Las cosas no ocurren de gratis

Lo había señalado en un par de columnas previas: el desastre fiscal en que se encuentran la ciudad de Chicago y el estado de Illinois tarde o temprano iba a golpear directamente los bolsillos de nosotros, los consumidores, que poco o nada hicimos para crear el problema.

Parte del drama tuvo su primer acto al empezar julio y, con él, el año fiscal 2016. El gobierno estatal entró en situación de cierre parcial y suspendió pagos a cientos de organizaciones comunitarias que administran los programas de asistencia pública de los que dependen miles y miles de residentes, entre ellos muchos de nuestra comunidad.

El otro aspecto del drama se vive en las escuelas públicas de la ciudad. A duras penas y a última hora el gobierno municipal logró hacer un pago de más de $630 millones al fondo de pensiones de los maestros de CPS. Paralelamente, la Junta de Educación de Chicago aprobó un endeudamiento de $1,135 millones contra ingresos fiscales futuros, y eso nada más para que los planteles puedan funcionar en el año escolar que comienza fines de agosto.

¿Quién va a pagar este endeudamiento? Me temo que usted y yo, todos nosotros. El mesero ya viene con la cuenta, y es Rahm Emanuel con una cuenta de $225 millones que la ciudad piensa generar vía un incremento a los impuestos sobre la propiedad. Esto significa que el propietario de una casa valuada en promedio en $250 mil verá un aumento en sus impuestos, pennies más o menos, de $225 anuales.

Es imposible no poner a la ciudad y al estado en el mismo saco. Años y años de irresponsabilidad fiscal, de falso liderazgo político, de posponer los problemas para que les caigan encima a otros, tienen a Illinois como uno de los peores estados del país en términos de salud fiscal. El peso de las pensiones públicas tiene a Chicago y a Illinois al borde de la quiebra. Los políticos, mientras tanto, hacen como que se pelean.

Me preguntaba el otro día dónde están nuestros concejales, nuestros representantes y senadores estatales. Me parece claro que los legisladores dejaron de trabajar para sus votantes, y trabajan para los líderes de turno, sean estos Rahm Emanuel, Michael Madigan, John Cullerton o Bruce Rauner.

En medio de todo esto cae como piedra esta noticia. El Condado de Cook también le entra al castigo fiscal y propone un aumento al impuesto a las ventas, cuando el Condado tiene la tasa fiscal a las ventas más altas de la nación.

Las cosas no ocurren de gratis.

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