Despido de Tillerson pone acento en el caos que domina en la Administración

El despido de Tillerson añade al caos en el Departamento de Estado y en la Administración

El presidente estadounidense se reúne con gobernadores sobre violencia y armas

Crédito: EFE/ Jim Lo Scalzo

WASHINGTON- Al anunciar el despido del secretario de Estado, Rex Tillerson, a través de Twitter, el presidente Donald Trump puso este martes el acento en el caos y la aparente cadena de renuncias o despidos que ha caracterizado a su Administración, que él caracteriza como “buena energía”.

En un acto sin precedente, Trump anunció en Twitter que reemplazará a Tillerson con el jefe de la Agencia Central de  Inteligencia (CIA), Mike Pompeo, y afirmó que éste hará un “trabajo fantástico!”

“Mike Pompeo, Director de la CIA, será nuestro nuevo secretario de Estado. El hará un trabajo fantástico! Gracias a Rex Tillerson por su servicio! Gina Haspel será la nueva directora de la CIA y la primera mujer escogida. Felicidades a todos!”, dijo Trump.

Se trata del primer despido de un secretario de Estado desde al menos 1945 y la noticia causó olas en el mundo diplomático.

Tillerson, de 65 años, asumió el cargo de titular del Departamento de Estado en febrero de 2017 pero  desde siempre mantuvo discrepancias muy públicas con el mandatario respecto a su política exterior, en particular el acuerdo de desarme nuclear de EEUU con Irán de 2015,  la agresión de Rusia en las elecciones y, recientemente,  las negociaciones para la desnuclearización de la península norcoreana.

En una ocasión, Tillerson, un exejecutivo de Exxon que aceptó con renuencia el cargo el año pasado, calificó a Trump como un “idiota”,  y no lo negó por completo.

Antes de partir en su primera gira como presidente a California, Trump dijo hoy a los periodistas que él y Tillerson se llevaban bien pero mantuvieron desacuerdos sobre “varias cosas”. En  cambio, con Pompeo, siempre están “en la misma onda” y tienen “un proceso de pensamiento similar”.

“En lo que respecta a Rex Tillerson, aprecio mucho su compromiso y su servicio… es un buen hombre”, dijo Trump, quien reconoció que tomó la decisión de dialogar con el líder norcoreano, Kim Jong-Un,  sin consultar a Tillerson.

Aviso sin explicaciones 

La noticia sacudió en círculos políticos en Washington porque, aunque ya se veía venir el despido de Tillerson -Trump lo humilló en público varias veces- el Departamento de Estado indicó hoy que Tillerson no habló directamente con Trump.

El subsecretario de Estado para diplomacia pública, Steve Goldstein, dijo en una declaración escrita que Tillerson en realidad desconocía la razón de su despido.

“El secretario no habló con el presidente y desconoce la razón (del despido), pero está agradecido por la oportunidad de prestar servicio, y aún cree firmemente que el servicio público en un llamado noble”, dijo Goldstein, quien fue despedido horas después de sus declaraciones.

Tillerson “tuvo toda la intención de permanecer en el cargo debido al progreso crítico registrado en la seguridad nacional. Echará de menos a sus colegas en el Departamento de Estado y a los cancilleres con los que trabajó en todo el mundo”, dijo.

Tillerson se despide 

En su primeras declaraciones públicas desde que fue despedido, Tillerson dijo a la prensa que su último día en la agencia será el próximo 31 de marzo y delegará hoy mismo todas sus funciones a su “número dos”, John Sullivan, para asegurar una transición “estable y ordenada” en la agencia.

Sin dar las gracias directamente a Trump ni elogiar sus políticas, Tillerson destacó sus logros como titular del Departamento de Estado, aunque advirtió de que “queda mucho trabajo por hacer para explicar la problemática conducta y acciones de parte del gobierno ruso”.

Con la voz quebrantada, Tillerson elogió la “integridad y honestidad” del personal del Departamento de Estado.

Tillerson se enteró de su inminente despido mientras estaba en una gira por Africa el sábado pasado, y recién recibió la llamada de Trump al mediodía de hoy. Goldstein fue despedido después de indicar que Tillerson jamás recibió explicaciones de Trump.

La forma en que Tillerson fue despedido en las redes sociales no tiene precedente: tres de sus antecesores, William Jennings Bryan, durante la presidencia de Woodrow Wilson, Cyrus Vance, durante la de Carter, y Alexander Haig, durante la de Reagan, renunciaron por diferencias filosóficas, pero no por ser retirados del  cargo.

Pompeo, que necesitará confirmación del Senado, estuvo seis años en la Cámara de Representantes y tiene amplia experiencia militar, incluyendo cinco años como oficial del Ejército. Además,  es graduado en leyes de la Universidad de Harvard, y estuvo casi 14 meses al frente de la CIA.

Pero nada de eso le da cualidades como jefe de la diplomacia estadounidense, según observadores.

De ser confirmada en el Senado, Haspel será la primera mujer al mando de la CIA, aunque su nombramiento fue opacado por el despido de Tillerson, y el reemplazo de éste por Pompeo.

El despido de Tillerson se suma a una serie de renuncias o despidos de funcionarios y diplomáticos de carrera en el Departamento de Estado, dificultando la labor de la agencia. Se calcula que el 60% del  personal diplomático ha desertado de la planilla del Departamento de Estado.

Entre las renuncias más sonadas en semanas recientes figuran las del embajador de EEUU en Panamá, John Feeley, en enero pasado y,  el pasado 1 de marzo la de la embajadora de EEUU en México, Roberta Jacobson, una funcionaria con larga carrera y experiencia en temas de América Latina.

También al menos una decena de asesores y funcionarios han renunciado o han sido despedidos de la Casa Blanca, pero Trump ha negado que se trate de “caos” sino que, a su juicio, hay una “tremenda energía”. Trump también ha dicho que le gusta el conflicto porque eso genera buenas discusiones.

Reacciones mixtas

El nombramiento de Pompeo, conocido como por su posturas ultraconservadores y por ser un “halcón” en temas de defensa e inteligencia, generó reacciones mixtas dentro y fuera del Congreso.

La mayoría de los demócratas coincidió en el “caos” y la volatilidad” que la Administración Trump ha aportado a la política exterior.

El senador demócrata por Nueva Jersey, Bob Méndez, dijo que la noticia confirma que Trump es “el Comandante del Caos”, y advirtió de que su falta de conocimiento sobre la diplomacia, sus ataques contra aliados y los valores de EEUU “han debilitado el liderazgo estadounidense en el escenario global”.

“El Departamento de Estado está en desorden por los esfuerzos equívocos del presidente Trump y el secretario Tillerson para reformar a un Departamento que fundamentalmente no entienden”, señaló Menéndez, al destacar los recortes de presupuesto, el congelamiento de nuevas contrataciones, y la baja moral de los empleados de la agencia.

Menéndez dijo que espera un proceso de confirmación “riguroso” para Pompeo, y aseguró que, en unos momentos que grandes retos para la política exterior de EEUU, el Departamento de Estado necesita alguien que pueda operar libre de influencias partidistas.

El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, evadió comentar sobre el despido de Tillerson y su reemplazo.

Sin  embargo,  elogió los “talentos únicos” de Tillerson para responder a diversos retos y amenazas a la  seguridad nacional, incluyendo el grupo terrorista Estado Islámico, Al Qaida,  la crisis en Medio Oriente, la “conducta malévola” de Rusia, y el programa nuclear de Corea del Norte.

Pompeo había acusado al entonces presidente Barack Obama de ser “desleal” con los cristianos y EEUU y, al igual que Trump, ha apoyado una retórica anti-musulmana.

El director ejecutivo de Sierra Club, Michael Brune, dijo que el nombramiento de Pompeo como secretario de Estado significa que Trump “quiere ceder nuestros esfuerzos diplomáticos globales a los hermanos Koch”, en referencia a los líderes ultraconservadores.

“La confirmación de Pompeo significaría que un político que ha atacado consistentemente a la ciencia, ha impulsado ideología de odio, y ha apoyado políticas anti-democráticas para restringir el derecho al voto de millones será el rostro de nuestra nación en el mundo”, se quejó Brune.

“Esto no sólo sería una contradicción de los valores de nuestra nación sino que sería un peligro para nuestra seguridad nacional y la salud de nuestro planeta”, advirtió Brune, quien instó al Senado a que rechace su confirmación.

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