¿El Chapo aprovecha vieja confrontación entre el gobierno mexicano y la CIDH?
La esposa del capo denuncia las autoridades mexicanas violan los derechos humanos del líder del cártel de Sinaloa
MÉXICO – El narcotraficante Joaquín “El Chapo Guzmán” podría estar sacando raja política y tiempo para evitar su extradición a Estados Unidos de una vieja confrontación entre el gobierno mexicano y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) al solicitar que ésta recurra a vigilar sus condiciones de reclusión en las que se restringe el tiempo de visitas familiares y conyugales además del aislamiento.
“Está enfermo de los nervios, de depresión”, dijo Emma Coronel, esposa del líder del cartel de Sinaloa ante medios de comunicación en Washington tras su visita a la CIDH.
Durante varios meses de 2015 y hasta agosto pasado la confrontación entre la CIDH y el Estado mexicano fue álgida, directa y pública principalmente porque el Grupo Interdisciplinario de Expertos que envió la comisión estuvo en desacuerdo en varias conclusiones de la investigación de la Procuraduría General de la República (PGR) sobre la desaparición en 2014 de los 43 estudiantes de la normal Rural Isidro Burgos.
Los dimes y diretes crecieron a tal punto que el gobierno de México atizó una demanda legal por fraude de 2.5 millones de dólares en contra del entonces presidente de la CIDH, Emilio Álvarez Icaza, por “el mal manejo” de los dineros públicos destinados a la investigación de los 43.
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A su vez Icaza buscó, a su manera, llevar al presidente Enrique Peña Nieto ante la Corte Penal Internacional por permitir “practicas generalizadas de tortura”, según un informe del relator especial de la ONU.
“En agosto se terminó el periodo de Álvarez Icaza y hace un par de días se anunció que regresará una misión de expertos a darle seguimiento, pero la percepción pública es que ‘al fin’ hay una instancia internacional que le está haciendo frente al gobierno mexicano”, dijo Francisco Solís, analista político de la Universidad Autónoma Metropolitana.
Para el escritor José Reveles, autor del libro El Chapo, entrega y traición (ed. Random House), los abogados que promueven la visita de la CIDH para ver las condiciones de su cliente “no son de pacotilla” y saben lo que hacen al solicitarla. “Allá la corte si acepta la petición”, señala.
“El capo está en su derecho de pedir un trato más humano a través de su esposa que es una mujer joven, que no llega a los 30, y ha demostrado que es inteligente y eso también le da un manejo mediático”.
Por otro lado –acota- lo que busca El Chapo es más bien tiempo para negociar las condiciones de su extradición como en su momento lo hizo el capo colombiano Pablo Escobar o Vicente Zambada Niebla, “El Vicentillo”, cuyas penas se redujeron gracias al dinero e información que entregaron como compensaciones por sus delitos.