La deportación de este indocumentado gay significa su sentencia de muerte
Piden que detengan su deportación por razones humanitarias
Ricardo Querales, es una hombre gay con VIH+ que espera su deportación de Estados Unidos a su país natal donde le espera por la situación actual una sentencia de muerte.
“Usted me está mandando a la muerte!” le dijo Querales, de 43 años a los funcionarios de inmigración cuando le informaron de su orden final de deportación a Venezuela.
Al hombre se le informó que tendría que regresar a Venezuela, a pesar de la carencia de medicinas para esta y otras enfermedades. “Esto va en contra de los derechos humanos. En Venezuela no hay medicina, la gente que tiene SIDA se muere”.
Como es conocido el país bolivariano está experimentando la peor crisis social y política de su historia con una escasez catastrófica de alimentos y medicinas.
Los recientes reportes de las organizaciones internacionales para la salud alarman sobre el desmesurado aumento de pacientes con VIH sida que mueren debido a la falta de medicamentos antirretrovirales en este país de suramerica.
“Hay una crisis muy grave en Venezuela, y si tiene VIH y no hay medicamentos allí, se debe pedir que no lo deporten por razones humanitarias”, dijo su abogado de inmigración Marcial De Sautu.
Querales llegó a los Estados Unidos en 2003 escapando de la persecución política y la inseguridad de su país natal, informó el Miami Herald. Su solicitud de asilo fue aprobada un año más tarde. Sin embargo en 2006 el joven venezolano fue diagnosticado con Sida.
Querales hundido en una depresión por su enfermedad cayó en el consumo de drogas. Fue así cuando en 2009 fue detenido por la policía luego que un amigo suyo murió de sobredosis. Las autoridades descubrieron metanfetamina y demás drogas en su domicilio. Querales fue condenado y pasó 30 días en la cárcel por este delito.
Posteriormente, fue detenido por segunda vez durante un allanamiento a una casa en la que se encontraba de visita, y aunque no fue acusado de ningún crimen, fue entregado a las autoridades de inmigración. Pasó seis meses en prisión, y fue en ese momento que su condición de asilado fue revocada.
En 2011 un juez de inmigración firmó su orden de deportación, pero esta fue suspendida como consecuencia de la crisis en su país de origen.
“Soy un ciudadano reformado, un trabajador decente que cometió errores en el pasado y que ya no consume drogas”, dijo Querales al diario de la ciudad de Miami.
Este próximo 22 de febrero se llevará a cabo su audiencia final ante ICE para decidir sobre su orden de deportación.