48 años después vuelven a ver a sus hijos migrantes
María de Jesús Gómez y su esposo volvieron a abrazar a sus hijos en EEUU tras casi medio siglo sin verlos... y conocieron a sus descendientes
MEXICO – María de Jesús Gómez Pérez, de 82 años, residente del rancho Los García, en el municipio de Jalpa, Zacatecas, vivió más de la mitad de su vida sin ver a tres de sus hijos emigrantes indocumentados en Los Ángeles hasta que un innovador programa estatal que gestiona la reunificación familiar para adultos mayores residentes en México la llevó con visa humanitaria a Estados Unidos.
Corazón de Plata nació en 2012 en Zacatecas como un proyecto solidario y humano para personas mayores de 60 años que tenían más de una década sin ver a sus hijos y desde entonces ha logrado que más de 1,600 ancianos se reencontraran con los suyos a los que se han sumado por cientos en otras localidades que siguieron el ejemplo: Jalisco, Morelos, Puebla, Oaxaca, Michoacán, Guanajuato, Guerrero y Yucatán.
“El éxito del programa se refleja en la aprobación de un 97 % de visas de los grupos que acuden al consulado, un número que no se veía antes”, expresó el gobernador Alejandro Tello en abril pasado, cuando acudió a desear buen viaje a María de Jesús y su esposo Joel Saucedo, de 88 años, camino a California, junto con otros 37 viejitos.
La naturaleza humanitaria de los programas ha trascendido a la administración antimexicana de Donald Trump y en las representaciones consulares estadounidenses que hab tenido toda la apertura para otorgar las visas, cuenta en entrevista con este diario José Luis Gutiérrez, secretario del Migrante en Michoacán, donde este año arrancó el programa Palomas Mensajeras.
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Gutiérrez afirma que los reencuentros en Michoacán tienen como fin dar un poco de reciprocidad y agradecimiento a la diáspora del estado que hoy por hoy suma 4,3 millones que contribuyen con el 13% de su Producto Interno Bruto a través de las remesas.
“Nuestro plan inicial era ayudar a conseguir 450 visas en todo el año, pero la demanda ha sido tal que en este mes de octubre ya llevamos 1,000 visas para reunificar a 1,000 familias”, detalla.
“No ha sido un asunto sencillo porque lo que se necesita primero es un pasaporte y hay comunidades indígenas donde los padres no tienen acta de nacimiento, entonces, hay que ayudarlos desde lo más básico hasta la autorización de la embajada americana que ha sido muy receptiva y solidaria en este tema”,
En Morelos, donde al inicio del programa “Corazón de Plata”, el Gobierno de Estados Unidos otorgó al primer grupo -a principios de 2017- sólo visas humanitarias y permisos especiales para unir a las familias morelenses, al segundo grupo se le otorgó visas de turistas por un periodo de diez años debido a que ninguno de los viajeros intentó quedarse en el país.
“Que no les gane el corazón y quieran quedarse allá”, solicitó en julio el gobernador Graco Ramírez, al despedir a 28 ancianos que viajaban a Nueva York. “De lo contrario pueden perder la visa y lastimar el programa“.
Entre los requisitos necesarios para obtener una visa humanitaria para visitar a los hijos durante tres semanas se encuentran, además de ser mayor de 60 años, ser madre o padre de indocumentado, no haber sido deportado, no tener antecedentes penales ni haber sido rechazado previamente en la solicitud de visa a EEUU, pagar sus cuotas y gastos, tener buena salud, contar con pasaporte y salir en la fecha que se marque al grupo.
Hasta el momento una de las pocas quejas que han tenido los programas ha sido justamente en Zacatecas, donde nació. La diputada local Guadalupe Adabeche Reyes denunció recientemente algunos abusos en contra de los ancianos por parte de algunos clubes de oriundos en la Unión Americana que son los encargados de buscar a los hijos.
Citó como ejemplo el cobro por servicios múltiples condicionados al reencuentro de las familias, si no saldaban una cuota preestablecida. “Hay que reconocer que ciertas organizaciones están pidiendo dinero“, advirtió. En contraparte, el secretario de Migración, José Juan Estrada, prometió que se buscarían candados para cerrar el paso a “los listos que quieren tomar ventaja“ ante el programa.
Más allá de esas denuncias, el reencuentro ha sido tan exitoso como el caso de María de Jesús Gómez y su esposo, de 82 y 88 años, quienes 48 años después de decir adiós a sus hijos volvieron a reencontrarse para conocerse otra vez con toda la descendencia, nietos, bisnietos y anexos a quienes sólo veían de lejos, “como en una película“.