No me salen las cuentas. ¿A usted?

Será que nunca fui bueno para las matemáticas, que aún me cuesta trabajo balancear una cuenta de banco. O será que una cosa son los números y otra muy distinta la historia que cuentan, o la que no cuentan.

Leo con detalle el presupuesto que el alcalde Rahm Emanuel sometió esta semana al Concejo Municipal. Un presupuesto de casi $10,000 millones que, según él, evitará que Chicago caiga en la insolvencia.

Es un presupuesto que supuestamente resuelve el problema de las pensiones. Un presupuesto alimentado por la tremenda carga fiscal de vivir en Chicago. Ya aumentaron de manera significativa los impuestos sobre la propiedad. Y hay nuevos impuestos para servicios públicos fundamentales, como el agua, el drenaje y la recogida de basuras.

Un reciente sondeo de la firma financiera Charles Schwab indicaba que los residentes de Chicago ubicaban a la ciudad entre las peores del país en materia de costo de vida e impuestos.

El gobierno municipal, para solventar su hoyo fiscal, ha sobrecargado de impuestos a los residentes y disparado el costo de vida. A cambio de ello, la calidad de vida se deteriora cada vez más en los barrios pobres de la ciudad, los mismos barrios donde la combinación de pobreza, desempleo y falta de oportunidades se mezcla con la violencia.

La respuesta es de Emanuel a esto, el presupuesto que según él saca a Chicago “de la obscura nube de la insolvencia”, es mucho palo y poco pan.

Uno de cada nueve dólares del presupuesto de Emanuel –de aprobarlo el Concejo – se dedicará a reforzar a la Policía de Chicago.

A cambio, apenas un poco más del 1% se dedicará a invertir en los barrios pobres para ayudar a desarrollarlos económicamente.

En otras palabras, Emanuel arroja unos cuantos dólares en la calle: ya será problema de los concejales distribuir la escasez para promover programas de desarrollo económico en las zonas más deprimidas.

Y eso no funciona, si la violencia campea de nuevo, no hay problema porque Emanuel tendrá más policías para entrar a palo y balazo limpios en las zonas donde haya problemas. Porque Chicago sale mucho en las noticias por el tema de los tiroteos, y hasta Donald Trump usa eso de pretexto, y eso no lo va a permitir Rahm, no va a quedar mal ante sus exjefes los Clinton.

Faltaba más.

A menos que el Concejo Municipal actúe con base en los verdaderos intereses del electorado, la propuesta de Emanuel será aprobada.

Habrá, por parafrasear una canción de Chico Buarque, mucho béisbol, mucho sol y rocanrol, pero en el fondo la cosa está siniestra.

Menos mal para Emanuel que los Cubs avanzaron a la Serie de Campeonato y se evitó una huelga de maestros (con una buena untada de incentivos fiscales). Si no tendría que contestar muchas preguntas, cosa que le fastidia.

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