan’, su nieta y la futura generación de cinéfilos.
El 40° Festival de Cine Latino de Chicago
Del 11 al 22 de abril de 2024
Dónde: Landmark’s Century Centre Cinema, 2828 N. Clark St. Chicago, IL
Apertura y cierre: Teatro Davis, 4614 N. Lincoln Ave. Chicago, IL
Boletos: $15, $12 los lunes y martes
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