No hay confianza de (muchos) dreamers hacia los demócratas

Actualidad migratoria

Esta semana que termina podría llamarse “la semana en la que los dreamers reafirmaron que no confían cien por ciento en los líderes demócratas”.

Esta afirmación no está exenta de controversia, pero es cierta.

Luego que un ruidoso y agresivo grupo de jóvenes inmigrantes interrumpió el martes una rueda de prensa convocada por un grupo de demócratas, encabezada por la líder Nancy Pelosi en San Francisco, hubo tanto críticas como elogios.

Los jóvenes activistas exigían que los demócratas se comprometieran a un “Dream Act limpio”, sin concesiones de más militarización fronteriza o fondos para deportaciones.

Pero Pelosi, líder demócrata de la Cámara de Representantes, y Charles Schumer, su contraparte del senado, habían dicho la semana anterior tras cenar con el presidente Donald Trump en la Casa Blanca, que habían llegado a un acuerdo preliminar con el presidente, que probablemente incluiría más seguridad fronteriza.

“Tuvimos un encuentro productivo con el Presidente en la Casa Blanca. La discusión se centró en DACA. Acordamos que las protecciones de DACA deben hacerse ley muy pronto y que trabajaremos en un paquete de seguridad fronteriza, excluyendo el muro, que sea aceptable para ambos lados”, dijeron los líderes en un comunicado fechado el 13 de septiembre.

Esta afirmación generó alarma entre los grupos de base inmigrantes y dreamers y entre miembros del grupo latino del Congreso, que afirmaron no haber sido consultados antes de cualquier “acuerdo para un futuro acuerdo”.

Durante la protesta, que se vio en vivo por Facebook en video, la propia Pelosi trató de callar a los manifestantes y al salir, calificó de “ridículo” que los jóvenes se enfocaran en ellos y no en los republicanos.

“Tenemos que aprobar el proyecto de ley primero, y desearía que ellos canalizaran parte de esa energía hacia los distritos republicanos para que podamos aprobar el DREAM Act”, dijo Pelosi a los periodistas.

Las opiniones a favor y en contra se sucedieron.  Hubo amenazas, insultos y el gozo de los individuos más anti inmigrantes, quienes vieron la protesta como una prueba más de que su deseo de deportar a los DACA y a sus familiares está en lo correcto.

Pero activistas demócratas y liberales también los atacaron y cuestionaron la táctica.

Entre las críticas recibidas públicamente estuvo la de otra “dreamer” y activista, Astrid Silva, de Las Vegas, quien dijo que probablemente no hubiera participado en una actividad como esta.

“Si hay que explicar mucho una actividad, es que no funcionó”, dijo Silva. “Seguimos quejándonos de que no estamos en la mesa de decisión, cuando no tomamos siquiera un minuto para escuchar a las personas que están tratando de ayudarnos, entonces nosotros mismos estamos alejándonos de esa mesa de decisiones”.

Las críticas fueron bastante ruidosas en medios sociales y en grupos privados de “dreamers” y beneficiarios de DACA, que acusaron a los manifestantes de “no hablar por todos nosotros”.

“Si atacamos a nuestros aliados, ¿quién quedará de nuestro lado?!“, se preguntaba un joven en uno de estos grupos privados. Otros usaron palabras más duras.

Pero al día siguiente de la manifestación, que obligó a Pelosi a suspender una rueda de prensa dedicada a promover el Dream Act y enfocar sus cañones hacia los republicanos, la líder demócrata dijo que su partido apoyaría un “Dream Act Limpio”.

Aunque afirmó que esto es lo que siempre habían manifestado, esto no es lo que decía el comunicado antes mencionado.

Juan Manuel Guzman, director de asuntos gubernamentales de la organización de jóvenes inmigrantes United We Dream, dijo que el movimiento “dreamer” en general, está comprometido a impedir que haya más fondos para deportaciones, atados a una ley que proteja a los “dreamers”.

“No creemos que sea necesario darle más dinero a una agencia que ya es la agencia de la ley más grande del país, DHS”, dijo Guzmán.

Aunque UWD no organizó la protesta en San Francisco y los grupos involucrados no están afiliados a la organización, Guzmán dijo que entiende perfectamente y apoya lo que ellos trataron de comunicar.

“Nuestra gente quiere certeza. Yo entiendo por qué lo hicieron, los grupos inmigrantes se están movilizando y no todo viene de nosotros, pero todos tiene la energía de decir lo que necesitan decir”, apuntó el líder juvenil. “Realmente necesitamos que los demócratas empujen un “dream act ” limpio y el liderazgo necesita escuchar esto”.

Pero otros apuntaron que, estando en la minoría en ambas cámaras del congreso, será difícil para los demócratas garantizar que el “dream act” no vendrá acompañado de otras medidas.

Del lado republicano, y de parte del Presidente Donald Trump, hay intención de conectar el Dream Act con otras prioridades de su partido, como el muro, los fondos para deportaciones y hasta el RAISE act, un proyecto de ley que reduciría a la mitad la inmigración legal y eliminaría visas para categorías familiares.

“Siempre habrá gente que trate de negociar cualquier proyecto, hay opiniones diferentes sobre esto”, dijo Clarissa Martinez de Castro, vice presidenta de Unidos USA (antes NCLR). “Nuestra esperanza es que el Dream Act se apruebe por sí mismo, pero la política es la política y a veces hay que negociar las cosas”.

Martínez dijo que presionar a los demócratas es importante. “Pero tampoco hay que prenderles fuego y hay que estar muy informados de quien es quien”, apuntó.   

Señaló por ejemplo que hace unos días, un grupo de activistas se manifestó en un town hall organizado por el congresista Luis Gutiérrez, uno de los legisladores más cercano a la postura de los activistas “con pancartas que decían, apoya a los dreamers”.

Los demócratas “necesitan escuchar a su base”, dijo Ralph Sonenshein, director del Instituto Pat Brown de Estudios políticos de Cal STate LA. “Pero ellos están tratando de ver lo que tienen que hacer para salvar DACA y quizá gritar en una rueda de prensa no es la mejor manera de hacerlo”.

Hace algunos años,  grupos “dreamers” presionaron al entonces presidente Barack Obama para que protegiera a los jóvenes y creara DACA, y durante años, Obama dijo que no podía hacerlo porque “no era un emperador”.

En aquel momento también fueron criticados.

Fue también en San Francisco que el joven Ju Hong interrumpió a Obama en 2013 durante un discurso para gritar sus demandas.  “Usted puede proteger a los indocumentados, mi familia va a ser separada en Acción de Gracias, usted tiene el poder de detener las deportaciones”, dijo Hong, a quien muchos fustigaron por interrumpir al presidente.

Hong y muchos otros activistas buscaban que Obama protegiera a sus familias, como lo hizo con muchos de ellos en 2012 al anunciar DACA.

Obama contestó que no tenía dicha autoridad. “No, no la tengo”, dijo, “propongo que usemos el camino más difícil de buscar una solución más permanente”.

Un año después, Obama anunció las medidas que buscaban proteger a los padres de residentes legales y ciudadanos (DAPA) y la ampliación de DACA a más jóvenes, que eventualmente quedaron atrapadas en los tribunales y luego anuladas por Trump al tomar posesión de la presidencia.

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