Las razones por las que Pep Guardiola, DT del Manchester City, vivirá su primer año sin títulos

"No soy peor entrenador porque no haya ganado ningún título. Creo que soy mejor, he aprendido", dijo el entrenador

En cuatro temporadas en Barcelona, Pep Guardiola obtuvo 14 de los 19 títulos que disputó. Luego de un año sabático, en Bayern Munich consiguió siete de 14 durante tres cursos.

El mundo del fútbol lleva casi una década poniendo los ojos en el último director técnico que revolucionó este deporte, alguien que despertó admiración por un ideario al que pocos colegas se resistieron a no tomar algo para implantarlo en sus equipos. El catalán es el último eslabón de entrenadores rupturistas, que marcaron tendencia, en la línea de Rinus Michels, Johan Cruyff y Arrigo Sacchi.

El último reconocimiento que acaba de sumar Guardiola es el de ser designado por el diario francés L’Equipe el mejor del mundo en una lista de 50 directores técnicos. Una mención coincidente con un hecho inédito en su carrera: en Manchester City completará su primera temporada sin levantar ningún trofeo en cuatro competencias durante 2016/17.

Una sequía que no lo desanima: “Aprendí una buena lección de cara al año que viene, seremos mucho más fuertes. No vine a Manchester pensando que iba a ser fácil o que iba a ganar todo”.

A falta de cuatro fechas para el final de la Premier League, el objetivo del City es asegurarse una plaza para la próxima Champions League: está cuarto (da lugar a la clasificación para la etapa de grupos), tres puntos por debajo de Liverpool y uno por encima de Manchester United.

El resto de la actividad ya es historia: eliminado por Monaco en los octavos de final de la Champions League, en la misma instancia por Manchester United en la Copa de la Liga y en semifinales de la FA Cup por Arsenal.

¿Cómo asimiló Guardiola esta decepción, si se la mide en resultados? ¿Qué hizo mal, en qué aspectos piensa que debe rectificar? Preguntas a responder en la voz de quien conoce al DT de primera mano y en fuentes del club que siguieron los acontecimientos desde adentro.

Marti Perarnau, periodista y escritor español que tuvo acceso directo a Guardiola para la escritura de los libros Herr Pep y La Metamorfosis, describió: “A Pep no lo sorprendió esta temporada sin títulos. Recuerdo mucho una anécdota del año pasado, cuando en cuartos de final Bayern Munich eliminó a Benfica.

Era su séptima semifinal consecutiva y en la cena posterior al partido me dijo ‘el año que viene se romperá el récord’. Tenía muy en claro que iba a un equipo con un plantel inferior al de Barcelona y Bayern Munich, y aunque lo reforzase iba a ser muy difícil alcanzar el nivel de los grandes de Europa. Estuve muy cerca de él, no me llama la atención lo ocurrido. Hasta bien entrado 2018, el proyecto no estará maduro”.

Desde el área deportiva de la entidad, la conclusión es que la transición de Manuel Pellegrini a Pep fue mala en lo relativo a la renovación del plantel, no se encontraron los jugadores que se buscaban, como Bonucci y Alex Sandro, zaguero y lateral de Juventus, entre otros.

La visión interna es que se fueron quedando sin jugadores hechos, sin líderes. Perarnau lo refrenda: “Uno de los aspectos en el que el City debe mejorar es en el carácter, la personalidad, el coraje competitivo, para que no le suceda lo del primer tiempo en la revancha contra Monaco”.

Se contrataron jóvenes, como Sané, Gabriel Jesús, Stones, todos con una proyección a cuatro años. En las dos ventanas del mercado de pases se inviertieron 208 millones de euros en refuerzos.

Perarnau agregó un matiz sobre la conformación del plantel: “Antes de la llegada de Pep había un consenso en que se había terminado una etapa que había comenzado con Mancini y continuado con Pellegrini. Un fin de ciclo, con 14 jugadores de más de 30 años y un largo historial de lesiones. Se hizo una renovación a medias con la salida de seis futbolistas. Ahora debería venir una segunda etapa. E

n promedio, Pep utilizó entre ocho y nueve jugadores que ya estaban. Por lesiones pudo contar muy poco con Gündogan y Gabriel Jesús”.

Diez victorias consecutivas al comienzo de la temporada hicieron pensar que todo sería diferente. “Varios de esos resultados fueron engañosos, se ganó sin jugar bien. Creo que esa seguidilla no fue beneficiosa para el equipo, hizo creer al exterior que todo iba a ser fácil. Hubo un proceso inicial de aprendizaje del método de Pep y luego un lógico estancamiento. Vi disposición en el plantel para comprometerse con lo que pretende Pep, pero también deficiencias en la ejecución”, apuntó Perarnau.

Sin la posibilidad de contar de manera continua con Gündogan, a quien el DT pensaba en convertir en su Xavi de Barcelona o el Thiago Alcántara de Bayern, el juego del City dependió demasiado de David Silva. “Cuando Silva no funciona, se nota mucho. Si está bajo, el equipo se muere”, es la radiografía que trazan desde adentro.

La pata argentina

Entre las herencias recibidas por el técnico nacido en Santpedor están los cuatro futbolistas argentinos. El de más cartel es Sergio Agüero, que suma 167 goles en el City y está a diez del máximo anotador del club, Eric Brook (177 entre 1928 y 1939). “Rindió muy bien luego de la lesión de Gabriel Jesús”, apuntó Perarnau sobre el Kun.

El brasileño está llamado a ser uno de los centrodelanteros internacionales más importantes de los próximos años. Tiene 20 años, llegó procedente de Palmeiras por 32 millones de euros y empezó a hacer goles desde que debutó, a principios de febrero. Lo mandó al banco a Agüero, que recuperó la titularidad a partir de la lesión de Jesús.

El primer sentimiento que aflora en el City hacia el Kun es de agradecimiento. Goleador centenario, nada borrará ni hará olvidar el gol a Queens Park Rangers en tiempo de descuento que en 2012 valió una Premier League después de una abstinencia de 44 años.

Próximo a cumplir siete años vestido de celeste, de Agüero se esperaba un liderazgo o una ascendencia en el vestuario que él no termina de asumir por su personalidad. También le reclaman más en los momentos decisivos de la Champions League.

El año pasado no pateó al arco contra Real Madrid y hace poco desperdició buenas ocasiones frente a Monaco. Hay quienes ven que le falta velocidad, que cuando Sané acelera hasta el fondo o rompe, Agüero todavía no llegó. Lo poco que jugó Gabriel Jesús tuvo un impacto inmediato: sin ser un líder, mostró personalidad para ir a presionar, moverse, hizo mejor a los demás, provocó contagio.

Guardiola repitió en más de una oportunidad que cuenta con Agüero, que deberá evaluar si acepta que ya no es un titular indiscutible y que lo más probable es que en la próxima temporada arranque por detrás de Jesús. Desde el club no desestiman una transferencia, aunque son conscientes de que sólo el mercado chino podría asumir económicamente un contrato como el del Kun.

Manchester City está revisando a la baja los altísimos salarios que paga porque eso le impide vender, como ocurrió cuando Roma se interesó por Pablo Zabaleta. Agüero tiene vínculo por dos años más y también un capital intangible: el afecto de los hinchas.

Zabaleta (32 años) termina contrato y lo más probable es que emigre. Completará nueve temporadas con el perfil de un jugador muy profesional y rendidor, que ya dio lo mejor, y que en este curso salió de la formación cuando Pep armó una línea de tres u optó por Sagna, Fernando y hasta por el extremo Navas como lateral.

Al arquero Wilfredo Caballero le queda un un año de vínculo y sus acciones levantaron porque respondió bien cuando Guardiola debió sacar debido a una seguidilla de errores al chileno Claudio Bravo, refuerzo pedido especialmente por el técnico. Caballero podría renovar contrato porque es más que un suplente confiable y humanamente se lo valora de manera positiva para el grupo.

Es casi segura la permanencia de Nicolás Otamendi, si bien la zaga central fue uno de los puntos débiles de la temporada. No obstante, le advierten progresos, sobre todo en la entrega de la pelota, recurso muy estimado por Guardiola.

Si bien al técnico le gusta manejarse con planteles cortos en número, una de las enseñanzas que le quedaron es que ahora necesita una nómina más larga. “La Premier League es otra cosa, no es como en España o en la Bundesliga. En Inglaterra jugás todas las semanas contra rivales que te pueden ganar. Cada partido que se pierde cuesta mucho remontarlo, no hay respiro”, exponen fuentes del City.

Ahora, Pep aspira a dos jugadores por puesto de buen nivel. Llegarán, como mínimo, cinco o seis refuerzos, ninguno de complemento, sino para pelear la titularidad. La prioridad está en dos o tres laterales; no se descarta a un zaguero central y a un delantero (suena Alexis Sánchez). “Hay una estructura del medio hacia adelante que para Pep es muy satisfactoria, con Gündogan, Silva, De Bruyne, Sané, Sterling, Gabriel Jesús, Agüero. Es una base de calidad y bastante juventud. Tendrán que reforzar más en la organización defensiva”, es la conclusión de Perarnau.

Los dueños del City están más expectantes por el futuro que molestos por esta temporada, a la que consideran como una transición inevitable. La lectura íntima de Guardiola es la de un perfeccionista que se culpa a sí mismo. Perarnau intuye cómo asimilará esta experiencia inédita en su trayectoria de técnico : “Conociéndolo, no necesitaba una temporada sin títulos para poner los pies sobre la tierra. Nunca se subió a la nube de los éxitos. En la carrera de cualquier entrenador son imprescindibles las derrotas. No se puede ganar siempre”.

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