Trabajar de nueve a cinco, una fórmula cada vez menos relevante

La dinámica de los trabajos y la tecnología están ayudando a flexibilizar los horarios

Cuando el técnico del frigorífico o el de la compañía de cable dicen que pueden llegar a la casa a hacer el arreglo o la instalación entre 9.00 AM y 01.00 PM muchos trabajadores están en un aprieto porque tienen que trabajar de 9.00 AM a 5.00 PM, el horario más frecuente de labor. Y eso por no mencionar el día que se enferma un hijo.

Pero las dinámicas de los negocios, un buen número de estudios que considera más importante cuándo se trabaja que cuántas horas, y –sobre todo–  la tecnología están cambiando estas tradicionales horas laborales que cada vez se consideran más una cosa del pasado.

“Entre las nuevas tecnologías y las horas de trabajo globales de muchos lugares de trabajo, las empresas están viéndose en la necesidad de implementar arreglos laborales para los trabajadores, en distintas ciudades, distintas generaciones e industrias”, explica Rosemary Haefner, directora de recursos humanos de la plataforma de ofertas de empleo CareerBuilder. “Muchas empresas temen que sin un horario establecido, los empleados estarán distraídos, no tan implicados en sus empresas y menos productivos, pero en buena parte de los casos la realidad es que ocurre lo contrario. Un ambiente de trabajo en el que haya confianza es un lugar para empleados más leales y un incremento de la eficiencia siempre que haya una estructura”.

Haefner hace este comentario porque según una encuesta hecha para su empresa, entre los meses de mayo y junio, más de tres de cada cinco trabajadores creen que la jornada laboral de nueve a cinco es una idea del pasado. En Los Ángeles, el 50% de las personas entrevistadas tenían esa convicción y en Nueva York el 43%.

Curiosamente, las personas entre 45 y 54 años son las que más claro lo tienen en este sentido seguido de las que tienen entre 25 y 34 años. Y otra curiosidad, aunque el 42% de las personas no trabajan según un horario establecido por un turno, muchos tienen que seguir este horario tradicional a pesar de que no siempre se adapta a los ritmos personales de vida o el flujo del trabajo.

Cuando Haefner habla de estructura, de lo que se trata es de que a pesar de que no se trabaje de nueve a cinco, tiene que haber una serie de medidas para que la vida laboral y la personal se integren y haya una sensación de equilibrio. Desde CareerBuilder se sugieren tres estrategias para gestionar la flexibilidad laboral:

  1. Conocer las reglas: incluso en un ambiente de trabajo flexible hay reglas y una de ellas es que el trabajador no puede ir y venir cuando quiera (hay que informar) o al menos debe haber una expectativa de que esté a ciertas horas.
  2. Hay que integrar un ritmo de trabajo para que todo el mundo sepa cuando una parte del equipo está o no. La sugerencia es que se entre más tarde el lunes o que se salga antes los viernes. Algo en lo que se pueda llegar a un acuerdo.
  3. Recordar que hay que cumplir con el trabajo. Hay que ser consciente de que se tienen que presentar resultados del trabajo y cuándo ha de hacerse.

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