“Hay otras 500 mujeres allá adentro, sufriendo”, dice Laura Monterrosa, migrante liberada de Don Hutto

Tras denunciar acoso sexual de parte de una guardia del centro de detención, la joven salvadoreña es una de las primeras personas en recibir "acción diferida" de parte del gobierno estadounidense, con permiso de un año mientras el FBI investiga sus denuncias. (VIDEO)

Claudia Monterrosa, una migrante salvadoreña de 23 años liberada este mes de un centro de detención tras denunciar que una guardia la acosó sexualmente, dijo que tiene la intención de seguir persiguiendo su caso de asilo y también de ayudar a otras mujeres que aún siguen detenidas.

“Es como un sueño haber salido de allí”, dijo Monterrosa, que pasó diez meses en T. Don Hutto, en Taylor Texas luego de su arresto al presentarse en la frontera pidiendo protección. Venía de El Salvador.

Durante el tiempo que estuvo allí, la joven entró en contacto con activistas que visitan a las presas y denunció que una guardia del lugar la había acosado sexualmente.

En momentos en que las autoridades federales son más estrictas que nunca y se rehúsan a ejercer la discreción procesal en la mayoría de los casos de inmigración, Monterrosa recibió no sólo su liberación sino un estatus diferido de un año para vivir legalmente en el país.

Claudia Muñoz, directora de programas de la organización Grassroots Leadership dijo que para los inmigrantes que abogan por las mujeres detenidas en Hutto, la liberación de Laura había sido un caso muy importante y sin precedente.

“Desde que Trump tomó el poder no ha habido casos donde una persona inmigrante ha usado su voz de esta manera y ha podido salir“, dijo Muñoz. “Esto nos muestra que es posible usar su propia voz y sacarse uno mismo de los centros de detención”.

La razón de este trato, según los activistas, es que el FBI está investigando el caso de abuso denunciado por Laura.

En dos entrevistas telefónicas con La Opinión desde el interior del centro en meses pasados, Monterrosa contó que sus denuncias le valieron represalias, entre ellas ser encerrada durante muchas horas en un cuarto aislado y que al menos en una ocasión intentó suicidarse.

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Claudia Muñoz y otros activistas de la organización Grassroots Leadership que la visitaban y comunicaban al mundo exterior lo que pasaba con Laura, dijeron entonces que la muchacha estaba muy deprimida y desconsolada.

Sin embargo, Laura seguía hablando con los activistas y llamando a los medios para denunciar la situación del centro.

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Al salir de Hutto, Laura siguió denunciando lo que llamó “la problemática que se vive allí dentro”.

“Las residentes no reciben alimentación adecuada ni el cuidado médico que requieren”, dijo. “Sé que las mujeres del centro de detención me están viendo y quiero decirles que sigan luchando que no permitan que nadie violente sus derechos, no importa si eres inmigrantes, siempre tienes derechos”.

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Monterrosa fue liberada a mediados de marzo, luego de que grupos locales pro inmigrantes se movilizaran a diario para protestar y visitarla e inmediatamente después que MALDEF acudió a un juez alegando que a pesar de un diagnóstico de PTSD, la muchacha no recibió tratamiento.

Un juez federal ordenó a mediados de marzo que la joven fuera llevada a médicos fuera del centro para recibir tratamiento, pero poco después fue liberada con estatus de acción diferida, lo que también le confiere un permiso de trabajo.

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