Ordenanza busca regular a los vendedores ambulantes de alimentos en Chicago

Concejal puertorriqueño de Chicago, presentó un cambio en la ordenanza municipal que regula la venta de alimentos en las calles para incluir a más de 1.500 ambulantes latinos.

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Crédito: Archivo

Chicago.- El concejal puertorriqueño Roberto Maldonado, del Distrito 26 de Chicago, presentó un cambio en la ordenanza municipal que regula la venta de alimentos en las calles para incluir a más de 1.500 ambulantes latinos.

El presidente de la Asociación de Vendedores Ambulantes (AVA), Augusto Aguirre García, informó hoy a Efe de que la propuesta fue presentada al Concejo Municipal en la sesión de este miércoles y pasó al comité de licencias para su estudio.

“Somos conscientes que puede pasar cualquier cosa porque se trata de un tema muy controversial, pero igualmente estamos muy entusiasmados”, declaró.

Los ambulantes, que lograron el apoyo de la Clínica Empresarial de la Universidad de Chicago para elaborar la iniciativa, admiten que queda mucho camino por recorrer “para conseguir apoyos y tratar de convencer” a por lo menos 25 concejales, dijo Aguirre.

La propuesta de Maldonado legalizaría la actividad de los llamados “eloteros” y “tamaleros”, quienes tendrán que preparar sus productos en cocinas industriales que hayan sido inspeccionadas y licenciadas por la sanidad municipal.

“La mayoría de los ambulantes desea ejercer su actividad sin temor a la policía y los inspectores municipales. Esta es una actividad que no se va a detener y es justo darle una oportunidad de trabajo a los vendedores, bajo supervisión del Departamento de Sanidad”, declaró el concejal a la prensa al margen de la reunión mensual del Concejo municipal.

Maldonado dijo que presentará el texto de la iniciativa en busca de apoyo al alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, quien a comienzos de este mes adelantó su disposición a legalizar a los vendedores ambulantes.

En la actualidad, los ambulantes latinos solamente pueden ofrecer en sus carritos fruta fresca pelada, cortada y aderezada con sal, limón y chile en el momento de la venta.

Sin embargo, muchos venden elotes (mazorcas de maíz cocidas), tamales, chicharrones y pupusas, arriesgando multas que pueden llegar a 1.500 dólares.

Al igual que las cocinas rodantes, los ambulantes latinos también tendrían que respetar ciertas distancias para vender sus productos cerca de restaurantes establecidos.

Aguirre señaló que aunque no se consideren competencia de los restaurantes, igualmente están dispuestos a “respetar las reglas y límites” que establezca la ordenanza.

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