Dale solución a la inapetencia sexual
Si bien la falta de deseo sexual puede ser temporal y no necesita terapia o intervención alguna, cuando es marcada o súbita se debe procurar la evaluación de un profesional de la salud
Cuando la pérdida de apetito sexual se convierte en motivo de preocupación, la forma más natural de contrarrestarla es procurar mayor actividad sexual de forma segura y sana, pero si la preocupación persiste es recomendable buscar ayuda de profesionales de la salud para identificar las causas, ya que podría haber problemas ocultos y generarse nuevas complicaciones.
La doctora Carmen Valcárcel, médico y sexóloga clínica, advierte que perder el deseo sexual puede ocasionar problemas de autoestima baja y conflictos de pareja si no se encuentra una explicación lógica y alguna de las partes llega a pensar que la otra les es infiel o no le ama.
“Si dejan de tener contacto sexual, la disminución empeora. Cuando el deseo sexual disminuye lo que hacen es retraerse y evitar el contacto. Entonces el deseo disminuye aún más pues dejan de tener la producción de los neuroquímicos que fomentan la producción hormonal de testosterona, lo que a su vez disminuye más el deseo. Así se forma un ciclo que se autoperpetúa”, explica Valcárcel.
Son hormonas las que regulan el apetito sexual, particularmente la testosterona. “Muchos piensan que sólo los hombres tienen testosterona. Sin embargo, las mujeres también tienen un poco de esa hormona, deben tener lo suficiente para que funcionen sus sistemas reproductivo, cardiovascular y óseo, entre otros. Si ese poco disminuye, también disminuye el deseo”, detalla.
La profesional de la salud aclara que si bien la falta de deseo sexual puede ser temporal y no necesitar terapia o intervención alguna, cuando es marcada o súbita se debe procurar la evaluación de un profesional de la salud con conocimiento amplio del funcionamiento de la sexualidad para identificar las causas, que pueden ser biológicas o psicológicas.
“Entre las causas psicológicas más comunes se encuentran ansiedad, estrés, falta de sueño, preocupaciones y la percepción de los problemas económicos. Entre las causas físicas más comunes están los desbalances hormonales, el efecto secundario de medicamentos y el dolor. También hay condiciones como diabetes, hipertensión, fibromialgia, esclerosis múltiple o cáncer que pueden causar baja en deseo”, enumera Valcárcel.
“Dependiendo de la causa se puede dar tratamiento o terapia que ayude a ir mejorando el deseo. Si la causa es fisiológica, no importa a cuántas terapias de pareja acuda, no se sentirá mejor. Por el contrario, en esos casos, la pareja se frustra y muchas veces termina. Si la causa es psicológica, no importa cuántos suplementos o medicinas use no se mejorará”, advierte.
La doctora en medicina naturopática Lilifrancheska Lebrón emplea también plantas y alimentos para balancear niveles hormonales, “lo que a su vez tiene un efecto positivo en los cambios en estados de ánimo, la falta de lívido y el insomnio”.
En entrevista separada, destaca la hierba adaptogénica ashwagandha por su versatilidad. “Además que ayudar a regular las hormonas, ayuda a subir el lívido y los niveles de energía”, apunta. Agrega que la acupuntura “aumenta el fluido de sangre a toda el área pélvica, además de regular el nivel hormonal”.
Adicional a ello, sugiere medir los niveles de zinc, mineral esencial en la producción de hormonas como estrógeno y testosterona. “Al medir los niveles hormonales se trata de acuerdo a cada hormona, y al medir los niveles de zinc se suplementa de acuerdo a cada persona”, indica.
En fin, que saber las causas del poco deseo sexual permite diseñar un protocolo de intervención más atinado que puede combinar cambios en la alimentación, suplementación, terapia de reemplazo hormonal, antidepresivos u otros medicamentos, terapia de parejas, psicoterapia individual e hipnosis.
La menopausia
Explica Valcárcel que a pesar de que los cambios hormonales en esta etapa de vida de las mujeres podrían disminuir su deseo sexual, “hay mujeres que una vez pierden la capacidad reproductiva se sienten más libres para explorar su sexualidad pues ya no tienen la preocupación del embarazo. Este, en cambio, sí puede afectar el deseo. La sexóloga del Centro de Mejoramiento Personal indica que embarazo y postparto son una de las causas más comunes de inapetencia por los cambios hormonales que provocan. “En otras, la incomodidad o el miedo a complicaciones son las causantes”, apunta.
¿Cuestión de género?
Los hombres también pueden perder el deseo sexual, pero es menos frecuente. En ellos la queja más común según Valcárcel es la eyaculación prematura.
Independientemente del género, si la situación persiste se debe buscar ayuda, sobre todo si se sospecha que haya o si existe otro problema de salud. Después de todo, como indica Valcárcel, lo que disminuye el deseo sexual “típicamente es algo más banal, como estar exhausto por una temporada de trabajo intenso”.