Primer bebé en el mundo con un documento oficial sin identidad sexo-genérica
Eso le permitirá decidir más adelante si es hombre o mujer
COLUMBIA BRITÁNICA, Canadá – Searyl Atli Doty podría pasar a la historia como la/el primer bebé en el mundo sin identidad sexo-genérica asignada, a fin de que, cuando crezca y lo considere conveniente, elija autonombrarse y vivir como hombre o mujer.
Este podría ser el “primer caso en el mundo” del/la infante que nació en Columbia Británica, Canadá, “fuera del sistema de salud”, que no fue sometido(a) a una inspección genital, informó la coalición Gender Free I.D., en un comunicado.
Ese grupo promueve que las instituciones de gobierno expidan certificados de nacimiento sin identidad sexo-genérica, a fin de que la persona la decida más adelante.
En ese sentido, el padre, Kori Doty, quien es transexual, quiere evitar asignar sexo al niño(a).
“Depende de Searyl decidir cómo se identifica, cuando tenga edad suficiente para desarrollar su propia identidad de género… No voy a excluir sus elecciones, basadas en una asignación arbitraria de género al nacer, con base en una inspección de sus genitales”, indicó en el comunicado.
Por supuesto, hubo un modo de identificar al/la bebé, con la letra “U”, a fin de que tuviera su carnet de salud, que es posible en Canadá.
La/el bebé nació en noviembre pasado, pero el caso apenas salió a la luz.
La asociación que promueve este tipo de identificación, explica que la “U” significa “no especificado o desconocido”.
Existe un movimiento a nivel mundial sobre el rechazo a asignar a recién nacidos una identidad sexo-genérica, basado solamente en sus genitales, ya que la construcción de la identidad se “distorsiona” y es causa de frustraciones, como ocurre con los transexuales o los intersex (hermafroditas, por ejemplo).
La filósofa estadounidense, Judith Butler, es una de las pensadoras más reconocidas en el mundo que ha propuesto y explicado teóricamente la necesidad de esta nueva cultura de la identidad sexo-genérica, a fin de tener ciudadanos “más libres”.
Uno de sus libros más importantes sobre el tema es “Cuerpos que importan: los límites materiales y discursivos del sexo” (1993), que es donde la académica de la Universidad de Berkeley delineó las bases de su teoría sobre la necesidad de cambiar el método de asignar la identidad sexo-genérica, que plantea básicamente dejar que cada persona lo decida, sin que necesariamente eso signifique una operación de genitales.
Desde entonces, los adeptos a esta tendencia, impulsado por el movimiento feminista y LGBT, principalmente, ha ido creciendo en el mundo.