Obama viajó para escapar de escándalos

Es un axioma que cuando un presidente enfrenta numerosos escándalos y controversias en casa, lo mejor es hacer un viaje al extranjero.

Así que en medio del escándalo de espionaje que dio a conocer Edward Snowden, un contratista de la CIA, de que la National Security Agency obtuvo records de llamadas de miles de estadounidenses y espió los correos electrónicos en varios países, incluyendo China y Alemania, el presidente Barack Obama salió a darse una vueltita por África.

Y no fue ni en agosto, el mes tradicional para tomar unas vacaciones; fue a fines de junio.

Cabe recordar que antes del escándalo de espionaje, también estaba presente el lío de que el Servicio de Rentas Internas (IRS) marcó a los grupos conservadores para hacerles auditorías y que el Departamento de Justicia del país ordenó confiscar los records telefónicos de los reporteros de la agencia de noticias Associated Press (AP).

Según explicó la administración, lo de la AP fue por “seguridad nacional”; pero para la gente común esto significa más vigilancia de parte de la administración de un presidente en el que muchos pusieron su fe porque pensaron que era sensible a sus derechos de privacidad.

En Sudáfrica Obama visito la prisión en donde Nelson Mandela estuvo prisionero durante 27 años, en Robben Island.

Me hubiera gustado más que Obama visitara un centro de detención en este país, en donde él mismo ha ordenado la detención de miles de inmigrantes.

Si el presidente quiere saber de sufrir y de aguantar la desmedida mano de un gobierno, no tenía que ir a Sudáfrica; una visita a Broadview, Illinois, hubiera bastado.

Antonio Zavala es periodista y trabaja como corresponsal de la Agencia EFE en Chicago. Comentarios o sugerencias a ixtlah@gmail.com

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